Iglesia y Sociedad

Lorca, que te quiero Lorca…

27 Ago , 2012  

Para Christian Rivero, enduendado admirador de Lorca

El libro era atabacado. En su portada oscura brillaba solamente el nombre, Federico García Lorca, como dibujado, con las letras iniciales de cada nombre alargadas, como jirafas que extienden su cuello a las alturas. La primera de forros lucía el sello Tolle. Lege que identifica a la legendaria casa editorial Aguilar, y sobre el sello el dibujo de un florero de tres solitarias flores con forma de pescados, como hecho en un solo trazo y sin levantar la pluma. Debajo del dibujo, el autógrafo: Federico García Lorca.

Es la duodécima edición de las obras completas de Federico, publicada en 1966. La recopilación y notas son de Arturo del Hoyo, con prólogo de Jorge Guillén y epílogo de Vicente Aleixandre (¡Entre poetas te veas!). La nota editorial señala que el cuerpo de las obras completas en esta edición de Aguilar tuvo cambios hasta la quinta edición. Rápidamente me fui a las últimas páginas para gustar del índice: prosa (impresiones, narraciones, conferencias, autocríticas, charlas, artículos…), verso (todos sus libros, desde su primer Libro de Poemas, hasta el postrer Diván del Tamarit, sus poemas sueltos, suites, sonetos, cantares populares), teatro (de El Maleficio de la Mariposa hasta La Casa de Bernarda Alba), otras páginas de impresiones y paisajes, su epistolario, entrevistas y declaraciones… y, finalmente, un apéndice con sus dibujos y las partituras de la música de sus canciones: todo García Lorca en 2018 páginas de papel Biblia.

Era una agradable mañana de enero de 2001 en Montevideo, en una de las muchas librerías de viejo que se montan en las aceras de un barrio de la capital uruguaya. Mi anfitrión, Roger Gutiérrez Díaz, me había conducido amablemente a ese festín de letras. El enamoramiento fue inmediato: yo tendría que hacerme de las obras completas del poeta y dramaturgo andaluz. Después de algunas breves operaciones mentales (soy malísimo para las equivalencias monetarias), tomé la decisión de comprarlo. Sólo un libro más llamó poderosamente la atención: dos tomos gigantes con las partituras de las canciones de Silvio Rodríguez (todo el Silvio producido hasta ese momento), pero estaba a un precio estratosférico y significaba además –a pesar de mi indeclinable devoción por el cantautor– un doble problema: la inutilidad del gasto (no sé leer música) y los kilos que representarían en mi maleta de regreso. Así que me regresé del Uruguay solamente con el tomo de García Lorca bajo el brazo. No me ha abandonado en todos estos años.

El tiempo y el uso ha deteriorado un poco el ejemplar, ya viejo desde mi compra, pero me ha permitido acercarme en estos años al Lorca total. Hace unos pocos días, la semana pasada, se cumplían 76 años del asesinato del bardo español, ocurrida en la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936. Decidí entonces dedicar esta entrega a García Lorca, el entrañable poeta y dramaturgo. Pero, ¿por qué hablar de García Lorca cuando podemos dejar que sea él quien hable? Así que, además de presumirles mi libro, entresacaré de sus páginas algunos fragmentos de sus textos en prosa, que nos acercan al alma del poeta, y que hoy quiero compartirles, en conmemoración de su martirio.

De la conferencia “La imagen poética de Góngora”:
“Dice el gran poeta francés Paul Valéry que el estado de inspiración no es el estado conveniente para escribir un poema. Como creo en la inspiración que Dios envía, creo que Valéry va bien encaminado. El estado de inspiración es un estado de recogimiento, pero no de dinamismo creador. Hay que reposar la visión del concepto para que se clarifique. No creo que ningún artista trabaje en estado de fiebre. Aun los místicos, trabajan cuando ya la inefable paloma del Espíritu Santo abandona sus celdas y se va perdiendo por las nubes. Se vuelve de la inspiración como de un país extranjero. El poema es la narración del viaje. La inspiración da la imagen, pero no el vestido. Y para vestirla hay que observar ecuánimemente y sin apasionamiento peligroso la calidad y sonoridad de la palabra…”

De su “Charla sobre Teatro”:
“El teatro es siempre, siempre un arte… arte por encima de todo. Arte nobilísimo; y vosotros, queridos actores, artistas por encima de todo. Artistas de pies a cabeza, puesto que por amor y vocación habéis subido al mundo fingido y doloroso de las tablas. Artistas por ocupación y preocupación. Desde el teatro más modesto al más encumbrado se debe escribir la palabra “arte” en salas y camerinos, porque si no vamos a tener que poner la palabra “comercio” o alguna otra que no me atrevo a decir. Y jerarquía, disciplina y sacrificio y amor… Yo sé que no tiene razón el que dice: “ahora mismo, ahora, ahora” con los ojos puestos en las pequeñas fauces de la taquilla, sino el que dice “mañana, mañana, mañana” y siente llegar la nueva vida que se cierne sobre el mundo”.

De su conferencia “Teoría y Juego del Duende”:
“La virtud mágica del poema consiste en estar siempre enduendado para bautizar con agua oscura a todos los que lo miran, porque con duende es más fácil mar, comprender, y es seguro ser amado, ser comprendido, y esta lucha por la expresión y por la comunicación de la expresión adquiere a veces, en poesía, caracteres mortales.
Recordar el caso de la flamenquísima y enduendada Santa Teresa, flamenca no por atar un toro furioso y darle tres pases magníficos, que lo hizo; no por presumir de guapa delante de Fray Juan de la Miseria n por darle una bofetada al Nuncio de Su Santidad, sino por ser una de las pocas criaturas cuyo duende (no cuyo ángel, porque el ángel no ataca nunca) la traspasa con un dardo, queriendo matarla por haberle quitado su últimos secreto, el puente sutil que une los cinco sentidos con ese centro en carne viva, en nube viva, en mar viva, del Amor libertado del Tiempo”.

Colofón: Obra del azar o programada coincidencia, celebro que la efeméride del asesinato de García Lorca haya estado enmarcada por la presentación en Yucatán de su obra de teatro “Bodas de Sangre”, en una dignísima y atractiva puesta en escena de Por Qué No? Producciones que, bajo la dirección de Yatzaret Castillo, estuvo presentándose en el Teatro Daniel Ayala los pasados 15 y 22 de agosto.


2 Responses

  1. Socorro Alca Rod dice:

    ¡¡¡ Bellísima puesta en escena, Felicidades a todo el elenco y el personal ¡¡¡.

  2. Que azar tan coincidentemente afortunado. Mil gracias por su opinión. Cabe mencionar que es un trabajo realizado con grandes seres humanos, que hacemos unión y apuntalado también por un fiel defensor del concepto. Nuevamente muy agradecida.

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