Iglesia y Sociedad

Chablekal y la independencia posible

18 Sep , 2015  

Me quedan algunas marcas de mi formación autodidacta en ciencias sociales. Que las revoluciones (entendidas éstas como las transformaciones operadas en la estructura social que permiten una refundación de los modos de producción, de distribución de bienes y de consumo) solamente pueden tener lugar cuando se han dado las condiciones mínimas que permitan su surgimiento, es una de ellas.

El caso de la principal celebración del santoral cívico mexicano –la independencia– es paradigmático. El surgimiento y fortalecimiento de un estrato ilustrado de población criolla en la época colonial, las ideas de la ilustración y la experiencia reciente de la revolución francesa y su impacto en el debilitamiento de la ideología monárquica, fueron elementos sin los cuales habría sido imposible el estallido de la guerra de independencia.

¿Cuál es la revolución que nuestro tiempo necesita? Este año, la celebración de la independencia ha sido especialmente desesperanzadora. Sumidos en lo más hondo de una crisis que abarca la economía (depreciación del salario, aumento de los precios), la política (corrupción gubernamental y cinismo de la partidocracia), la procuración y administración de justicia (desapariciones forzadas y crecimiento de la impunidad) y la convivencia social (niveles de violencia y persistencia de patrones discriminatorios), el grito desangelado del titular del ejecutivo federal ante un zócalo a medio llenar con acarreados del estado de México reflejó solamente el hartazgo colectivo y la inoperancia cada vez mayor de los instrumentos clásicos de manipulación de masas: el pan y el circo.

Aprovechando las herramientas digitales doy una ojeada a los artículos que, año tras año durante las dos últimas décadas, he escrito en ocasión de las fiestas patrias. La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y los recientes escándalos de corrupción en el gobierno son las notas que distinguen la celebración del 205º aniversario del grito de Dolores en este año 2015. En estos tiempos México ha terminado por convertirse en un gigantesco cementerio. Sobrevivimos sobre una pila de muertos: migrantes indocumentados, víctimas de secuestros, mujeres asesinadas, periodistas y activistas de derechos humanos, jóvenes estudiantes, indígenas que defienden su territorio… y todo ello con la participación, por complicidad o por omisión, del Estado. En un panorama así, cuesta trabajo encontrar lugar para la esperanza.

La depresión, sin embargo, es desmovilizadora. Tanto a nivel personal como social, deprimirnos solamente nos inmoviliza y permite que la situación trágica continúe su carrera hacia el caos y la destrucción. Refundar desde sus raíces este país parece ser la tarea revolucionaria del actual momento. Hay iniciativas que caminan en este sentido. No solo es el zapatismo y su sostenido testimonio de la posibilidad de construir la convivencia social desde otra perspectiva, sino que van surgiendo aquí y allá iniciativas, como la de la Constituyente Ciudadana, que apuntan a nuevas direcciones, que enderecen el rumbo de este caos en el que hemos convertido a México.

Por eso quiero referirme aquí a un movimiento local que despierta muchas esperanzas. Los pobladores y pobladoras de la comisaría meridana de Chablekal han sufrido la venta indiscriminada de su territorio: algunos ejidatarios se han llenado los bolsillos mientras muchas familias se han quedado sin poder ofrecer a sus hijos e hijas un pedazo de tierra donde puedan hacer su casa (ya ni pensar en cultivar la tierra, que la mancha urbana crece con apetito voraz e esos territorios, alentada por la ineptitud de los tres órdenes de gobierno). Así pues, han comenzado a reunirse para conversar qué pueden hacer para conservar como territorio del pueblo las hectáreas que aún no han sido vendidas por el comisariado ejidal.

Hay mucha novedad en el movimiento de Chablekal por la defensa de su territorio: en primer lugar, las y los pobladores sustentan su petición en leyes internacionales que defienden el territorio de los pueblos originarios. Con la reciente reforma constitucional en materia de derechos humanos, ha quedado consagrado el nivel de obligatoriedad que dichos instrumentos legales internacionales tienen en nuestro país. Pero movimientos como el de Chablekal obligan a las autoridades agrarias y ejidales a enfrentarse con un nuevo discurso y desnudan las reformas que solamente son pronunciamientos pero que no favorecen la legislación menor que puede hacerlos exigibles.

Por otro lado, el movimiento de Chablekal es novedoso también porque coloca en la discusión pública una realidad que resulta políticamente incorrecta, incluso para las izquierdas: la actual inoperancia de las estructuras ejidales y la conversión de una estructura, originalmente surgida para la defensa del uso de la tierra por las y los campesinos, indígenas en su gran mayoría, en un instrumento al servicio de la voracidad de los empresarios inmobiliarios y/o extractivistas. El ejido, medio de reivindicación usado ayer por los pueblos indios para la defensa de su territorio, ha terminado por convertirse (no, desde luego en todos los casos de nuestra geografía… hablo aquí de Chablekal) en un instrumento de despojo por el que los pueblos originarios se van quedando sin el territorio que les da identidad y permite la reproducción de sus patrones culturales.

Ambas novedades están siendo duramente combatidas por quienes se ven afectados por el crecimiento vigoroso del movimiento. La reciente respuesta del comisariado ejidal de Chablekal ante el Tribunal Agrario negando la existencia de mayas en este territorio, expone en toda su crudeza la ideología “yucatequista” (aquí no hay mayas y no mayas, lo que habemos son yucatecos) y los oscuros intereses que esta ideología termina por favorecer. No es poco abjurar de la diversidad cultural que tendría que ser una de las auténticas glorias de nuestra patria. Pero terminar favoreciendo con nuestra manera de clasificar a las personas a un puñado de capitales de dudosa procedencia, es vergonzoso.

Una tercera novedad, no menos importante, es la manera cómo este movimiento de Chablekal ha ido tomando sus decisiones: en asambleas comunitarias abiertas, democráticas y en busca de consensos. Muy distinto del ejercicio del poder dentro del ejido, donde los comisarios son casi amos y señores que operan en lo oscurito y sacan pingües ganancias de corruptas ventas, donde se hacen ilegales depuraciones del padrón cada determinado tiempo a conveniencia de quienes mandan y donde las mujeres son, en la práctica, un cero a la izquierda.

En fin, que ya ustedes podrán juzgar con mayores elementos al leer el comunicado que la Unión de pobladores y pobladoras del pueblo de Chablekal ha emitido en el primer aniversario de su movimiento y que ahora les comparto. Consideren ustedes, amables lectoras y lectores de estas páginas, si conocer y seguir este movimiento popular de Chablekal no es una buena manera de celebrar la independencia… aunque haya usted ido a ver a Espinosa Paz que, según me cuentan, está en su mejor momento…

Unión de pobladores y pobladoras de Chablekal.

Comunicado

El 28 de agosto se cumplió un año de que los pobladores, avecindados y comuneros de este pueblo de Chablekal, tomamos posesión de las tierras que siempre nos fueron negadas por parte del ejido y de las autoridades agrarias. En esta fecha se constituyó la Unión de pobladoras y pobladores del pueblo de Chablekal. Por el derecho a la tenencia de la tierra, el territorio y los recursos naturales.

Esta unión la conformamos poco más de 250 personas entre hombres y mujeres; muchos somos hijos e hijas de ejidatarios, otros somos hijos e hijas de ejidatarios que fueron depurados de manera ilegal, también estamos aquellos que hace años llegamos y que nos establecimos, haciéndonos vecinos. Todos aquellos somos vecinos y naturales porque somos hijos e hijas nacidos en este pueblo de Chablekal.

Nuestra Unión de pobladoras y pobladores ha resistido un año de lucha comunitaria, se ha mantenido unido y comunicado. Ha permanecido todos los domingos en las tierras que hemos ocupado, en el polígono denominado Misne-Balam (El gato-Jaguar). Hemos logrado mantenernos informados de todas las acciones que se han realizado, por medio de nuestras asambleas de todos los lunes por las noches, en la explanada de la unidad deportiva.

Algunos compañeros han renunciado a esta lucha; para ser exactos, fueron diez varones que por su propia voluntad, manifestaron no querer seguir en esta causa; hay otros que nunca se acercaron al movimiento, a pesar de que se les visitó muchas veces. Por otra parte, muchos más compañeros y compañeras se han acercado para solicitar información del movimiento, y hasta se han integrado nuevos miembros de esta Unión.

También tenemos que decir que muchos ejidatarios se han acercado al movimiento y nos han dicho que están muy de acuerdo con lo que estamos haciendo, es decir que muchos ejidatarios han comprendido que la tierra es de todos y todas. Seguramente estas personas ya están entendiendo que vender toda la tierra de nuestro pueblo no es la mejor solución. Nuestra Unión de pobladoras y pobladores está siendo acompañada y asesorada por los abogados/as del equipo de derechos humanos INDIGNACION A.C., que han preparado todos los recursos legales que se han presentado ante las dependencias agrarias, es decir, la Procuraduría y el Tribunal Agrario, así como también ante el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya del Estado de Yucatán, (Indemaya) y ante la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).

ACCIONES JURIDICAS. A MODO DE RECUENTO
La Unión de pobladores presentó el día 8 de septiembre de 2014 una demanda ante la Procuraduría Agraria del Estado de Yucatán, en la que se solicitaba la intervención de dicha autoridad para que suspendiera toda clase de transacción que se pudiera hacer con las tierras de nuestro pueblo. También se solicitó el reconocimiento de los derechos que todas y todos tenemos a la tenencia de la tierra y el territorio. La Procuraduría Agraria no contestó nuestra petición en el tiempo que manda la ley, por esa razón la Unión solicitó un amparo ante la justicia federal, la cual obligó a la Procuraduría Agraria a contestar nuestra demanda.
El delegado federal de la Procuraduría Agraria en Yucatán, Pablo José Castro Alcocer, respondió a nuestra demanda diciendo que las cosas que le estamos pidiendo no las podía hacer, ya que eso es facultad únicamente del Tribunal Agrario. Sin embargo, el mismo delegado nos invitó a que formáramos una comitiva de la Unión de pobladores para que nos presentáramos en sus oficinas para conversar sobre la problemática que estamos denunciando. El día 14 de enero del 2015 tres compañeros de la Unión nos presentamos y sostuvimos una plática con el delegado, el cual nos prometió invitar al comisario ejidal de Chablekal, para que entablásemos una mesa de diálogo en la que él mismo fungiría como mediador y defensor, para que ambas partes saliéramos beneficiadas. El delegado, Pablo José Castro Alcocer, nunca más nos volvió a hablar para dicha mesa de diálogo. EL GOBIERNO Y SUS INSTITUCIONES LE MIENTEN AL PUEBLO.

El 10 de octubre del 2014 presentamos nuestra demanda ante el Tribunal Unitario Agrario; en ella exigimos se reconociera nuestro derecho a la tenencia de la tierra, el territorio y los recursos naturales. También exigimos que dicho Tribunal dictase las medidas precautorias necesarias para detener la venta de nuestras tierras. Este Tribunal tampoco nos quiso contestar, por lo que, otra vez, tuvimos que solicitar el amparo de la justicia federal para que nos contestara. Recalcamos que este Tribunal Unitario Agrario en dos ocasiones ha rechazado nuestras demandas, señalándonos cosas que creemos que son solamente pretextos para retrasar la admisión de nuestra demanda. El Tribunal nos ha dicho, entre otras cosas, que no ha podido aceptar nuestra demanda porque no sabe dónde notificarle al comisario ejidal; sin embargo, todos hemos visto en muchas ocasiones al visitador del Tribunal en la casa del comisario. LE VOLVIERON A MENTIR AL PUEBLO: PUROS PRETEXTOS.

En el más reciente rechazo a nuestra demanda, el magistrado del Tribunal, Dr. Rubén Gallardo Zúñiga, señaló el que sería el último requisito que nos faltaría para poder aceptar nuestra demanda. El 3 de agosto de este año, presentamos la última prevención que se nos había solicitado: la ley dice que el magistrado tiene de cinco a diez días para contestarnos y ya se ha pasado su tiempo; seguramente tendremos que volvernos a amparar para que nos conteste. Como diríamos en el pueblo: a esta autoridad, si no las jurgas, no te contesta. EL GOBIERNO EN SUS INSTITUCIONES LE MIENTE AL PUEBLO.

El pasado 23 de abril del año en curso, presentamos una solicitud de mediación ante la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), así como también ante el Instituto para el Desarrollo de Cultura Maya del Estado de Yucatán (INDEMAYA), presididas por sus respectivos directores, C. Jesús Carlos Vidal Peniche y C. José Nicolás Ávila Cervantes. La Unión de pobladores decidió pedir la intervención de estas instancias ya que estas fueron creadas para salvaguardar y defender los derechos de los pueblos. Hasta el día de hoy estas instancias no han contestado a nuestra petición. EL GOBIERNO Y SUS INSTITUCIONES SOLAMENTE LE MIENTE AL PUEBLO.

LOS POBLADORES Y EL COMISARIO EJIDAL
Los pobladores y pobladoras hemos sostenido dos encuentros informales con el señor Leoncio Coot Kantún. El domingo 31 de agosto de 2014, alrededor de 150 pobladores y pobladoras sostuvimos una plática informal en los montes de Misne-Balam con el señor Leoncio Coot Kantún, que estaba acompañado de sus colaboradores. En esa ocasión, el comisario nos advirtió que no tomáramos posesión de esas tierras ya que, según él, la asamblea había acordado la prohibición de que fueran ocupadas. También nos dijo que la asamblea nos sancionaría por haber entrado en esos montes. Los pobladores, por nuestra parte, le reclamamos que el ejido siempre nos había negado nuestro derecho y le dejamos en claro que la tierra es de todos, y también le exigimos que convocara a una asamblea, la cual nunca convocó.

El domingo 28 de septiembre mantuvimos un segundo encuentro con el comisario en el monte de Misne-Balam. En esta ocasión, el comisario solamente comentó que seguía viéndonos de cerca y que convocaría una asamblea para que ésta decidiera qué iba a pasar con nosotros. Nunca convocó a la asamblea. En esa misma ocasión, los señores Fidelio Cohuo Chí, Rubén Azueta Cohuo y Tomás Cohuo, junto con el consejo de vigilancia, se acercaron al grupo para exigirnos que abandonáramos ese monte ya que, dijo el señor Fidelio Cohuo, ese polígono era su posesión; además, nos dijo que el comisario ejidal no es autoridad, que la verdadera autoridad es el consejo de vigilancia, y que por esa razón lo había llevado al monte para que viera lo que los pobladores estábamos haciendo. El consejo de vigilancia solamente nos dijo que a ellos no se había acercado ninguna persona de nuestro grupo para manifestarle lo que estábamos haciendo. Al final de la discusión, el señor Fidelio Cohuo terminó aceptando que los pobladores sí tenemos ese derecho, sin embargo nos dijeron que era una lástima que hubiéramos reaccionado tarde ya que las tierras se habían acabado, y que lo que quedaba era para ellos.
En otra fecha un grupo de pobladores nos apersonamos en la casa del comisario para entregarle una copia de la demanda que interpusimos ante la Procuraduría Agraria; sin embargo, él nunca salió a recibir el documento a pesar de que muchos lo vieron dando vueltas adentro de su casa.

¿QUÉ ES LO QUE ESTAMOS EXIGIENDO?
Las y los pobladores de Chablekal le exigimos al ejido que paren las ventas de las tierras de nuestro pueblo. LA TIERRA ES DE TODOS Y TODAS
Que reconozcan el derecho que tienen todos los pobladores, avecindados, comuneros y posesionarios, sobre las tierras y seamos incluidos en la toma de decisiones. ¡El ejido tiene facultad para reconocernos! ¿POR QUÉ SE NIEGA? El ejido al negarnos este derecho viola todos nuestros derechos humanos y nuestras garantías colectivas e individuales. Eso es un DELITO.
Exigimos a la Procuraduría Agraria que deje de solapar todas esas ventas que se han hecho de manera ilegal y tramposa. Le exigimos que sea una autoridad que garantice el derecho de todas y todos. Su trabajo es PROCURAR EL DERECHO DEL PUEBLO.
Le exigimos al Tribunal Unitario Agrario que admita nuestra demanda y deje de poner pretextos para su aceptación. Le recordamos al Tribunal Agrario que ya un Tribunal Federal ha reconocido la validez de nuestra organización. QUE DEJE DE DEFENDER A LOS EMPRESARIOS Y QUE DEFIENDA AL PUEBLO. ESE ES SU TRABAJO.

¿QUÉ ES LO QUE DEMANDAMOS HOY LAS Y LOS POBLADORES DE CHABLEKAL?
Después de analizar la situación que hoy existe en la mayoría de nuestros pueblos, naciones y comunidades indígenas que vivimos en el territorio nacional, en Chablekal hemos resuelto manifestar nuestra palabra.
Damos a conocer que actualmente muchos de nuestros pueblos mayas de Yucatán somos víctimas de despojos violentos de nuestras tierras, territorios y recursos naturales. Los grandes empresarios de Mérida, junto con el capital extranjero, están acaparando todo nuestro territorio. Y peor aún es lo que pasa en otros estados de la república, en donde se ha asesinado, desaparecido y encarcelado a cientos de hermanas y hermanos indígenas. Y lo mismo que pasa en nuestro país, pasa en todo el continente. Los malos gobiernos capitalistas neoliberales han practicado, en complicidad con las empresas transnacionales y nacionales, las políticas de desprecio, discriminación, destrucción y muerte que han impedido el ejercicio de nuestro derecho a la autonomía y libre determinación. ¡EL GOBIERNO ES CÓMPLICE DE TODO ESTO!
ESTAMOS EN CONTRA de las reformas constitucionales y legales promovidas por los malos gobiernos a través de sus diputados de todos los partidos políticos; ellos han aprobado la modificación de leyes y de nuestra Constitución de 1917, poniendo en el mercado nuestras tierras, territorios, recursos naturales, así como conocimientos y saberes indígenas.
La intromisión de los malos gobiernos y las empresas en nuestras comunidades y pueblos, se ha dado a través de los programas gubernamentales que las dependencias, funcionarios, partidos políticos y empresarios, a través de mentiras, corrupción, engaños y traiciones han venido imponiendo sin consultar a nuestras comunidades. El PROCEDE, PROCECOM, la SEMARNAT, Secretaría de Turismo, SEDESOL, INEGI, Procuraduría Agraria, el CDI, INDEMAYA, FANAR, CULTUR, y Tribunal Unitario Agrario: ¡ÉSTOS SON LOS QUE CHINGAN AL PUEBLO!
Lo anterior es una manera en que los malos gobiernos convencen, confunden, controlan y someten a muchas de nuestras comunidades, generando divisionismos y pleitos que han permitido a los malos gobiernos facilitar muchas veces la represión, el asesinato y la cárcel. Insistimos en que la tierra, que es nuestra madre, NO SE VENDE, CON LA VIDA SE DEFIENDE. Exigimos el respeto a los acuerdos asumidos por las y los pobladores de Chablekal, aprobados en su asamblea general del 28 de agosto del año 2014.


2 Responses

  1. Un ejemplo de cómo se puede luchar, en medio de la adversidad! En hora buena!

  2. […] misma resistencia ante las instancias agrarias, según comenta el presbítero Raúl Lugo en su post Chablekal y la independencia posible, en su blog Iglesia y […]

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