Iglesia y Sociedad

La Casta Susana

11 Dic , 2013  

El relato de la casta Susana se encuentra en el libro de Daniel, uno de los libros bíblicos más complejos tanto en su composición como en su temática. Confluyen en este texto tres lenguas: hebreo, arameo y griego. Aunque no haya ninguna seguridad, la mayor parte de los especialistas identifica las épocas de composición de cada una de las partes del libro en un orden temporal: serían más antiguos los textos escritos en hebreo, seguidos de los párrafos en arameo, considerando así los textos escritos en griego como los más recientes.

Esta variedad de lenguas, que sería un signo del complejo proceso de composición del libro, es solamente uno de los elementos de su singularidad. También lo es su temática. Daniel es el único libro del Primer o Antiguo Testamento que contiene textos de género apocalíptico, tan conocido para nosotros debido a que tenemos un Apocalipsis en el Nuevo Testamento. Esta característica provocó que los judíos colocaran el libro de Daniel entre la sección Ketubim, es decir, “los escritos”, la clasificación más laxa del conjunto de la Biblia hebrea y que a diferencia de las otras dos secciones (Torah y Nebi’im, esto es: la Ley y los profetas), admite una amplia gama de géneros, desde colecciones de proverbios, de oraciones, de leyendas, de novelas cortas, etc., mientras que los cristianos colocamos el libro de Daniel entre la serie de profetas mayores.

Pero no se trata este artículo de un estudio sobre el libro de Daniel. Si he sometido al lector, inmisericordemente, a este breviario es solamente para explicar por qué el relato de la casta Susana puede encontrarse únicamente en las Biblias católicas o en aquellas ecuménicas, es decir, las ediciones que pueden usar tanto católicos como protestantes y que incluyen la lista larga de libros bíblicos en lugar de la lista corta. Resulta que los rabinos judíos del siglo II, años después de la destrucción de Jerusalén en el año 70, decidieron eliminar de la lista de libros que se leían en las sinagogas todos los libros que no estuvieran escritos en hebreo. Eso motivó que al libro de Daniel se le cortaran los fragmentos escritos en griego. Y el relato de la casta Susana es uno de ellos. La mayor parte de las iglesias cristianas conservaron el canon largo, incluyendo los libros judíos escritos en griego (73 libros), hasta después de la reforma de Lutero, en la que la mayor parte de las iglesias reformadas optaron por el canon corto de los judíos (66 libros). Por tanto, si usted es católico o católica, encontrará el relato de Susana en el capítulo 13 del libro de Daniel. Si es usted protestante y usa la Biblia del canon corto, la Reina Valera, por ejemplo, no encontrará en el libro de Daniel el relato de Susana, porque en esta versión el libro de Daniel tiene solamente 12 capítulos. Pero si, siendo protestante, tiene usted acceso a una biblia con los textos deuterocanónicos (o “apócrifos”, como los denomina la tradición reformada), podrá encontrar el texto en los párrafos adicionales bajo el capítulo 1.

Bueno, todo este embrollo es para referirme al texto del relato de la casta Susana. Si los tres párrafos anteriores la o lo marearon, haga caso omiso de ellos. Al fin y al cabo en esta era tecnológica las Biblias impresas ya no son indispensables: entre usted a algún buscador y coloque “casta Susana” y seguramente encontrará acceso al relato. Y me refiero en esta entrega a la casta Susana debido a que el equipo Indignación acaba de presentar, en el día de los derechos humanos, un informe titulado así: La casta Susana: mujeres sin justicia en Yucatán. Inspiradas en esta leyenda recogida por el redactor del libro de Daniel, Indignación hace un recuento de las acciones, omisiones, desatinos del Poder Judicial en relación con las mujeres que buscan justicia en los tribunales.

No es la primera vez que el equipo de derechos humanos toca este tema. En el año 2009 publicó un informe tituladoNach Yano’on (¡Qué lejos estamos!)”, en el que se analizaba a detalle la actuación del sistema de procuración de justicia (ministerios públicos, policía judicial, etc., dependientes del Poder Ejecutivo) en relación con la equidad de género y el acceso de las mujeres a la justicia. Ha tocado el turno ahora al sistema de impartición de justicia, dependiente del Poder Judicial. La detallada documentación de algunos de los casos emblemáticos acompañados por el equipo Indignación ofrece al lector o lectora un panorama desolador: jueces (¡y juezas!) que exculpan a los agresores, que liberan del cargo de violación a varones que han sometido a violencia sexual a mujeres desde la infancia, que dilatan el divorcio “exprés” a más de cinco meses haciendo nugatoria la reciente reforma legislativa, que exhiben argumentos machistas en sus resoluciones… todo un catálogo de acciones y omisiones que impiden el acceso de las mujeres, sobre todo de las mujeres mayas, a la justicia pronta y expedita y que permanecen en la impunidad.

El informe La casta Susana: mujeres sin justicia en Yucatán no tiene desperdicio. Es un instrumento de análisis que denuncia las consecuencias del patriarcado e intenta contribuir a su desmantelamiento. Pueden ustedes, pacientes lectoras y lectores, acceder a su lectura en la Red. Reproduzco abajo la nota informativa del equipo Indignación, que contiene la dirección del portal electrónico en el que puede encontrarse el documento.

La casta Susana. Mujeres sin justicia en Yucatán, se titula el informe del equipo Indignación que evalúa la actuación del poder judicial del Estado y que se presentó hoy, en el 65 aniversario de la declaración universal de los derechos humanos.
El relato bíblico del libro de Daniel sobre la actuación de dos jueces que abusaron de una mujer, la inculparon falsa y dolosamente, testificaron contra ella y la condenaron sirve de referencia para presentar un informe que muestra la reticencia de jueces y magistrados en Yucatán para garantizar un debido proceso en casos de violencia contra las mujeres y emitir sentencias con criterios de género, que incluyan medidas de reparación y garantías de no repetición.
Durante la presentación del informe integrantes del equipo Indignación compartieron algunos de los casos que acompañan y que han permitido documentar la descalificación permanente hacia el testimonio de las mujeres, ya que han jueces y magistrados han eliminado el delito de violación en casos graves de evidente y reiterada violencia sexual, incluso contra menores de edad.
La procuración de justicia, evaluada desde un informe anterior, es también un obstáculo para que las mujeres accedan a la justicia. Las sentencias de los jueces son dictadas sin evidencias científicas, como podrían ser las pruebas de ADN, ya que en Yucatán el Ministerio Público no cuenta con laboratorio que la realice ni asume el costo en caso de que se aporte la prueba.
La inadecuada tipificación del delito de feminicidio, la reticencia a emitir medidas de protección que podrían salvar vidas, los largos y costosos juicios sin intérprete que concluyen con una sentencia de dos mil pesos contra el agresor después de 30 años de violencia física, sicológica y sexual se exponen a lo largo de un informe que va uniendo la voz a la de Susana, la bíblica, que exclama “no tengo escapatoria”.
Silvia Chalé, del equipo Indignación, expuso que en Yucatán las mujeres mayas no tienen acceso a la justicia ni en su propia lengua ni en su propia cultura, pues el sistema no reconoce los sistemas normativos del propio pueblo maya “y se nos impone un proceso en un sistema que no es nuestro, que no entendemos y que representa una barrera”.
Al final el informe concluye con recomendaciones dirigidas al Poder Judicial y a otros poderes del estado urgiéndoles a adoptar y cumplir con los criterios mínimos para garantizar verdaderamente el acceso a una vida libre de violencia para todas las mujeres de Yucatán.
El informe se presentó en el Foro Cultural Amaro y puede descargarse en el siguiente enlace: http://indignacion.org.mx/wp-content/uploads/2013/12/LaCastaSusana.pdf

Colofón: Tiempos aciagos vivimos: el poder legislativo convertido en un mercado donde se vende la nación. Convendría a estos legisladores colocarse al cuello la leyenda: “Se vende país con vista al mar. Informes: Presidencia y Congreso de la Unión”


One Response

  1. Contribuya esto a lograr un poco más de justicia para nuestras mujeres… Gracias a los que nos ayudan a tener conciencia de esta situación para poner nuestro granito de arena… Un abrazo fraterno

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