Iglesia y Sociedad

Pregón pascual 2012

9 Abr , 2012  

Para Miguel Arias

En medio del río de sangre en que se ha convertido este país nuestro, en medio de tanto dolor y tanta sinrazón, me parece ver mi paso solamente crucificados/as por todos los caminos.

Migrantes que, en busca de sustento, atraviesan un país lleno de odio y son víctimas de delincuentes y policías (estos últimos con documentos en orden, desde luego) que los roban, los humillan, los secuestran y los asesinan… sólo para llegar, los que puedan, a otra frontera donde se les tratará con igual desprecio…

Padres y madres que han visto morir a sus hijos e hijas en esta absurda guerra de la que nunca nadie saldrá vencedor, familias enteras desmembradas y con sus pérdidas calificadas desdeñosamente como daños colaterales…

Pueblos indígenas, mujeres maltratadas y sometidas, niños y niñas abusados y vendidos al mejor postor… multitudes sin derecho a un trabajo digno, a la salud… un continente entero, África, condenado a la desaparición, el Oriente Medio, un polvorín alimentado por la estulticia del imperio… Y, last but not least, la pantomima vergonzosa que solemos llamar campañas políticas.

En medio de tanta desolación, brota de las entrañas de la tierra el grito de victoria: ¡Cristo ha resucitado!

Por este anuncio comprendemos que Dios, pese al panorama de injusticia y muerte que he delineado antes, conduce incansablemente todo esfuerzo de vida, de paz y de justicia hacia su realización definitiva y plena. El sepulcro vacío nos anuncia que la muerte no tiene ni tendrá la última palabra. Que hay personas, como Jesús de Nazaret, que han cambiado el rumbo de la historia porque han reivindicado el sagrado derecho de morir amando, entregando la vida, sembrando justicia y consuelo por donde pasan, haciendo la vida de los demás más plena y más feliz.

Sí, desde este rincón del Mayab, yo les anuncio: ¡Jesús ha resucitado!

Ya no habrá que escapar del país propio en busca de futuros promisorios, porque todos haremos del mundo una patria común y solidaria. Habrá un día en que el mundo ya no tendrá fronteras y los nacionalismos serán epidemias del pasado.

A borbotones surgirá de la tierra, del corazón de cada creyente, la esperanza que no se deja vencer por las adversidades. Nuestros esfuerzos por hacer de este planeta un lugar más habitable, más de hermanos y hermanas, más tolerante e incluyente, no están condenados a desaparecer: son semillas que, sea en las montañas del sureste mexicano, como en las grandes ciudades de nuestra patria, han sido sembradas para dar fruto, para no permitir que la muerte siga haciendo de las suyas, para lograr que este país responda a su vocación histórica y deje de desmoronarse en nuestras manos.

Sí, hermanos y hermanas, la resurrección es la garantía de nuestras esperanzas. Un día no habrá más pobreza ni enfermedad, ni desempleo ni muerte, ni trata de personas, ni violencia de género, ni discriminaciones. Entonces se cumplirán las palabras del muerto resucitado: los últimos serán los primeros y las prostitutas nos precederán en el Reino de los Cielos.

Un día, en lugar de balas, tendremos los teatros llenos. Florecerá el arte y la cultura por doquier. Llegará el momento, ya lo veo venir, en que regresaremos a la armonía original con la Madre Tierra, sabremos de dónde viene lo que comemos, desterraremos los agroquímicos y sus mortales consecuencias, haremos la solemne declaratoria de “planeta libre de transgénicos”, consumiremos energías sanas. Amaremos la tierra, no como una mercancía, sino como lo que es, la amorosa, pero no inacabable, fuente de nuestro sustento.

Y, al final de todo, será la Pascua eterna, el abrazo cariñoso y permanente de Dios.

La resurrección huele a esperanza, sí señor. A esperanza florecida. A inmarcesible esperanza.


5 Responses

  1. JUAN FERRÁEZ dice:

    SI HERMANO RAÚL
    FELICES PASCUAS DE RESURRECCIÓN
    SEGUIREMOS CON LA ESPERANZA Y LA FE CIERTA DE UN MUNDO MEJOR.

  2. Hermoso Raúl, me cuelgo de esa esperanza y comparto tu alegría. Un abrazo florecido y fuerte.

  3. Amén Raúl! comparto esa alegría y esa esperanza!

  4. " Un día en lugar de balas, tendremos los teatros llenos"… Gracias Raúl por tus textos, que en efecto esa resurrección es el trabajo cotidiano de tantas yt antos como ustedes que construyen la esperanza en este país que se ha vuelto un cementerio, pero dentre las tumbas de nuestr@s muertos, nacen flores, tienen que nacer flores…

  5. Me digan lo que me digan y digan lo que digan… por estas cosas es que aún creo en mi Amoroso Padre Dios Yahveh.

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