Iglesia y Sociedad

El cambio de época (3 de 3)

19 Sep , 2019  

Con el subtítulo «Un desafío de múltiples rostros para la interpretación bíblica», he tenido la oportunidad de participar con esta intervención en una mesa de conversación sobre los desafíos que los nuevos tiempos presentan a la exégesis e interpretación bíblicas, sostenida en el marco del Congreso Bíblico Internacional que tuvo lugar en la ciudad de Buenos Aires del 16 al 19 de julio del presente año. Presento el contenido de mi intervención en tres partes, que serán publicadas una cada semana. Esta es la última de tres entregas.

Sociedad del conocimiento. Biblia y nuevo paradigma posreligioso

En 1973 Harvey Cox, pastor y teólogo bautista, publicó el libro profético “La ciudad secular. La urbanización y la secularización desde una perspectiva teológica”. Más tarde, en 1984, publicaría “La religión en la ciudad secular. Hacia una teología postomoderna”. Fue quizá unos de los primeros teólogos en plantearse de manera sistemática la irrupción de un nuevo paradigma que parecía relegar a Dios y a lo sagrado a un segundo plano. Hoy, la sociedad del conocimiento se ha vuelto una realidad al alcance de todos y la religión comienza a sufrir un embate antes insospechado, porque las religiones han tenido siempre enemigos acérrimos, pero nunca habían estado sometidas a un grado tal de indiferencia por un porcentaje cada vez más alto de la población.

En 2011, la Asociación de Teólogos/as del Tercer Mundo, en el marco del IV Congreso Internacional de Teología y Ciencias de la Religión realizado en la Pontificia Universidad Católica de Minas, en Belo Horizonte, Brasil, lanzó una Consulta Latinoamericana sobre Religión, cuyos resultados, acompañados de las ponencias de una gran variedad de teólogos de renombre, fueron publicadas en el volumen XXXV No. 2012/1 de la revista VOICES. En la consulta participaron instituciones de Brasil, Bolivia, Argentina, México, Costa Rica, Colombia y Panamá, además de la colaboración del Centro de Estudios de las Tradiciones Religiosas de Barcelona (CETR).

En un panorama donde la religión parece estar dividida en dos grandes bandos, de un lado la emergencia del movimiento pentecostal carismático en una buena parte de la América Latina y el Caribe y el retorno a ciertos elementos de piedad pre-Vaticano II hacia dentro de la iglesia católica, y del otro lado la crisis religiosa que implica el abandono de un gran número de fieles en las iglesias constituidas, ambos fenómenos a veces pegados el uno al otro, comienza a perfilarse un agotamiento del sistema religional, es decir, de la consideración de las iglesias como los medios legítimos de relacionarse con el Misterio al que llamamos Dios. Es cada vez más frecuente escuchar a personas que afirman que son espirituales, pero no religiosas. Como bien señala Marià Corbí:

Las transformaciones culturales que hemos señalado, –la desaparición completa de las sociedades preindustriales o su camino a la extinción, la generalización de la industrialización, el asentamiento de las sociedades de conocimiento y cambio continuo y la globalización–, han transformado el paradigma desde el que se interpreta y vive la totalidad del fenómeno axiológico humano, incluido lo que nuestros antepasados llamaron espiritualidad... (1)

El atrevimiento de la Asociación de Teólogos/as del Tercer Mundo ha consistido en ser la primera organización teológica que ha planteado los elementos que configuran este abandono de las iglesias y los ha reelaborado en un paradigma llamado post-religional. Veamos las características con las que la Comisión Teológica Internacional de la mencionada Asociación, describe algunos de los elementos de este nuevo paradigma. Remarco en la larga cita a continuación, en negritas, aquella característica que nos incumbe de manera especial:

Concluyendo, llamamos «paradigma pos-religional» a esa forma de vivir la dimensión profunda del ser humano que se libera y supera «los mecanismos propios de las religiones agrario-neolíticas», a saber:

• su «epistemología mítica»,

• su monopolio de la espiritualidad,

• su exigencia de sumisión, de aceptación ciega de unas creencias como reveladas por Dios,

• su ejercicio del poder político e ideológico sobre la sociedad, ya sea en regímenes de cristiandad, cesaropapistas, islámicos, de unión de Iglesia-Estado, de imposición de las leyes eclesiásticas sobre la sociedad civil…

• su imposición de una moral heterónoma, venida de lo alto, con una interpretación de la ley natural desde una filosofía oficialmente impuesta, con una moral no sometida a un examen riguroso, comunitario y democrático,

• su control del pensamiento humano, con los dogmas, la persecución de la libertad pensamiento, la Inquisición, la condena y ejecución de “herejes”, la pretensión de infalibilidad, de inspiración divina, de detentar el poder de interpretar autorizadamente de la voluntad de Dios…

su proclamación como «Santas Escrituras» reveladas (en el caso de las «religiones del libro») de las tradiciones ancestrales acumuladas, exaltadas como Palabra directa de Dios, como normativa suprema e indiscutible para la sociedad y para las personas…

• su interpretación premoderna de la realidad como un mundo en dos pisos, con un mundo divino sobrenatural encima de nosotros, del que dependemos y hacia el que vamos…

• su interpretación de la vida y de la muerte en términos de prueba, juicio y premio/castigo de manos de un Juez Universal que es el Señor supremo de cada religión… (2)

Debo confesar que expreso este desafío con temor y temblor, no solamente porque puede significar que los que estamos aquí nos quedemos sin objeto de estudio y sin trabajo, sino porque el planteamiento de un paradigma postreligional puede identificarse, para muchas personas, con la renuncia al horizonte mismo de la fe. Es quizás este desafío el que, de manera más comprehensiva, muestra las consecuencias de levantar nuestras construcciones religiosas en pugna constante con el desarrollo de las ciencias, aunque los dos desafíos anteriores compartan también esta característica. El tema es tan actual que la revista Reseña Bíblica, de la Asociación Bíblica Española, se refería a esto en el número con el que cerró el año 2018. (3)

A este desafío se ha venido a sumar el llamado “nuevo paradigma arqueológico bíblico”, que ha tenido una magnífica exposición por parte del Dr. Ademar Kaefer en este mismo congreso, y es una muestra más de la discordancia entre interpretación bíblica y avance de las ciencias.

Cierre

Termino esta serie de provocaciones señalando que la división entre quienes conocíamos los entresijos de la Escritura y podíamos hablar con libertad de sus procesos de redacción y de las distintas teologías que acompañaban a los textos, frente a una multitud de fieles con los cuales seguíamos leyendo la Biblia sin mencionar esos recursos, con tal de no escandalizar y/o conservar la fe sencilla del pueblo, ha terminado. No abogo aquí por la desaparición de planos diferenciados. Ya en este mismo congreso Eduardo de la Serna argumentaba la conveniencia de distinguir entre el plano popular, el plano pastoral y el plano exegético, todos ellos en una relación de mutuo enriquecimiento. Hablo más bien de la inveterada costumbre de escamotear a los fieles elementos de reflexión bíblica y teológica bajo el pretexto de “cuidar su fe sencilla”, expresión que revela una relación tutelar y no igualitaria y no deja de tener cierto tufo a colonialismo. Continuar con la distancia entre exégesis y pastoral, entre ciencia bíblica y práctica religiosa, entre lectura crítica y fe devocional acrítica, no funciona más.

Este tímido recuento de algunos de los desafíos de la exégesis y hermenéutica que he alcanzado a pergeñar, podría leerse como manifestación de la situación caótica en que la postmodernidad ha metido a las doctrinas y prácticas religiosas. Pero puede ser también leído, como promesa de un nuevo tipo de religión y de espiritualidad que este cambio de época puede estar haciendo surgir y en el que nuevas aproximaciones al texto bíblico, nuevas miradas hermenéuticas, tendrán una importancia decisiva.

NOTAS

  1. Corbí, ”Elementos constitutivos” 255
  2. Comisión Teológica“Hacia un paradigma”, 284
  3. Ramis, “La Biblia como interpretación” 25-37

BIBLIOGRAFÍA

Comisión Teológica Internacional de la EATWOT, “Hacia un paradigma postreligional. Propuesta teológica” VOICES Vol XXXV No. 2012/1 (2012) 275-288

Corbí M., “Elementos constitutivos del paradigma pos religional” VOICES Vol XXXV No. 2012/1 (2012) 255-260

Ramis F., “La Biblia como interpretación de la ciencia”. Reseña Bíblica 100 (2018) 25-37


One Response

  1. Luis Gonzalez dice:

    Creo que la iluminación de Dios sobre el escritor del Génesis estará siempre recordándonos nuestra inclinación a la autosuficiencia, orgullo e incluso desobediencia de las indicaciones básicas y fundamentales de Dios. Es este nuestro pecado original transmitido por nuestros padres a nosotros y de nosotros a nuestros hijos.
    Donde nuestro camino de regreso debe ser claro y sencillo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños» Mt 11:25

    Con respeto y cariño. Dios los bendiga, los proteja y los ilumine

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