Iglesia y Sociedad

Bienaventuranzas de Semana Santa

12 Abr , 2019  

Se llama Valeria Bautista García. No tengo el gusto de conocerla, pero me encantaría. Ni siquiera sé cuántos años tiene, ni cómo ha llegado a esta madurez en su fe. Como su texto es una tarea escolar, supongo que es joven y agradezco a Dios el acompañamiento que ha recibido en el crecimiento de su fe. Por eso le tomo prestado este texto que es público, porque expresa de manera hermosa, aterrizando a la actualidad su propia fe, algunos de los compromisos a los que nos retan los recientes sucesos vividos en esta Semana de Pasión 2019.

Dejo aquí las palabras de Valeria, junto con el deseo ardoroso de una feliz experiencia de Semana Santa para todos/as quienes se asoman a este espacio. Nos vemos en la Pascua, seguramente fortalecidos/as.

Bienaventurados los que…

Ayer en mi clase de religión nos dejaron una tarea que me dejó muy emocionada, teníamos que reescribir las bienaventuranzas que ya conocemos y escribir las nuestras. Las bienaventuranzas son para mí una de las lecturas más bonitas y sobre todo más vigentes, me gustan porque son aplicables y porque, viéndolo desde una mirada católica o no, son esperanzadoras y -al menos para mí- muy ciertas.

Emocionada con mi tarea (como muy pocas veces) intenté pensar quiénes son los bienaventurados de hoy, pensé en todas las situaciones del mundo -todas las que conozco al menos- y me puse a escribir uno de mis trabajos más bonitos en todo mi paso por el colegio. Fluyó todo, porque en verdad creo que en esta lista se encuentran los bienaventurados de hoy, porque de verdad creo que en ellos se encuentra la esperanza por un mundo mejor, ese que queremos todos. Así que sin más, les presento mis bienaventuranzas:

Bienaventurados los que incluyen, porque sin diversidad no se construye un mundo.

Bienaventurados porque ellos reconocen la importancia de nuestras diferencias y el respeto que merecen todas. Porque entienden que ahí se encuentra la verdadera humanidad, en lo diverso y combinado, en donde podemos descubrirnos en el otro a pesar de que sea alguien completamente distinto a mí.

Bienaventuradas las mujeres, las silenciadas de la historia, porque sus manos fuertes serán reconocidas después de tanta espera.

Las que dejaron sus obras sin nombre, las que luchan por salir adelante, las que no se rinden a pesar de que vivamos en un mundo que parezca estar en nuestra contra, bienaventuradas las mujeres porque nosotras somos las que escribimos la historia día con día.

Bienaventurados los migrantes, refugiados y exiliados, porque de ellos será la tierra donde no se conozcan fronteras.

Los que dejan su hogar y todo lo que conocen por una vida mejor, los que recorren un camino difícil, los que escapan porque su país no puede garantizarles la seguridad que todo ser humano merece. Porque el mundo es de todos, y no existen las fronteras para la humanidad.

Bienaventurados los cansados y desgastados por las cosas mundanas, porque a ellos se les dará el descanso eterno.

Los que en su paso por el mundo tuvieron que enfrentar dificultades y enfermedades, los que hoy extrañamos tanto, porque sabemos que descansan y nos esperan en una vida nueva.

Bienaventurados los que viven la santidad sin pedir aplausos, porque ellos serán pregonados.

Los buenos, buenos, los que actúan sin gritar para que los volteen a ver. Los que deciden hablar con acciones y no con palabras, los que creen que el ejemplo será lo que hable por ellos y no lo que salga de su boca.

Bienaventurados los oprimidos, ninguneados y discriminados, porque ellos forjarán un mundo nuevo.

Porque ellos saben que el mundo es de todos, y que todos merecemos el mismo lugar para ocupar en nuestra estancia en el mundo. Porque ellos serán escuchados, y porque por fin se harán valer sus derechos.

Bienaventuradas las familias, todas las familias, porque si su amor es auténtico, prevalecerá hasta después de la vida.

Bienaventuradas todas las familias, aunque hoy sólo pocas sean aceptadas. Porque las familias son familias si hay amor de verdad, del que apoya y trabaja en equipo, el que se mantiene fuerte a pesar de las adversidades y las diferencias. Del amor que se elige sentir y no se obliga.

Bienaventurados los defensores de los derechos humanos, los periodistas, activistas, los que luchan, porque por ellos el mundo podrá ver la paz, la justicia y la esperanza. 

Bienaventurados todos los que hoy trabajan por el bien, ustedes son la razón por la que hoy escribo esas bienaventuranzas; porque ustedes con cada acción nos acercan más a un mundo mejor, donde quepamos todos y donde quepa el final de cada frase escrita en esta lista.

Valeria Bautista García

Mérida, Yucatán a 11 de abril del 2019


3 Responses

  1. valeriabg dice:

    Hola! Después de un año quería releer este texto que significa mucho para mí y me topé con esta publicación. Muchísimas gracias por compartirlo y por lo que escribes, te cuento un poco sobre el texto. Estaba en prepa cuando lo escribí y efectivamente a lo largo de mi vida he estado rodeada de personas llenas de Dios que me han ayudado a formarme en la fe. Mi corazón está lleno de gratitud por todas esas personas, y sé que esto y muchas de las cosas que escribo son por ellas.
    Nuevamente, te agradezco por compartirlo y por escribir también sobre estos temas desde la libertad y la fe. Felices Pascuas! nos seguimos leyendo 🙂

  2. Pennell Somsen dice:

    Valeria, que bello lo que escribió, bello y sabio. ¿Alguién ya lo ha traducido su texto? Si nadie lo ha hecho me gustaría hacerlo, quiero que los angloparlantes puedan leerlo.

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