Iglesia y Sociedad

¡Alebrijes! ¡Alebrijes!

4 Dic , 2013  

(Palabras pronunciadas en la inauguración de la exposición “Máscaras y Alebrijes 2013”, coordinada por Aurora Caro Eng, con obras resultantes del Taller Interlíneas. Foro Cultural Amaro, 4 de diciembre de 2013)

Nunca se sabe con qué y con quiénes va a encontrarse uno en sus sueños. Quienes tienen la dicha de recordar sus experiencias oníricas en detalle podrán dar testimonio de lo autónomo que nos parece el mundo de los sueños, a pesar de todos los años de tradición psicoanalítica. Puertas abiertas al misterio del inconsciente, los sueños son como el viento: uno no sabe de dónde vienen ni a dónde van. Hay sueños que asemejan premoniciones, presagios de futuro. Otros que nos persiguen como vengativos duendes del pasado. Y seguramente más de uno de quienes estamos reunidos en este recinto se pondrían de pie si alguien pidiera que se levantaran las personas que alguna vez han visto que alguno de sus sueños ocurra más tarde en la realidad.

Pero entre todas las historias que involucran personas que sueñan, me parece en extremo fascinante la historia de don Pedro Linares López, un cartonero chilango, artesano del mercado La Merced, que en 1936 enfermó gravemente y a quien sus familiares dieron por muerto después de un largo período de inconsciencia. ¡Qué susto no se llevarían quienes, arremolinados en torno al presunto cadáver de don Pedro, lo vieron despertar y ponerse de pie en medio de su propio velorio! Resulta que don Pedro no estaba muerto… ni andaba de parranda. Estaba sólo profundamente dormido y, no se sabe si fue la profundidad del sueño o la grave enfermedad que parecía aquejarlo, pero don Pedro se había pasado el tiempo de su inconsciencia… soñando.

A sus treinta años cumplidos -había nacido en los albores del siglo, en el año de 1906- don Pedro contaba lo que había visto en sus sueños y nadie atinaba a entenderlo. Decía a quien quisiera oírlo, que en medio de la inconsciencia, producto de su grave enfermedad, había soñado un bosque apacible en el que, de repente, las nubes, las rocas, los animales, se convirtieron en unas extrañas criaturas: un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro… Todos estos animales gritaban una sola palabra: ¡Alebrijes!; gritaban más y más fuerte: ¡Alebrijes, alebrijes, alebrijes! Sólo la ayuda de un hombre permitió que don Pedro encontrara el camino de salida y despertara en medio de la suspensión azorada de los rezos de su propio funeral y los gritos de espanto de sus hermanas y familiares.

Ese fue el nacimiento de los alebrijes. Don Pedro Linares López hizo uso de su experiencia de artista del cartón y comenzó a moldear las imágenes que había visto en su sueño. Más tarde, siguió inventando imágenes parecidas: cuernos, colas, colmillos, alas, animales salidos de su prodigiosa imaginación tomaron vida en la cartonería pintada. Así estuvo don Pedro, hasta que en 1992, a la edad de 86 años, le tocó morirse de veras y, esta vez, para no despertar. Ya no hemos sabido qué clase de alebrijes ande viendo don Pedrito en su sueño eterno. Pedro Linares recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1990 por su gran trayectoria artística. Esta historia se antojaría leyenda urbana si no fuera porque hasta la fecha sus descendientes: Miguel Linares, Paula García, Blanca y Elsa Linares, siguen haciendo nacer de sus manos nuevos y novedosos alebrijes, creaciones del arte mexicano que se exponen ahora no solamente en el mercado de La Merced, sino en salas de exposición de Europa y los Estados Unidos. Y con ellos, miles de cartoneros más.

Aquí en Yucatán, el Taller Interlíneas ha tomado en sus manos esta tradición. Bajo la dirección de la maestra Aurora Caro Eng, por segundo año consecutivo, en lo que esperamos se vuelva una gozosa experiencia anual, se presenta en este lugar la exposición Máscaras y Alebrijes en su edición 2013. Derroche de desbordante creatividad es lo que nos presentan en esta exposición, explosiva tanto en formas como en colores, las artistas Laura O. Arjona, Sofía Caro Eng, Eugenia Cortés Alayola, Luz María Huchim, Gabriela Magallanes, Ana O. Maldonado, Graciela Salgado, Liliana Sánchez y el bendito entre las mujeres Ricardo Espadas.

Formas inimaginables, juguetería onírica, dignificación del arte de la cartonería, las máscaras y los alebrijes hoy expuestos son una invitación lúdica a introducirnos en el mundo de los sueños, a jugar con la imaginación, a dejarnos asombrar por una creatividad que parece inagotable. Muchas felicidades y larga vida al Taller Interlíneas. Ojalá disfrutemos mucho de esta exposición quienes tenemos hoy el privilegio de participar en esta venturosa noche.


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