En 1947, once años antes de que yo viera la luz, nació el primer canal de televisión en México. No tengo el registro exacto de cuándo dieron inicio las transmisiones de televisión en Yucatán y mucho menos cuándo las familias pudieron comenzar a adquirir televisores. Hay, sin embargo, un recuerdo que me acompaña: cuando yo tenía alrededor de cinco años (1963) una catequista de la parroquia, Hilma Maury, que vivía a solo una cuadra de mi casa, compró una televisión. En varias cuadras a la redonda debía ser la única persona que había adquirido el aparato, porque abría su casa para que todos, especialmente niños y niñas, pudieran gozar de aquel espectáculo que se antojaba milagroso: de una caja grande puesta en lo más alto de un estante, salían imágenes y sonidos que nos transportaban a otros lugares y otros tiempos.
Hilma Maury, fiel colaboradora de la parroquia de san José de la Montaña, había decidido sacarle provecho a su televisor en beneficio de la iglesia. Así que, alrededor de las cuatro de la tarde, cuando los niños y niñas habían terminado ya de hacer sus deberes escolares (Hilma se aseguraba con los papás de que así fuera), la casa se abría y los infantes llegaban en tropel y, sentaditos en las bancas sin espaldas en las que sábado a sábado recibían la doctrina cristiana (porque la casa de Hilma Maury era también un centro catequístico), podían ver la programación infantil por alrededor de una hora, siempre y cuando dejaran un donativo que se echaba a la alcancía con la imagen de un anciano san José.
Yo era uno de esos niños hambrientos de imágenes. Con la asiduidad que permitía mi ahorro (me daban diez centavos para gastar en la escuela, lo que nos alcanzaba para un vaso de horchata y alguna galleta en el recreo… bastaba con tomar sólo la horchata y abstenerse de la galleta para que los cinco centavos sobrantes fueran a terminar en la alcancía del viejito san José) me convertí en fanático de la televisión. Pronto encontré la manera de asistir a las funciones diarias sin tener que depositar en la alcancía el donativo que me correspondía entregar. Voy a contarlo aquí porque, estoy seguro, dentro de poco tiempo no podré ya recordarlo.
Resulta que entre los programas que ofrecía la televisión en el único canal de transmisión con que se contaba en aquellas épocas, estaban las caricaturas de Popeye el Marino, en blanco y negro, por supuesto. El problema era que las caricaturas llegaban habladas en inglés y subtituladas en español. La mayoría de los niños de mi edad no podían todavía leer los subtítulos, así que se conformaban con mirar las caricaturas e interpretarlas según lo que iba ocurriendo. Nadie de nosotros podía saber que el HELP que constantemente lanzaba Olivia cuando era atacada por Brutus, era una llamada de auxilio. Hasta que en una ocasión, a petición de mi compañero de banco, William Solís, comencé a leer en voz alta los subtítulos. De repente, todos los niños y niñas, con la mirada absorta en la pantalla, comenzaron a pedir que yo tradujera lo hiciera en voz alta, de manera que todos pudieran escucharlo y entender así mejor lo que ocurría en la pantalla.
Hilma Maury, ni tarda ni perezosa, pensando en los niños que terminaban yéndose de la función aburridos cuando no podían entender los diálogos, me llamó aparte. Me dijo que si yo iba todas las tardes y leía en voz alta los subtítulos, podía entrar sin tener que dejar el donativo requerido en la alcancía de san José. Ese fue mi primer empleo, a los cinco años de edad, que duró hasta que la televisión hizo su gloriosa aparición en mi casa. Para entonces yo tenía ya ocho años, uno antes de que el homo sapiens pusiera su pie en la luna.
Todo esto viene a cuento porque acabo de ver en el cine la película El Llanero Solitario. Me hizo recordar el programa que, semana a semana, veía yo en la televisión en los años de mi infancia. El grito de “¡Hayo, Silver!”, seguido de la música de la Obertura de Guillermo Tell, anunciaban el inicio de aventuras insospechadas en las tierras del Oeste norteamericano. La película, lo imaginarán ya a partir de todo lo antecedente, me dejó un buen sabor de boca. Pero, además de los recuerdos de infancia, me llamó la atención su vertiente crítica. Y a eso quiero referirme.
Desde hace algunos años se ha venido conformando una convicción colectiva común, evidenciada por hechos cada vez más públicos y publicados: los gobernantes ya no gobiernan. Las fuerzas que se ocultan detrás del poder económico terminan por imponer sus leyes. La OMC, el FMI, el Banco Mundial, dictan sus recetas y los gobiernos nacionales no tienen más remedio que obedecerlas. Ante esta dictadura del mercado, las elecciones aparecen como simples juegos distractores.
La imagen del gobernante recibiendo órdenes de los grandes dueños del capital queda transparente en la película El Llanero Solitario. No sólo en el momento en que el empleado de la compañía de ferrocarriles le espeta al Ranger: “si no puedes con el cargo, yo me encargaré de encontrar otro que sí pueda…”, sino a lo largo de toda la película en la que queda al descubierto que los aparatos oficiales de gobierno están al servicio del gran capital. En el filme todos parecen resignarse a esa situación: el que tiene el dinero manda. Todos, menos el Llanero Solitario que, desertando de la idolatría de las leyes, al descubrir que es apenas una careta tras la cual se oculta la dictadura del mercado, se convierte, junto con Toro, su fiel acompañante (aunque en la película, viéndolo bien, no se sabe bien a bien quién acompaña a quién), en un forajido, un fuera de la ley, un rebelde.
La película me recordó lo que Manuel Vicent señalaba en un reciente artículo en El País: “Detrás de los políticos de cualquier bando están los que mandan de verdad: entes económicos difusos e intocables cuyo armamento invisible desarrolla una contundente capacidad de fuego cuando las circunstancias lo requieren. En la Gran Depresión del 29 del siglo pasado los banqueros y grandes industriales se arrojaban al vacío por la ventana, porque su ruina era personal e intransferible. Hoy solo se suicidan los pobres. Puede que un obrero en paro al que han desahuciado se queme a lo bonzo en la puerta de la empresa, pero detrás de la razón social que se exhibe en la fachada no existe ningún rostro concreto, imputable. Los políticos solo son la sábana de estos fantasmas. El poder económico que gobierna el mundo desde el otro lado del espejo necesita que en cierto modo los políticos sean corruptos porque la corrupción política encubre la suya propia, el desprecio con que se sacia el público a los intocables les sirve de parapeto. ¿Quién es Barak Obama sino un ser que ocupa la Casa Blanca con la única misión de vender con voz de blues las órdenes que recibe? En teoría se trata del hombre más poderoso del planeta que no ha podido eliminar la cárcel de Guantánamo, que da por bueno que en nombre de la seguridad haya una red de espionaje mundial y acepta que en el Despacho Oval pueda haber un grillo detrás del retrato de George Washington. Los políticos están ahí para que la burla que volcamos en ellos dé salida franca a la frustración social. En su espejo mediocre se refleja nuestra mediocridad…”
Todo esto me recordó la película El Llanero Solitario, la más reciente producción de Disney.
¡Me encanto la columa!
Un mensaje con mucha profundidad por la vía cinematográfica, pero le voy más a la literatura como medio de transmisión para este nivel de las ideas. El cine nos salva de la ignorancia, a medias, la TV nos la agranda
La narrativa es buena, amena y el sentido aunque ya es sabido lo "del poder tras el poder" no deja de tener su interés. Es de muchos sabido que los grandes emporios mundiales son los que indican la intención y la dirección de los gobernantes y por supuesto su símil en lo nacional. Pretendo agregar otra errata a las erratas. Discrepo de los opinantes, en el texto, ya releído, no encuentro mención ninguna a, cabaleria o caballería rusticana(conozco la obra) ya que el autor cita <Obertura de Guillermo Tell> (sic) y la cita es facta. Saludos.
RAUL: LO INTERESANTE ES QUE OSASTE COMENTAR LA PELICULA. DIJO OSAR, PORQUE POCOS HOMBRES REFLEXIONAN SOBRE SUS AVENTURAS DE NIÑO Y LAS TRASLADAN A SU REALIDAD DE PERSONAS MADURAS… SIN DUDA, ALGO INTERESANTE, QUE EN LO PERSONAL TE AGRADEZCO… SUERTE Y SIGUE POR DONDE VAS… "AAAYO SILVER…"
SALUDOS, DONDE ANDAS? EN QUE IGLESIA O CAPILLA ESTAS????
Wow y yo que solo pensaba distraerme con la pelicula, Un abrazo Padre
Lo mismo digo, me encanto la película por traerme recuerdos de mi niñez-adolescencia y me encanto tu columna por veraz y acertada
Un saludo Raul, ciertamente muchas de nuestras experiencias infantiles marcaron nuestra manera de ver la vida, la television no era más inocente en este tiempo y sus mensajes tampoco, estaban pensados, dirigidos a tratar de educar al público con el sentido que al o a los gobiernos asi importaba. Las series estadounidenses despues de la segunda guerra mundial fueron dirigidas a establecer «el firme compromiso» estadounidense de policia del mundo, ellos siempre serían los buenos, todos los demas los malos. El gobierno mexicano hizo lo propio con algunas series de programas, no tan impactantes el aspecto de ética, justicia y responsabilidad social, sino de entero «entretenimiento» de esa manera pan y circo han permitido que las empresas de comunicacion dicten las formas de vida de gran parte de la sociedad, los dramas trillados y mal hechos son la vida cotidiana, el futbol y la lucha libre, empresas, no deportes en las que se vendió la capacidad condicionada de nacionalidad hoy perviven como fuente de inagotable de identidad, algo que solo los que viven en el centro del pais entienden y los que no estamos ahi nunca hemos entendido, pero que segun ellos es «nacional». de esta misma forma se cumple para este inculto y desnivelado pais su pervivencia, con hechos historicos fabricados, con heroes impolutos, con gobernantes compustos por imagen, pero no con intelecto. Dato: la primera estacion de television de Mérida funcionó precisamente ahi, en la 60, y fue el Canal 3, consecionada a Garcia Lavin desde 1962, bajo los derechos y acuerdo comercial de Romulo 0’Farril, que en su momento fue socios de los Azcarraga.
Fue un emoción doble, por la película y por la columna. Un abrazo.
Muchas gracias a todos/as por sus comentarios a esta columna y, sobre todo, a quienes han mandado las correcciones (ya puestas en el texto), incluyendo "Hayo, Silver", aunque todos mis sobrevivientes antiguos amigos de infancia siguen, como yo, gritando: ¡Rayo, Silver! Eso sí… con mucha enjundia. Un saludo afectuoso para todas/os.
Buena reflexión de nuestra realidad tomándola de una cursilería del cine, y me sumo a la opinión de Martin Gonzalez.
Bien Cristina, Guerrera, eres quien más se parece a mi inolvidable amiga Irma Salinas…
Y SI, LA VERDAD LA PELICULA DE EL LLANERO SOLITARIO ES UNA BELLEZA DE GUION, BUENA ACTUACION Y CUMPLE EL PROPOSITO DE REMONTARNOS A NUESTRO RECUERDOS DE ANTAÑO Y ENTRETENERNOS EN UNA VERSION DESCONOCIDA DE TORO, QUE ES EL PROTAGONICO, Y EL LLANERO QUE ES LA COMPARSA
LA REFLEXION, SIN DUDA ES DEL AUTOR Y ES INTERESANTE. LA CORRECCION ES DEL LECTOR Y ES PRECISAR: NO ES CAVALERIA RUSTICANA LA MUSICA… LAMENTABLEMENTE ES LA OBERTURA DE WILLIAM TELL, QUE NADA TIENE QUE VER CON CABALLERIA AUNQUE SEA UNA GESTA HEROICA DE ROSSINI, CON LIBRETO DE ETIENNE DE JOUY, QUE VERSA SOBRE LA OBRA WILHEM TELL DE SCHILLER EN HOMENAJE AL HEROE DE LA INDEPENDENCIA SUIZA.
Ya alguien me ganó evidenciar la errata: no es la "Caballería Rusticana", sino "Guillermo Tell".
Excelente ACOTACIÓN.
….el eterno trama de las películas norteamericanas es esa obsesión por la justicia, desde luego, virtualizada por un ente todopoderoso que se encarga de ello…..en la realidad sucede lo contrario, la injusticia es la que prevalece y siempre triunfa con el poder del dinero….tiene razón el escrito, el gobernante corrupto es manipulable a los intereses de la injusticia con la cual se alimenta poder…eterna paradoja….
A mi me encanto la película , me hizo recordar mi infancia , pero cuando salí del cine le dije a mi hermana , creo que desde hace mucho tiempo no se hacía justicia y hoy si se hizo , bueno al menos en la película a pesar de ser una producción de creación de fantasías de Disney:
Gracias a todos y todas los que han comentado la columna, de manera especial a quienes han mandado correcciones (que han sido ya incluidas en el texto), incluyendo lo de «Hayo Silver» (aunque todos los ya bastante adultos amigos de infancia que me quedan, siguen diciendo como yo decía en mi infancia: ¡Rayo Silver!). Un saludo afectuoso para todos y todas
Aquí en la película se ve que U.S.A. Se hizo a base de puro derramamiento de sangre, y hasta la fecha lo sigue haciendo.
En el doblaje en español era "Hayo, Silver" y no era "Caballería Rusticana" sino "La overtura de Guillermo Tell" 🙂
De los pocos curas k si dicen la verdad,y no con sermones espirituales .,k la verdad no le sirven de nada al pueblo cuando hay hambre
Todo esto es ya bien sabido…y el problema final reside en la descomposicion social general en cuanto honestidad y etica…asi que no es cosa de cambiar gente en las posiciones de poder o en el entramado detras, porque al final cualquiera que llegue a esos niveles acabara haciendo lo mismo…lo que podemos constatar en estos momentos…asi que el problema es mayusculo y no nos queda sino decir…HOUSTON TENEMOS UN PROBLEMA!
Qué puede hacer un pobre terrícola al respecto? Creo que la respuesta a nivel mundial son las movilizaciones sociales. Hay que hacer ruido al respecto.