Iglesia y Sociedad

Una mano para La 72

5 Oct , 2015  

la72

Para los otros caídos… los del 68

La primera masacre de San Fernando fue un crimen cometido por Los Zetas entre el 22 y 23 de agosto de 2010, en el ejido de El Huizachal del municipio tamaulipeco de San Fernando. Los 72 ejecutados, 58 hombres y 14 mujeres, fueron en su mayoría migrantes provenientes de Centro y Sudamérica, asesinados por la espalda, para posteriormente ser apilados y puestos a la intemperie. Las primeras investigaciones señalan que fueron asesinados porque, luego de ser secuestrados, no pagaron el dinero que les exigían para dejarlos libres y también se negaron a formar parte del grupo criminal. Tres meses después de la masacre se habían reconocido 50 de los 72 cuerpos: 21 hondureños, 14 salvadoreños, 10 guatemaltecos, un ecuatoriano, y 4 brasileños.
Según funcionarios federales mexicanos, los migrantes, quienes iban repartidos en dos camiones, partieron de Veracruz el 21 de agosto con la intención de pernoctar en algún poblado de Tamaulipas. Antes de llegar a San Fernando fueron interceptados por un grupo de sujetos armados quienes les obligaron a brindar “información” sobre parientes en Estados Unidos, asimismo les exigieron dinero a cambio de su libertad. Ante las negativas eran golpeados. Por el testimonio del testigo los captores ofrecieron el “ingreso” al cartel, aunque no está claro el propósito.
De acuerdo al sobreviviente ecuatoriano, Luis Fredy Lala Pomavilla, el número de migrantes era de 76. Más adelante, la PGR declaró que “72 fueron asesinados, 2 sobrevivieron y 3 se encuentran desaparecidos, estos últimos dos choferes y un ayudante, de nacionalidad mexicana…, de quienes aún no se ha determinado si formaban parte de una red de traficantes de ilegales hacia Estados Unidos (polleros) y tenían conexión con Los Zetas”. Los sobrevivientes pudieron escapar porque, en su huida, llegaron a un Centro de Atención al Migrante que les brindó protección.

Hasta aquí un fragmento de la información que ofrece Wikipedia sobre la masacre ocurrida en San Fernando hace ya cinco años. Algunos meses después de la tragedia, Fray Tomás González OFM fue trasladado a Tabasco después de varios años de servicio en Yucatán y quedó encargado de la atención a los migrantes centroamericanos que llegan a Tenosique desde Guatemala. Conoció entonces de mano propia las atrocidades cometidas en contra de los migrantes en los apenas 60 kilómetros que separan Tenosique de la frontera con Guatemala. Tras horas y días de escuchar sus sufrimientos y curar sus heridas, Fray Tomás tomó la iniciativa de fundar un hogar y refugio para migrantes y no dudó en ponerle por nombre “La 72”, en memoria de los asesinados en Tamaulipas.

Ha llovido mucho desde entonces. La 72 se ha convertido en un hogar, así sea fugaz, para miles de centroamericanos que han pasado por el albergue y han recibido ahí trato digno, comida caliente, un lugar donde dormir, defensa de sus derechos, curación para sus llagas y protección ante las bandas del crimen organizado y sus cómplices del Instituto Nacional de Migración. Fray Tomás se ha convertido, junto con otras y otros activistas por los derechos de los migrantes en el país, en un referente en la batalla contra la crueldad de la xenofobia y la insensibilidad del Estado mexicano ante el holocausto migrante.

Como todas las obras de servicio social, La 72 necesita medios económicos para poder seguir prestando el servicio que ofrece a los migrantes. Por eso promueve ahora la campaña “Brazos Solidarios”, con la que busca asegurar recursos para garantizar el abasto anual de alimentos para el funcionamiento de la casa refugio de Tenosique en 2016. Como parte de esa campaña tendrá lugar en nuestra ciudad de Mérida una exposición itinerante de fotografías. La exposición recorrerá Universidades y Escuelas que le han abierto las puertas. Habrá que estar pendientes, porque en unos días más se hará el anuncio oficial del itinerario de la muestra y las fechas en que estará en cada una de las Universidades que se han comprometido a recibirla.

Las fotografías que componen la muestra son obra de la artista visual Silvia Carrillo y fruto de su convivencia con migrantes que han pasado por el albergue de Tenosique. Las imágenes retratan rostros, miradas, gestos de hombres y mujeres, niñas y niños, que llevan en los ojos el dolor de la expulsión de sus propios países, sea por persecución, por hambre, por pobreza o por la amenaza de la violencia, pero que llevan también la esperanza de que, en algún lugar, en algún momento, puedan encontrar las condiciones para tener una vida digna y tranquila. Saben a lo que se enfrentan al pretender atravesar este infierno llamado México para llegar a su frontera norte, pero lo hacen porque no encuentran otra opción y porque, para decirlo en palabras del periodista salvadoreño Óscar Martínez: “Es así, digan lo que digan los funcionarios estadounidenses, argumenten lo que argumenten los más radicales republicanos, es así. Alguna gente se va porque no quiere morir”.

Muchas personas se han sentido tocadas por el drama de los migrantes. Hay corazones conmovidos ante su tragedia. Otros más, sienten vergüenza porque, en el holocausto migrante, se participa por acción o por omisión. Por eso algunos, algunas, de alma generosa, quisieran prenderse del sayal de Fray Tomás o subirse a la camioneta del padre Solalinde o unirse al grupo de Las Patronas para aportar su trabajo generoso a favor del tránsito digno de los migrantes por nuestro país, pero no encuentran las circunstancias propicias para poder hacerlo. No todos podemos irnos a Tenosique, o a Ixtepec o al albergue Belén de Saltillo.

La exposición fotográfica a la que les invito a estar atentos, es un pretexto, un artístico pretexto, para que nos informemos de cómo podemos unir nuestros esfuerzos a los del valiente equipo que lleva adelante la Casa Refugio de La 72 y colaborar para asegurar el alimento a las y los migrantes que pasan por Tenosique en busca de mejores oportunidades de vida.

Yo que ustedes, iría… ya ven que en algún lugar está escrito: “Porque fui forastero y me hospedaron…”


2 Responses

  1. Maru Noguez dice:

    Que Dios le siga bendiciendo por estar usted siempre alerta a estas necesidadesy alertandonos . ¿cómo se puede ayudar desde el DF?

  2. Sobrecogedor padre… ¿hay alguna cuenta? ¿necesitan ropa, cobertores, comida? ¿tienen FB?

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