Iglesia y Sociedad

Pregón pascual 2019

24 Abr , 2019  

En el Pregón de Pascua, proclamado en la liturgia de la Vigilia Pascual, se resume el gozo y agradecimiento de los fieles cristianos por la resurrección de Jesús. La acción del Padre, de arrancar a Jesús de las garras de la muerte y sentarlo a su derecha, es tan inconmensurable que la iglesia coloca, en esta misma noche, todas las intervenciones de Dios que han hecho de la vida humana algo digno de ser vivido. El pregón pascual litúrgico anuncia con la frase “Esta es la noche…” cada una de las intervenciones de Dios que han producido vida plena y abundante en favor de sus criaturas y las nombra como si hubieran ocurrido en esta misma, mítica noche: “Esta es la noche en que Dios creó el mundo… Esta es la noche en que Dios llamó a Abrahán… Esta es la noche en que Moisés sacó al pueblo de la esclavitud de Egipto…”, etc. Inspirado en este canto, les comparto ahora mi personal pregón pascual de este año. Felices pascuas de resurrección.

En la densa oscuridad de nuestro tiempo

les anuncio esta buena noticia:

¡Cristo, el Señor, ha resucitado!

¡Miren el sepulcro sin cadáver!

¡Sientan la presencia perfumada del Resucitado!

Esta es la noche en que Dios hace estallar de gloria este sepulcro

y nos muestra el destino que tiene reservado

para todos sus hijos y sus hijas,

para todo el universo –materia y energía–

para la entera creación salida de sus manos.

Esta es la noche

en que, hace 13,800 millones de años,

la molécula primordial entró en ebullición

y explotó, radiante, comenzando a expandirse

hasta hacerse millones de estrellas y galaxias

en continua expansión acelerada.

Una explosión que camina sin prisa

hacia quién sabe qué unidad misteriosa.

Esta es la noche en que, a lo lejos,

en una galaxia perdida en el espacio,

todo se preparó para el milagro:

surgió la atmósfera y el agua,

se formaron océanos y continentes,

hubo agua caliente y renacuajos,

¡Amaneció la vida!

Esta es la noche

en que el primer homínido se yergue,

cobra conciencia de que existe

y de que su pulgar realiza maravillas.

Dice adiós por vez primera, derramando una lágrima,

y por primera vez se enamora y goza.

Y por primera vez inventa, imagina,

hace la diferencia.

Esta es la noche

en que las señas ceden su lugar a las palabras

y se crean los idiomas.

Y en la Mesopotamia y en Egipto

se construyen las primeras letras,

promesa de La Ilíada y de Shakespeare,

de Dante y del Quijote de Cervantes.

Esta es la noche en que nació el lenguaje.

Esta es la noche

en que María Magdalena, feminista primera,

limpia sus lágrimas a las puertas del sepulcro

y se abraza a su Amado en nupcias novedosas

y feminiza nuestra fe desde sus raíces.

En el principio, existió la mujer.

Esta es la noche, 1440,

en que, sobre el antecedente de los chinos,

Johannes Gutenberg hace surgir la imprenta.

Y captura la lengua

y aprisiona la memoria

en un pedazo de papel y otro de tela.

Noche de la escritura y de los libros.

Esta es la noche

en la que fue creada la vacuna

y se descubrió el poder de la penicilina.

Es noche de salud, de profilaxis,

de dolencias vencidas,

de vida conservada y potenciada,

como adelanto de aquella otra, eterna,

que ha emergido de un sepulcro vacío.

Esta es la noche

en la que, en Montgomery, Alabama,

Rosa Parks permanece sentada,

frente a una cantinela de insultos y de ofensas,

en el asiento reservado a los blancos.

Ella, mujer y negra.

Y abre así la puerta a la batalla eterna

contra todas las discriminaciones.

y nos hace a todos comensales

de un mismo banquete igualitario.

Hasta que el mundo se convierta, un día,

en una mesa sin exclusiones.

Esta es la noche

en que, sobre los escombros de Hiroshima

y sus millones de cuerpos calcinados,

emerge la cultura de la paz y comenzamos

a inventar el respeto y la cordura,

el diálogo, la ONU, la tolerancia,

en la espera de deshacer, uno por uno,

los resortes que generan la violencia.

Por esta noche, exultamos todos,

nos carcajeamos, colmados de alegría.

Por esta noche, tenemos esperanza:

¡Cristo ha resucitado!

Llenamos de fortaleza los pulmones

y sentimos que corre por las venas

un vigor nuevo, un aliento de fuego,

que pintará de arcoíris el Congreso

y reconocerá los derechos de los pueblos,

que nos hará más libres, más hermanos,

más diversos y más igualitarios.

¡Por esta noche, hermanos,

por esta noche, hermanas,

estalla de alegría el universo!


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