Iglesia y Sociedad

Derecho de réplica

11 Oct , 2010  

El pasado domingo 10 de octubre fue publicado en la prensa local un artículo titulado “Mala educación” (Diario de Yucatán 10/10/2010) escrito como ‘Carta Abierta’ por el cronista de la ciudad, Jorge H. Álvarez Rendón. En dicho escrito, la siempre pulcra pluma del cronista se refiere a la “Clase de historia para niñas y niños” que el equipo de derechos humanos Indignación A.C. llevó al cabo en el polémico monumento levantado en el inicio del Paseo de Montejo. Con inusual pasión, el escritor se dirige a doña Beatriz para expresar su extrañeza “por el pésimo ejemplo dado a un grupo de niños” a quienes se expuso una versión de la historia con la cual el cronista parece no estar de acuerdo.

El artículo multicitado ha dado lugar a una espléndida respuesta de parte de María Cristina Muñoz Menéndez, integrante del equipo Indignación A.C. La respuesta ha sido enviada a manera de réplica al medio de comunicación en el que el artículo del Sr. Álvarez Rendón fue publicado. Dado que dicho rotativo ha concedido espacios privilegiados a opiniones favorables a la erección del monumento en cuestión y, en cambio, ha omitido publicar artículos de opinión que se oponen a ella (conozco, de cierto, al menos uno), tengo mis dudas de que dicha réplica vaya a ser publicada. Sería una lástima que don Jorge H. no tuviera acceso a dicho documento. Por ello, y coincidiendo con la conmemoración del 12 de octubre, he decidido ofrecer este espacio para que dicha carta sea publicada íntegramente. Espero que los pacientes lectores y lectoras de esta columna la disfruten. Si alguien pudiera avisarle a don Jorge para que le eche un ojo a este humilde rincón cibernético, se lo agradecería mucho. Es una respuesta que, seguramente, será disfrutable también para él.

Historias ejemplares

Sr. Jorge  H. Álvarez Rendón

Le saludo todavía con la sonrisa ante su extrañeza pronta y expedita publicada como “Mala educación”.

No soy Beatriz, aunque al evento acudieron varias; una de ellas muy querida catequista de su comunidad, genial facilitadora en talleres contra la violencia hacia las mujeres mayas y, sobretodo, entrañable tía de las niñas y niños que usted ahí ve sentados en las fotos.

No soy Beatriz (ni conduzco a ningún extraviado Dante), pero le escribo porque soy una de las responsables de la “Clase de historia para niñas y niños” que el equipo Indignación organizó el viernes pasado. Queríamos una respuesta de las autoridades… y obtuvimos la suya, todo un Cronista con columna y cátedra.

Sonrío sin burla alguna. Las y los cronistas del siglo que viene (ahora no hay mujeres ¿verdad?) seguramente leerán con sorpresa que en el año del bicentenario en Yucatán alguien quiso honrar a los invasores de hace quinientos años. Todo un anacronismo.

Como es de mala educación no responder (lo cual parece ignorar la Alcaldesa), intento responder a sus preguntas y extrañezas.

1.- Le preocupa el mal ejemplo que he dado. Imperdonable, ruin, resultó llevar a niñas y niños a ver el monumento y contarles la historia. Entonces ¿para qué lo levantaron? Bien decía Sor Juana: “Parecer quiere el denuedo / de vuestro parecer loco / al niño que pone el coco / y luego le tiene miedo”.

¿Y qué ejemplo estaremos dando a los niños y las niñas que van a una clase de historia, atípica, es verdad, y sólo escuchan una condena hacia ese hecho?

Mi pregunta queda arrinconada en el “modelo” del estudiante mudo y obediente que quieren, por ejemplo, en la U(A)DY, y pienso en el ejemplo que reciben ahora los estudiantes cuando miran a los maestros de la facultad de Derecho firmar un desplegado para avalar la arbitraria actuación de la autoridad.

Verdaderamente es mala la educación que exalta a quienes sólo son útiles para sostener estatuas. Disculpe las molestias, pero no cuente con mi silencio.

2.- Inevitablemente nos halagan algunas de sus preguntas por sus amplias expectativas. No logramos agotar en media hora con niñas y niños de entre tres y diez años todas “las variadas coyunturas económicas y políticas que han perfilado (sic) absolutamente todas las guerras de conquista de la historia de la humanidad” ¡Ufff! ¡Qué objetivo! ¿no? En nuestra “brevísima relación de las cosas de Yucatán” abundaron las preguntas como método.

Y sí (aunque ahora resulta que lo malo no es el hecho, lo malo es contarlo): unos hombres llegaron e invadieron una tierra que no era suya, una tierra en la que vivía el pueblo maya y en este punto, señor Álvarez, no importa si los indígenas eran inocentes (¿inocentes o culpables de qué?). Eran, simplemente, un pueblo. La tierra les fue arrebatada, sus ciudades fueron destruidas y ellos fueron esclavizados. “Eso pasó hace 500 años” Nos dicen. ¿Y por qué ahora la estatua? “Eso es parte de la historia”. Por supuesto, pero ¿es para hacerles un monumento a los saqueadores? La mala educación, a mi juicio, está en cantar idílicamente las tres carabelas y hablar del “descubrimiento” de América o presentar el acontecimiento como un encuentro digamos, casual.

Para explicar quién las puso y porqué están ahí las estatuas tuvimos que echar mano de opiniones publicadas que agradecen “haiga sido como haiga sido” el aporte de la lengua, la cultura y la fe.

Fue chévere oír de boca de un sacerdote el ofrecimiento de una disculpa por la violencia ejercida para imponer una religión. Bien dice el Padre Raúl que trajeron ‘una’ religión y ‘una’ Iglesia, porque Dios ya estaba aquí.

¡Y qué lindo se escuchó la lengua maya ahí, en esa avenida! Aprendimos con Don Pepe a decir, Ich Kaan Sijo’ mientras él celebraba que quinientos años de imposiciones no han logrado que los mayas le llamen “Mérida” a esta ciudad.

No nos dio tiempo de contar lo del auto de fe de Maní y otras lindezas que hicieron para destruir los monumentos que los mayas tenían en su territorio. Tampoco pudimos, aunque salió el tema, hablar de Can Ek. Teníamos que cumplir con el objetivo de la actividad. Lo que sí dijimos es que hay cuando menos dos versiones de esa historia. Y también les contamos que desde esa época hubo quienes no estuvieron de acuerdo con lo que hacían los Montejo, ni ese Carlos quinto, ni el Papa de la época que hasta hizo un foro de expertos para saber si los “indios tenían alma”.

3.- La respuesta del pequeño que usted leyó, la de la aplanadora, está dentro del contexto de la pregunta: ustedes ¿qué proponen hacer después de 100 días de insistir y no tener una respuesta de la Alcaldesa? Hubo quien dijo que no nos cansáramos de insistir, y hubo, creo que fue el pequeño de los rizos, quien siguió preguntando: ¿Por qué no contestan los del gobierno? —Porque no saben qué contestar, evadí. Y, mirando para arriba, dijo muy serio —pues hay que quitar al gobierno.

¡Anda! No me sorprende su sensatez pues su mamá le da “malos” ejemplos de cordura y estudia con los nuevos métodos: es la búsqueda la que encuentra esa letra que en otros tiempos entraba con sangre.

La pequeña maya que estaba a su lado insistió en jalar duro. En ese momento pasaron dos camionetas antimotines y en aras de la paz les mandamos un cariñoso e infantil saludo. (Qué curioso: tirar una estatua es delito; destruir un país, no. Y en Yucatán es más grave derribar una estatua que agredir a una mujer).

4.- A una niña maya lindísma, con sus pantalones de mezclilla y su camisa de Patilú, le pregunté si le gustaría que estuviera el retrato de esos señores en la plaza de su pueblo, uno de los cuarenta y siete pueblos mayas que rodean Mérida —tan olvidados por los cronistas—, y me contestó velozmente: ¡ni de loca!

Pero la herida que usted reconoce, señor Álvarez, no se debe a un simple “encuentro” de culturas ¿No le preocupaba el simplismo histórico? Este asunto no es un problema entre mayas y españoles. Aunque españoles fueron los invasores y mayas los agraviados por el despojo y los tremendos crímenes, aunque hoy continúa el desprecio y la discriminación, el asunto no es entre dos pueblos.

Algunas y algunos llevamos, como Neruda, a “España en el corazón” por muchos motivos y a la vez sufrimos a los Francos de cualquier lugar o nacionalidad. El subcomandante Marcos, refiriéndose a “Hernán Cortés y demás rufianes de armadura y de sotana que lo acompañaron” dice que “comparados con los gobernantes neoliberales actuales, son unas hermanas de la caridad”.

5. ¡Hablan tan diferente en maya que en “castilla”! Todavía sueño que, cuando menos, seamos bilingües y no tan idiotas de seguir destruyendo esa “biblioteca” que es la lengua (destruir una lengua tampoco es delito). Y ya no le digo lo que nos avergüenza esa obsesión por hablar en inglés.

Destruir una imagen le parece “la propuesta más ruin”. Levantar una que distorsiona la historia y honra a genocidas le parece apenas “inoportuno”. Vayan pues mis saludos. No sé porqué pero sigo sonriendo… mientras recuerdo a otra poeta, también Juana: Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo.

Chablekal, Mpio. de Mérida antes T´Jo’. Octubre de 2010

Atte.

Ma. Cristina Muñoz Menéndez


7 Responses

  1. Fernando Gamaliel Hijjelos Pérez dice:

    Ya desde tiempo atras , hombres ilustres , como Eduardo Urzais , Oscar Ayuso , Carlos R. Menendez , manifestaron su asombro al darse cuenta del malinchismo de las personas que quisieron honrar a sus depredadores , para quienes solo deberia haber desprecio e indignacion .

  2. Regina dice:

    Creo que bastante se ha educado -conciente o inconcientemente- a los niños en el clasismo y el racísmo…y esa estatua simboliza todo eso, contribuye a acostumbrarnos/resignarnos a las cosas negativas de esta sociedad doble-moralista.
    Honor a quien honor merece…y estos dos «ilustres» tienen màs de oportunistas que de ilustres. A cuantos personajes Yucatecos, mayas y españoles o de la nacionalidad que sea, que si fomentan un ejemplo de vida o valores universales se quedan sin ese merecido honor…no se trata de consttruir estatuas (con nuestro dinero) por construirlas y ya.

  3. Juan Carlos Faller dice:

    Pues sí se publicó la réplica en el DdY, pero como que de mala gana, partida en dos. No me extraña. Son fariseos hipócritas. Por otro lado, ayer domingo en la noche me enteré de oídas que otro de los cronistas (creo que les va mejor el título de «anacronistas») de Mérida escribió sobre el tema, recibiendo trato dominguero del DdY. La verdad, ya no los leo. Ni a ellos ni al DdY, salvo casos excepcionales. No los leo ni para enterarme de sus argumentos, porque son los mismos que esgrimieron hace 500 años los que llegaron de España. Para eso, mejor leo a Bernal Díaz o al mismo Cortés, que al menos fueron originales en ese entonces. En fin. Quedaré a la espera de la respuesta de Martha y/o Cristina y/o Randy y/o José y/o quien se agregue, pues si algo de valor tienen los escritos de los «anacronistas» de Mérida es la réplica posterior, que nos permite disfrutar de las maravillosas plumas de nuestr@s amig@s de Indignación. Un abrazo grande para Raúl e Indignación.

  4. Juan Zaldivar dice:

    Algunas pregunats y reflexiones: como yucateco que vive fuera dele stado, me causa extrañeza todo lo que acontece alrededor del monumento a los Montejo… Nos guste o nos disguste la Historia es esa.. y no podemos tapar el sol con un dedo.. las clases a los niños debend e ser objetivas, no crear en ellos sentimientos de resentemientos, hablarles con la verdad y no alimentar en ellos odios ni fobias…. Loable la accion como ONG del Grupo Indignación… pero creo que lo hecho no me parece lo mas adecuado.. o no???

  5. Marcelo Euan dice:

    No estoy seguro
    Si los Montejos eran bandidos o caballeros, pero la historia nos muestra que vinieron a saquear y hacerse ricos pasando sobre el pueblo que aqui existia, me parece buena ilustracion la de Kalycho, no creo que el hijo y la mama quieran un retrato enmarcado del violador en la sala de su casa. El hijo es una bendicion y la madre lo ama, pero esa no fue el deseo del violador, si no el deseo fue solo saciar sus deseos bajos por cierto. asi con los conquistadores nos dejaron la religion Cristiana, pero eso lejos de ser obra de los conquistadores es Obra de Dios. y aun en sus malas intenciones de los conquistadores se les colo el bien de la Palabra del unico Dios.
    Aunque se que no vale mucho mi opinion, quiero felicitar al Padre Lugo y a Indignación por no caer en la violencia de derribar la estatua, que justificada o no (la violencia), no seria el actuar de Jesus.
    Se requiere valentia para dar marcha atras.

  6. Arturo dice:

    Senkech jats’uts le ts’ib tu mentaj Maria Cristina. Ol tulakal tin na’ataj yéetel kin chin jo’oltik beyó. Ba’ale, jun p’it u bin u ts’ok bal le ts’i’ibo’, tu mentaj jump’el ts’i’ibolal, «u’uchak bin tulakal ma’ak kajaan’on wey’e, ka k-ojet, maya yéetel castelam t’a’ano’ob». Ba’ax ma tin na’ate’, u su’lakil u ka’anal wa a u ye’esal íingles. ¿ba’axten ma u waya’atal ka k-ojet ox p’el t’a’ano’ob? Ba’ale’ kin tukultik je’ex Cristina’e, unaj mak cha’ik u tu’ubsal le ma’aya t’ano’ tumen ti yaan ya’ab ti le k-pixano’.

  7. Kalycho dice:

    Imaginemos que un violador embaraza a una mujer. Supongamos que ella, a pesar del dolor psicológico, físico y espiritual de la violación, decide tener a su hijo. El hijo crece con una madre que lo ama y que le da todo de sí. El hijo, al llegar a cierta edad, comprende y sabe que fue producto de una violación. Esto le duele. A la madre también. El hijo reconoce que su padre fue un violador, la madre también. Sin embargo, la madre sabe que no es su hijo el problema. Si le preguntas a la madre «¿hubieras preferido no ser violada y no tener a tu hijo?» probablemente contestaría «hubiera preferido tener a mi hijo a pesar de no haber sido violada».

    Nadie niega la aportación de la cultura española a estas tierras. La «cultura yucateca» como se conoce es maya (sobre todo maya), española, cubana, corana, libanesa y de todos las demás culturas que se han dado cita aquí. ¿Hubiéramos preferido no tener el aporte español? No, pero si hubiéramos preferido no tener esa «violación» de la conquista que hasta hoy tiene repercusiones en la situación actual del pueblo maya.

    Otro punto: nadie hace estatuas de Hernan Cortés. A mí, en lo personal, en primaria y secundaria me pintaron en la historia oficial a Cortés como un bandido, sediento de oro y poder que aniquilo a los aztecas (así lo presenta la SEP), por eso nadie le hace honores ya. ¿Por qué darle un trato distinto a los Montejo?

    – Niño, ¿tu papá es ese violador?
    – Sí.
    – ¿Y es un modelo a seguir para ti? ¿Apruebas lo que hizo?
    – No.
    – ¿Pero es tu papá?
    – Sí.

    Así estamos nosotros. Mérida ¿son los que fundaron la ciudad como se conoce hoy el día? Sí. Pero vaya que de modelo a seguir, no tienen nada, por más que no neguemos que hayan fundado.

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