Como cada año, desde hace ya 21, la última semana de enero se realizará la asamblea anual de la Asociación de Biblistas Mexicanos (ABM), a la que pertenezco casi desde su fundación. En esta ocasión la sede será el bello puerto de Veracruz. Durante tres días (de martes a jueves), especialistas en ciencias bíblicas de todo el país estarán reunidos reflexionando sobre los textos sagrados.
La mecánica de la asamblea ha permanecido invariable desde sus inicios. Al final de cada asamblea se elige el tema del siguiente año y la sede del evento. Los participantes de la ABM comienzan a inscribir las ponencias que presentarán para ser discutidas. Llegada la asamblea, durante sus tres días de duración se suceden uno tras otro los/as expositores/as. Después de cada exposición hay un tiempo amplio de discusión del tema por toda la asamblea. La reflexión de cada uno de los tres días es abierta por una conferencia magistral encomendada, por una costumbre que data ya de más de seis años, a algún biblista invitado.
Este año la asamblea es doblemente emocionante para mí. En primer lugar porque tratará sobre un tema de actualidad: la crisis que nos aqueja. A lo largo de estos años las temáticas de la asamblea han sido muy variadas. En ocasiones abordamos algún tema que esté en consonancia con alguna efeméride especial, como fue el caso de 2009 en el que discutimos sobre la persona y mensaje de san Pablo, dado que celebrábamos entonces el año paulino. Otras veces escogemos algún tema bíblico que esté siendo discutido en los círculos teológicos internacionales, como ocurrió en el 2000 (con Mérida como sede), en el que se abordó la cuestión del Jesús histórico.
A mí me gusta más cuando el tema seleccionado tiene resonancias en la vida cotidiana. Y ese me parece que es el caso de este 2010. Y esa es la primera razón de mi emoción. La segunda es que, por un honor inmerecido, he sido invitado este año a ser el conferencista que inaugure los tres días con la ponencia inicial. Ha sido arduo el discernimiento sobre cuáles temas tocaría yo en las exposiciones. La decisión final, que quiero compartir con los lectores y lectoras de esta columna, ha quedado de la siguiente manera.
La primera intervención lleva por título “Babilonia y Jerusalén: crisis axiales en la Biblia”. Hablaré primeramente de un momento de crisis registrado por el Primer o Antiguo Testamento y que es propio de la historia de Israel en cuanto pueblo de la primera alianza, acaso la mayor crisis de toda su historia: el exilio o destierro en Babilonia. Hablaré en segundo lugar, de un momento que definió en buena parte la identidad del pueblo de la Nueva Alianza, la iglesia: la entrada de los no judíos a la comunidad cristiana como miembros de pleno derecho.
Esta conferencia inaugural quiere abordar el tema central de la asamblea: cómo fue que el pueblo del Antiguo y Nuevo Testamento asumieron estos momentos axiales de crisis. Ambas crisis, narradas en los libros bíblicos por voces de autores diversos, marcaron de manera indeleble la experiencia de los dos sujetos sociales (Israel y la iglesia), sus relaciones con Dios, su organización interna y los desafíos de su permanencia en el tiempo. Además, nos proveyeron de algunos criterios que pueden sernos útiles para analizar la manera como estamos enfrentando la crisis por la que actualmente pasamos quienes queremos normar nuestra vida a partir de esta tradición viva de fe que quedó plasmada en los textos sagrados.
La segunda conferencia lleva por título “Crisis económica: respuestas evangélicas y paulinas”. A la luz de la actual crisis económica, que no parece ser una crisis cíclica más, sino que está señalando, con un altísimo costo en vidas humanas y en calidad de vida para los sobrevivientes, la ineficacia de todo un sistema de organización económica, serán abordados los textos en que Jesús habla de la riqueza y pronuncia un juicio sobre ella, distinto a aquella romántica identificación, presente en algunos textos del Primer Testamento, entre riqueza y bendición divina. No podía hacerlo de otra forma quien venía, precisamente, para “anunciar la buena noticia a los pobres”. En la segunda parte se analizará el concepto de autosuficiencia, usado por san Pablo en tres de sus textos, para terminar sacando algunos criterios que puedan orientarnos en el enfrentamiento de la crisis económica por la que atravesamos.
La última conferencia se llama “Movilidad y ecología: dos crisis emergentes”. Entre la multitud de cambios de orden social que se manifestaron en la década de los sesentas, incluyendo la revisión profunda realizada por la iglesia católica, acaso la más impactante desde el tiempo de la contrarreforma, de su vida interior y de su relación con el mundo, escogí dos temas que representan ejes en torno a los cuales se define la vida en estos tiempos de crisis: el desplazamiento de personas de un lugar a otro, con las consecuencias sociales y culturales que esto implica, y la amenaza de la extinción posible de la especie humana debido al deterioro del ecosistema.
En ambos temas, migración y crisis ecológica, se analiza la perspectiva de los autores bíblicos y se confronta con los rasgos actuales de estas dos crisis emergentes, aportando elementos para, por un lado, ofrecer elementos como la hospitalidad y el combate a la xenofobia, que ayuden a mirar la migración ya no sólo como problema sino como oportunidad de enriquecimiento, y por otro lado, ofrecer pistas para superar, desde una lectura ecológica de los textos antiguos, la perspectiva antropocéntrica radical que ha servido de bandera para al proceso de depredación de los recursos naturales.
Habrá otros temas de mucho interés: “Job y la dignidad humana. Una lectura sociológica”, “Descubriendo el mestizaje en la Biblia. Un acercamiento local a la Sagrada Escritura en tiempos de globalización”, “Ante el derrumbe de la esperanza”, “Qohelet, ¿un libro posmoderno?” y muchas más. Será, sin duda, una semana de estudios apasionante.
Escribe tu comentario aqui
Estoy un poco atrasado en la lectura de los artículos, pero quiero saber si es posible leer alguna o algunas de las ponencias de la ABM. ¿Habrán memorias de la asamblea? ¿Alguna otra forma de tener acceso a las ponencias?
Felicidades atrasadas al padre Raúl por ese honor completamente merecido y ganado día a día.
Felicidades por esta intervencion raul, que orgullo tener tan cerca a alguien como tu para iluminar la palabra. Vaya pues esa bofetada con guante blanco para aquellos que creen que tus «interpretaciones» de las escrituras son tendenciosas. No saben todo el conocimiento y pasion que tienes de acerca de ellas.
Un abrazo
Antes que nada me da gusto que sea usted quien inaugure las conferencias, y quisiera comentarle que me parece muy pero muy interesante todo ese análisis que se hace en cada tema sacado de la sagrada escritura, le deseo de todo corazón que todo sea un éxito. Dios lo bendiga siempre. Y antes de terminar quiero que sepa que siempre está en mis oraciones. Un gran abrazo.
Que interesante debe ser esa asamblea y sin duda con un alto contenido teológico y pastoral. Ojalá todo salga muy bien!
Sin duda debe ser interesante estos análisis de las Sagradas Escrituras en función de los tiempos actuales, lejos de posturas fundamentalistas. Que sea un éxito este encuentro de estudiosos de la Biblia, desde luego, me siento muy feliz de que participes. Ojala despues puedas contarnos tus experiencias e impesiones del evento. Saludos desde Monterrey.
Raúl que alegría y orgullo que seas tú quien inaugure esos días de conferencias!! Pero más que eso, porque compartirás con tanta gente esa visión que une a la Palabra con la Vida (me encantaría escuchar tus conferencias).
Gracias por ser una luz que a través de tus palabras semanales, capaces de mirar más allá, me llena de esperanza por un mundo mejor.
Te mando un fuerte abrazo!!!
QUERIDO RAUL: QUE TE VAYA MUY BIEN.