Iglesia y Sociedad

La ausencia de Mercedes

5 Oct , 2009  

Mercedes Sosa, in memoriam

La muerte de Mercedes Sosa duele aquí, en el centro mismo del pecho. Duele en el recuerdo, en los trozos de pasado que fueron acompañados por su canto, en las utopías rotas. La muerte de Mercedes Sosa es inesperada, aunque uno supiera de las enfermedades que la aquejaban, aunque uno recuerde como si fuera ayer las muchas veces que ella había vencido a la otra muerte, a la que se viste de tristeza y desconsuelo, y había salido victoriosa de la depresión y sus demonios.

Mercedes Sosa se lleva consigo jirones de nuestra vida. Al igual que Serrat o los Beatles en la música o Mario Benedetti en la poesía, Mercedes Sosa está ligada a lo mejor de nuestro pasado. Mercedes cantando “Gracias a la Vida” mientras dábamos vueltas al mimeógrafo para sacar las copias de los volantes en los que se exigía la aparición del Charras en febrero de 1974; Mercedes cantando “La paciencia” en nuestras reuniones de seminaristas; Mercedes cantando “María” en las incontables marchas y plantones por la igualdad de género; Mercedes entonando “Sólo le pido a Dios” en las manifestaciones contra la guerra en Irak; Mercedes cantando “Ojos Azules” mientras estudiábamos el evangelio en maya en la fraternidad de presbíteros de Maní; Mercedes lanzando al viento “Vengo a ofrecer mi corazón” en las asambleas diocesanas de CEB’s en la primera mitad de los noventas; Mercedes, todavía ayer, tarareando esperanzas en el plantón de san Antonio Ebulá… Mercedes, siempre Mercedes, con su canto florecido, con la esperanza a flor de música.

Yo he pensado muchas veces en la muerte. A veces pienso que –incluso– de manera un tanto obsesiva. He mirado mi propia muerte, tanto en sueño como en vigilia. Una vez me soñé en el hospital, en el lecho mismo de la partida definitiva. La escena era de una claridad meridiana y hubiera sido aterradora si no fuera porque, desde lo más hondo del subconsciente, la visión estuvo acompañada por el canto de Mercedes Sosa. Eso fue hace ya varios años. Recuerdo que, llegado a la vigilia, escribí casi en escritura automática estas líneas que, como homenaje póstumo, hoy comparto con ustedes.

Con M de Mercedes y de Muerte

Tú conoces la muerte,
la que se clava hondo aquí en el pecho,
la de la depresión y de la angustia.

Tú conoces la muerte, madrecita.
Permíteme decir que tus canciones
la hacen menos pesada.
¡Gloriosa madre nuestra,
amuleto tucumano,
Mercedes de todas las batallas!

Adormece mi noche pletórica de espantos,
de huesudos fantasmas, de aterrador letrero:
“Departamento: oncología. Afección: leucemia galopante”.

Acurrúcame tú allá en tu pecho,
tus abundantes pechos de ambrosía.
Quiero ser el negrito que se duerme
pensando en la mamá que está en el campo,
«Trabajando sí, trabajando y no le pagan,
Trabajando sí, trabajando y va tosiendo
Trabajando sí… trabajando sí…»

¡Ay negra mía! En mis desvelos sucios,
mis sudorosas horas y mi insomnio,
sólo tu canto convoca la esperanza.
Hazme, Mercedes, una sola merced:
no dejes de cantar, que desfallezco.
La muerte nuestra, esta muerte cercana,
será menos de muerte con tu canto.

Tú que saliste de la muerte, madre,
que la brincaste como galgo enfurecido,
como conejo blanco que escapó de la noche,
como naranja tierna que superó la escarcha.

Tú que saliste de la muerte, madre,
voz de los indios, de los diversos todos,
compadécete de mí y abre la boca:
deja salir tu canto de zinzontle,
llena mi aljaba de tu melodía.
Así quizá mi muerte sea más dulce,
más mojada, quizá, más de la lluvia,
más llena de poesía y de rebozo,
más tucumana, de zamba y chacarera.

Todo esto se me ocurre cuando estiro
una mano desde esta mugrienta cama
para encender tu voz y tu recuerdo:

Gracias a tu cantar voy menos solo
al encuentro de la nada y del silencio.


8 Responses

  1. MARIA dice:

    DESDE QUE TE CONOCÍ YO A TI, PORQUE TU NO ME CONOCIAS, SUPE QUE ERAS ADMIRADOR ACÉRRIMO DE MERCEDES SOSA ENTONCES TE CONOCÍ UN POCO MEJOR. TE ACOMPAÑO EN ÉSTA PÉRDIDA QUE SEGUIRÁ VIVIENDO SIEMPRE…….

  2. Kalycho dice:

    Y por alguna razón, últimamente se le siente más viva que ante, más presente, más Mercedes que nunca.

  3. ITO dice:

    Escribe tu comentario aqui
    HOLA HERMANO: AQUI ASIMILANDO LA PARTIDA DE LA NEGRA. MERCEDES SIEMPRE SEGUIRA CANTANDO EN NUESTROS CORAZONES:
    MIS HIJOS CRECIERON SABIENDO QUE TENIAN TRES ABUELAS. LA QUE LES CANTO DURANTE SU NIÑEZ HOY YA ESTA CANTANDOLE AL SEÑOR. YO VENGO A OFRECER MI CORAZON PORQUE SIEMPRE SUPO QUE NO TODO ESTABA PERDIDO.
    UN ABRAZO FRATERNO.

  4. anónimo dice:

    son de Luis Cernuda los paraísos.

  5. anónimo dice:

    PARAÍSO PERDIDO

    Si en el tiempo aún espero es que, sumiso,
    aunque también inconsolable, entiendo
    que el fruto fue, que a la niñez sorprende,
    no don terreno, más celeste aviso.

    Pues, mirando que más tuvo que quiso,
    si al sueño sus imágenes suspendo,
    de la niñez, como de un arte, aprendo
    que sencillez le basta al paraíso.

    El sabor embriagado y misterioso,
    claro al oído (el mundo silencioso
    y encantados los ruidos de la vida)

    vivo el color en ojos reposados,
    el tacto cálido, aires perfumados
    y en la sangre una llama inextinguida.

    PARAÍSO ENCONTRADO

    Piedad no pide si la muerte habita
    y en las tinieblas insensibles yace
    la inteligencia lívida, que nace
    sólo en la carne estéril y marchita.

    En el otro orbe en que el placer gravita,
    dicha tenga la vida y que la enlace,
    y de ella enamorada que rehace
    el sueño en que la muerte azul medita.

    Sólo la sombra sueña, y su desierto,
    que los hielos recubren -y protejan-,
    es el edén que acoge al cuerpo muerto

    después de que las águilas lo dejan.
    Que ambos tienen la vida sustentada,
    el ser, en gozo, y el placer,en nada.

  6. Enrique Baas García dice:

    En química nos enseñaron que cuando el carbón está sujeto a grandes presiones se convierte en diamante. Apenas he conocido a Mercedes a las pocas horas de su partida, y llegué a la conclusión de que la vieja regla de la química se aplica también a la vida. Argentina ha consechado en ella el fruto de los años de su amargura nacional.

    Pero volvamos a la realidad.Y no puedo evitar este pensamiento: cómo nos faltan a los yucatecos una Mercedes o un Serrat, ejemplos de vida humana, que nos haga asomar la cabeza del orgullo nacional, que nos anime a recuperar la confianza, el respeto propio y la naturalidad de nuestras vidas, perdidos a golpes de hipocresía y convencionalismo político y social.

    Argentina y Catalunya deben a estos personajes el haberles hecho más llevaderas sus respectivas dictaduras.El caso nuestro quiza sea mas complejo.Hoy retomo el título de esa canción emblemática de la Negra como un deseo de que algo sacuda (y pronto) los corazones y las conciencias de nuestra gente: «Sólo le pido a Dios…»

  7. josé ic dice:

    Un día antes que Mercedes muriera y la expectación era grande en muchos, mi niña, de 7 años, colocó un disco de ella, y dijo expresamente: «Quiero escuchar a Mercedes Sosa».
    A su lado, su hermano hacía la tarea escolar.
    Estuve a punto de decirle que Mercedes estaba hospitalizada y agonizaba pero me contuve.
    Mercede vive y seguirá entre nosotros y nos sobrevirá.
    Los niños de hoy un día también adormecerán a sus hijos con la historia del Negrito.

  8. Regina Carrillo dice:

    Se nos fue una grande, sin embargo la esperanza que contagió y contagia es aún más grande que ella.

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