Iglesia y Sociedad

El Congreso de Pastoral de Pueblos Originarios

17 Ago , 2018  

Del 6 al 11 de agosto, teniendo como sede la Universidad Marista, tuvo lugar en nuestra ciudad el Congreso de Pastoral de Pueblos Originarios de México y América Latina. Convocadas por la Dimensión de Pueblos Originarios y Afromexicanos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social del Episcopado Mexicano, más de 500 personas, entre representantes de los distintos pueblos originarios del país y agentes pastorales a su servicio, se reunieron para intercambiar informaciones, vivencias y experiencias. Lo hicieron a partir de cinco ejes temáticos:

  1. Situación: retrocesos, avances y luchas de nuestros derechos comunitarios y desarrollo integral
  2. La presencia de Cristo en la historia y en la vida de los Pueblos Originarios
  3. La Virgen de Guadalupe inspiración que fortalece nuestra cultura y nuestra fe.
  4. San Juan Diego mensajero del proyecto de vida que viene de Dios-Teótl
  5. “Laudato Sí”, acogida de la sabiduría indígena como respuesta integral de los Pueblos Originarios en el cuidado, uso y defensa de la Madre Tierra.

En medio de ritos y oraciones compartidas, los participantes intercambiaron saberes a través de 25 talleres simultáneos, cinco por cada uno de los ejes ya enunciados, y escucharon también conferencias dictadas por conocedores en la materia, entre ellos el legendario padre de la teología india, Eleazar Hernández, la teóloga maya guatemalteca Ernestina López Bac, el guadalupanista Clodomiro Siller, entre otros especialistas, entre ellos varios obispos.

La temática del Congreso se ramificó en los distintos campos de interés, desde la situación de las luchas de los pueblos indígenas y las amenazas más recientes a su tierra y territorio, hasta la eco-teología, como aportación original de los pueblos a la teología de la iglesia, pasando por la reflexión sobre las fiestas comunitarias y sistemas de cargos en los pueblos originarios, los derechos de la Madre Tierra y la posición de los pueblos y la iglesia frente a los proyectos de muerte que se ciernen sobre los territorios indígenas. Experiencias de otros países, como la fascinante construcción de la Red Pan Amazónica (REPAM), enriquecieron el intercambio.

El acompañamiento pastoral de los pueblos originarios se ha diversificado mucho en México. Además de las instancias oficiales, grupos de laicos/as indígenas llevan adelante procesos de inculturación fuera del ámbito oficial. Una de las virtudes de este Congreso fue haber abierto las puertas de la participación, no solamente a los presbíteros y religiosos/as responsables de la pastoral indígena oficial, sino también a agentes de base que durante muchos años han acompañado procesos de reflexión y acción dentro de los pueblos originarios, aunque no contasen con el reconocimiento oficial de diócesis y/o parroquias y hubieran sido vistos con recelo en tiempos eclesiales anteriores al Papa Francisco.

Comparto con las y los lectores de esta columna el comunicado final del Congreso. Firmado por el obispo responsable de esta Dimensión Pastoral y por el secretario de la Pastoral Social, el comunicado no alcanza, lamentablemente, a reflejar la riqueza derivada de los intercambios entre los participantes del Congreso, ni el lenguaje simbólico que suelen usar los pueblos originarios. Sin embargo, nos permite asomarnos a la doble aportación que los pueblos originarios ofrecen frente a las actuales amenazas del modelo socioeconómico y la crisis humanitaria y ecológica global por la que pasamos: la denuncia de los mecanismos de muerte y sus causas, y el anuncio de la sabiduría indígena como un elemento que puede contribuir a enfrentar estas amenazas y ofrecer al mundo un horizonte de esperanza.

Así que les comparto ahora este Comunicado Final, no sin antes referirles al portal electrónico en el que pueden conseguir más información sobre el Congreso y sus conclusiones: http://pueblosoriginarios.org.mx/

 

Comunicado del Primer Congreso de Pastoral de Pueblos Originarios de México y América Latina.

A nuestras hermanas y hermanos de los pueblos originarios de México y América Latina

A nuestras autoridades tradicionales, eclesiásticas y civiles

A quienes luchan por el bien de la humanidad y de la Madre Tierra

¡Paz y bien!

El Dios, Dueño del Cerca y del Junto, Corazón del Cielo-Corazón de la Tierra está con nosotros en esta hora de gracia, que es tiempo de cambios profundos.

Provenientes de los cuatro rumbos de Nuestra Casa Común de este continente llamado América, nos reunimos los días 7 al 11 de agosto de 2018 en las tierras del Mayab, 550 personas que trajimos la presencia de nuestros pueblos originarios de México, Guatemala, El Salvador, Panamá, Colombia, Ecuador y Argentina, acompañados de los pastores de nuestras iglesias, para testimoniar la vida y luchas de los pueblos indígenas y para impulsar el acompañamiento pastoral de estas luchas y al florecimiento de las iglesias autóctonas.

Este Congreso se realiza en ocasión de conmemorar los 25 años del encuentro de SS Juan Pablo II con las etnias de nuestro continente, y para inaugurar el trecenario de preparación de los quinientos años del hecho guadalupano.

Al compartir nuestra vida en este Primer Congreso de Pastoral de Pueblos Originarios (y Afromexicanos), convocado por la Dimensión de Pastoral de Pueblos Originarios de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia del Episcopado Mexicano, junto con la Arquidiócesis de Yucatán y la Provincia Franciscana San Felipe de Jesús, sureste de México, comprobamos la riqueza de nuestra diversidad de lenguas, culturas y tradiciones religiosas que manifiestan nuestros modos propios de entender y vivir con Dios, con los demás seres humanos y con la Madre Tierra. Pero junto a estas flores y cantos que dan sentido a nuestra vida también descubrimos espinas que llenan de dolor y de tristeza nuestro corazón.

Han resonado en nosotros los clamores de la naturaleza y de los pobres y estamos dispuestos como Iglesia a asumirlos en nuestra acción pastoral y a sumarnos a su lucha por la defensa de la vida de los pueblos y de la Madre Tierra.

Ciertamente reconocemos que tenemos avances importantes, pero no a la medida de lo que los pueblos y los signos de los tiempos exigen.

Los que aquí nos reunimos hemos sido testigos y víctimas del modelo globalizante neoliberal agravado por la corrupción y la violencia, que es un proyecto de muerte; sus megaproyectos extractivistas son formas más modernas y agresivas de despojo, de explotación y descarte que destruyen los bienes de la creación, los conocimientos tradicionales ancestrales y el tejido social de los pueblos. Aunado a esto la represión y la violencia se ha desatado contra los líderes comunitarios como crímenes de lesa humanidad que claman al cielo.

Como miembros de los pueblos originarios y como pastores de la Iglesia Católica denunciamos esta situación como un pecado sumamente grave que exige conversión y reparación para lograr la paz y el perdón; al mismo tiempo anunciamos la gracia y la esperanza que florece en la lucha de nuestros pueblos, con los que somos hermanos y para los que queremos ser profetas y pastores de esperanza.

Nos comprometemos a las siguientes acciones:

  • Recuperar, afirmando y potenciando, los valores culturales y espirituales que se han perdido o menguado en nuestros pueblos;
  • Asegurar la continuidad de los procesos de liberación e inculturación reconociendo la siembra de Dios y el cultivo de la religión popular de los pueblos.
  • Educarnos mutuamente desde la familia, las comunidades y pueblos aceptando que la gente forma a sus pastores para el buen convivir entre nosotros, con la Madre Tierra y con Dios.
  • Actuar como iglesia particular autóctona en unidad de fe dentro de la diversidad de carismas, servicios y culturas.
  • Incidir en la sociedad con la fe, sabiduría ancestral y participación ciudadana sobre las políticas públicas, conociendo y manejando las leyes que afectan la causa indígena y proponiendo acciones concretas con las que nuestros pueblos sigan afrontando sus problemas y tengan vida digna y vida en abundancia.
  • Organizarnos como pueblos y como iglesia para defender, ampliar y plenificar la vida

En nombre de los participantes, firmamos rogando a Tonantzin Teocoatlaxiuhpe nos siga procurando todo su amor, ternura y ayuda como a San Cuauhtlatoatzin, a fin de realizar los compromisos emanados del Congreso.

Desde la Universidad Marista de Mérida, Yucatán, en México, el 10 de agosto de 2018

+ Fray José de Jesús González Hernández

Obispo Prelado de Jesús María, El Nayar

Responsable de la Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos

Comisión Episcopal para la Pastoral Social (CEPS, CEM)

Pbro. Rogelio Narváez Martínez

Secretario Ejecutivo

Comisión Episcopal para la Pastoral Social, CEPS – Cáritas Mexicana.


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