He decidido no votar este próximo 16 de mayo.
No tiene nada que ver con algún partido político en particular. Más bien tendría que ver con todos ellos. No simpatizo con ninguno de los partidos que participan en la contienda que viene y, aunque tengo matices en mi personal juicio sobre ellos, todos me parecen repulsivos (iba a escribir: “igualmente repulsivos”, pero no es cierto. El Verde me parece mucho más repulsivo que los demás, pero esa es otra discusión…).
El pensamiento político con el que me identifico no tiene representación partidista. A pesar de ello, he ido a la mesa de votación desde que cumplí los 18 años (antes de la reforma de ley que permitió a los ministros de culto ejercitar su derecho al voto, acudí meta-legalmente, por decirlo de alguna manera) hasta las pasadas elecciones. Así que no puede decirse que mi decisión esté motivada por tal o cual desaguisado de alguno de los partidos contendientes.
Tampoco tiene que ver con una mala valoración de la democracia representativa. Junto con muchas personas y organizaciones sociales en todo el país, dediqué mucho tiempo de mi vida a construir el órgano independiente que pudiera garantizar elecciones limpias y creíbles. A cada nueva trampa respondíamos con un nuevo candado. Convertimos así a la democracia electoral mexicana en la más cara del mundo pero, así lo pensábamos, en la más segura. En mi caso particular, hasta recibí golpes en la esquina de la 57 con 62, mientras formaba parte de una misión civil de observación, por parte de un fanático defensor de los vándalos que mantuvieron secuestrada la sede del entonces IEEY con el objeto de que el gobernador Víctor Cervera Pacheco tuviera un órgano electoral a modo, que le permitiera realizar sus tropelías sin consecuencias. Al final el sátrapa fue doblegado por una decisión de orden federal, pero a mí se me inició un proceso por parte de la Secretaría de Gobernación. Y este elenco abreviado de agravios recibidos (todavía conservo los recortes de las infamias que cierta prensa mercenaria publicó en mi contra) es solo para evitar que alguien me acuse de no valorar la democracia representativa ahora que he tomado la decisión de no votar.
Nada tiene que ver tampoco mi decisión con los actuales candidatos a las alcaldías y las diputaciones. Podrían ser otros, más honestos o más idóneos, y de todas maneras me mantendría en mi decisión. El asunto no es, pues, ni de partidos, ni de candidatos/as.
Es simplemente que he llegado a la conclusión, a mis casi 52 años de edad y gracias –debo reconocerlo– al pensamiento zapatista, de que en este país funcionan dos relojes. Uno, el de arriba a la derecha, se rige por los procesos electorales. Esos procesos que permiten, por ejemplo, al duopolio televisivo, poder fáctico si los hay, mantener sus privilegios a partir de diputados cuya tarea única es defender los derechos de Televisa y TV Azteca (tan enemigos en la farándula y la frivolidad, pero tan amigos cuando de evitar la sana competencia se trata…): la tristemente célebre “telebancada”, tan identificados ellos que sólo pueden sobrevivir embozados en el cinismo. El mismo reloj que reparte canonjías y convierte las oficinas gubernamentales en agencias de empleos millonarios, mientras el estado lleva más de cuatro sexenios punteando en la bochornosa lista de entidades con mayor índice de pobreza y desnutrición infantil. Un estado lleno de funcionarios públicos con sueldos insultantes en un estado de profundas desigualdades.
Abajo, en cambio, abajo y a la izquierda, funciona otro reloj, el de la construcción de otra democracia. No pasa este intento por los grandes y oscuros salones de la partidocracia, sino por la luminosa organización, paciente y laboriosa, de quienes sueñan y se desgastan por pan, justicia, techo, trabajo, libertad y democracia participativa. Los he visto con mis propios ojos: indígenas, mujeres, gays, enfermos de SIDA, excluidos todos pero construyendo desde los márgenes un nuevo modo de exigir y gobernar. Ellos y ellas son la opción de cambio democrático que me convence.
No sé cuánto tiempo me quede de vida. 52 años es un buen tramo recorrido. Cada vez me queda menos tiempo y debo, cada vez, afinar mi visión y reorientar mis decisiones. He decidido dejar de lado el reloj de arriba a la derecha. Hay cierta tristeza en mi decisión y cierto cansancio. Acaso un poco de burguesa nostalgia. Pero creo humildemente que uno tiene que crecer aunque ya haya llegado al medio siglo de vida, y que la oferta de la partidocracia –que tiene, créanme, sus días contados– es absolutamente banal comparado con lo que he venido descubriendo en el reloj muy otro… Soy adherente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y a la Otra Campaña. Aunque sigo caminando a tientas, mi rumbo político se aclara cada día más. Este 16 de mayo no iré a votar, por hartazgo, sí, pero también porque este país tiene otras posibilidades que no pasan por el filtro del poder y que ya nacen, están naciendo, si uno tiene la capacidad de escuchar cómo crece la hierba…
Todavia hay tiempo de de sabios cambiar de opinión, es muy complicado elegir con quien votar y asi cumplir con nuestro deber ciudadano al cual somos llamados por las autoridades actuales, he pensado que si voto por el tricolor, corro el rieggo que piensen que ya me han conseguido con todas sus espejitos que regalan como los conqustadores y por lo tanto que me menosprecien, sin embargo si el Blanquiazul pierde por mucho sabrá que tiene que cambiar a la actual dirigencia y los que la apoyan, si voto por el Pan sabra el pri que hay todavia algunos que no somos tan mensos, pero el pan no cambiaria si pierde por poco, dira que solo por el deroche del Pri perdiò, lo otros partidos ni mencionarlos no se por quien pero si votaré el domingo 16 de mayo antes de ir a la iglesia. cumpliendo lo que el Apostol Pedro nos dice en su carta.
2:13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior,
2:14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.
2:15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos;
Entiendo que los comentarios deben ser primero aprobados por algun moderador de este blog. No creo que se censuren más puntos de vista que los incluyan palabras altisonantes o los que no vayan de acorde al objetivo de este sitio web. Conociendo a Raúl, estoy seguro de que aquí podemos pensar y escribir libremente. Para eso es este sitio. Me imagino que el Padre revisa personalmente los comentarios, de modo que con todas las cosas que tiene que hacer, a veces no se publican de manera muy inmediata los puntos de vista aqui vertidos. Estoy seguro de que podemos seguir participando con la confianza de que se nos respetarán y serán dadas a conocer nuestras ideas. Saludos desde Mty.
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Me llena de esperanza tus palabras… Un abrazo…
Algunos en mi pueblo dicen que para ser buen mexicano hay que ser guadalupano, americanista y priista. Deafortunadamente debo admitir que nunca he corrido con antorcha, no le voy al América y tampoco he votado por el pri. Así que ni buen católico ni buen mexicano, con esas premisas.
Pero independientemente de lo que uno decida, el escrito del P Raúl nos hace reflexionar y actuar como dicte nuestra conciencia, con conocimiento de causa. Aun siento que terminaré votando por el menos malo…
aunque como no soy buen católico, puedo darme el lujo de cambiar de opinión al último, con la ventaja de nos er cómplice del despilfarro actual de los partidos.
¿poqué no publica mis comentarios Padre? qué pasó?
¿porqué no publicó el comentario que envié Padre? citando a mi querido Profesor? es muy a propósito de su escrito!
Un querido maestro de Filosofía Carlos Gómez,comenta y se los comparto (parafraseado):
Así como en el amor, la política debe inventarse,la política es invención y singularidad,hoy tenemos que inventar una nueva forma política que antes no existía si queremos hacer frente al problema complejo actual socio-humano- ecológico (biopolítico,según algunos filósofos actuales).
La monarquía, la república, la democracia representativa o el feudalismo fueron invenciones inéditas. No existían antes ¿por qué hoy no debería ser lo mismo? ¿por qué nos resignamos a pensar que la democracia es el único o el mejor régimen político?
A pesar de que esta reflexión es triste….el final me llena de esperanza, porque yo también quiero tener la capacidad de escuchar como crece la hierba…
Gracias, un abrazo!!
Interesante reflexión de la política. Justo terminando de leer tu columna, encontré una nota que dice que el Papa acaba de recibir a un grupo de obispos brasileños. En el portal electrónico del diario español El País, aparece que Benedicto XVI advierte a la Iglesia Brasileña sobre el «sincretismo religioso», urgiéndolos a regresar a la ortodoxia. El periodista afirma que Roma solía cerrar los ojos a ciertas experiencias llevadas a cabo en Brasil, como la de ordenar sacerdotes a hombres casados profundamente involucrados en la pastoral de la Iglesia, o dejar la eucaristía, por ejemplo, en la charola de una familia, en lugares lejanos a una iglesia, para que los padres de familia pudieran ofrecerla, por ejemplo, a un moribundo. A propósito de la reciente carta de Hans Kung a su colega teólogo Joseph Ratzinger y demás obispos católicos de todo el mundo, de lo que mencionas ahora acerca las minorías, y de lo que nos has hecho reflexionar en otras ocasiones, me gustaria una nueva revisión tuya acerca de estos retrocesos y estancamientos que pueden llevar más a nuestra Iglesia en crisis. Sobre todo para dar a conocer y recordar a los católicos todos estos hechos puntos de vista. Un abrazo.
UY PADRE!! LO FELICITO POR SU DESICION,SABE PADRE YO IGUAL ESTUVE APUNTO DE HACER ESO EN LAS PASADAS ELECCIONES,Y ESTOY CONSCIENTE DE LO GRAVE QUE ES LA ABSTINECIA Y LA PRACTICA EN ESTOS TIEMPOS…DE PLANO DESANIMA… PERO ME CONSIDERO ESE NADIE QUE EN EL FONDO TIENE UN PROFUNDO SENTIR HACIA LA PRACTICA NO SE POR CUANTO TIEMPO, PERO LO HARE DEPOSITANDO UNA TACHA AL MENOS MALO, QUE ESO ES LO QUE SE MERECE CUANDO ME DEMUESTREN LO CONTRARIO LA TACHA SE CONVERTIRA EN PALOMITA.POR EL MOMENTO ESO HARE Y LO DISFRUTARE CON MIS VECINOS CUANDO DIGAN LOS RESULTADOS SIEMPRE DISFRUTO, ESO ¿QUIEN GANO? ¿PERDIMOS? CHIM Y MUCHAS OTRAS FRASES QUE CUANDO PASE EL 16 DE MAYO COMENTARE JEJE SALUDOS
LA RELEVANCIA DE TU ESCRITO RESIDE EN DARNOS ELEMENTOS PARA UN MEJOR JUICIO.
Puesto que tu decisión está tomada, no argumentaré en que la abstinencia de voto es una voz que no se escucha, pero hermano, tú sabes más que yo.
Las pasadas elecciones elegí anular mi voto y ahora (junto contigo) me he dado cuenta de que todos son malos; si, pero hay algunos que son peores. Así que votaré lastimosamente por el «menos malo». Al igual que usted padre, formo parte de La Sexta pero con pena digo que mi realidad es muy distinta, aunque estoy consciente de que mi realidad, representa una triste minoría en el país que amo. Quiero un cambio y se que el reloj de abajo, de abajo a la izquierda aunque no marque la hora exacta, si está mejor calibrado. Saludos.
Padre, su admirable decisión, que forma parte de la lucha por igualar los relojes (o las alturas), tiene un insignificante respaldo en quien después de un desatino en el 2000 (no, no fue votar por Fox), decidió actuar de acuerdo con la frase «Mis sueños no caben en sus urnas».
Un abrazo.
RAUL, eso mismo le decía a mi esposo, voy a anular mi voto, iré y pondré una gran cruz como señal de protesta porque la bola de seres que nos gobiernan mantienen a las personas en la pobreza, la ignorancia, falta de fuentes de trabajo, falta educación.¿Hasta cuando?? me pregunto, hasta cuando nosotros los gobernados vamos a seguir permitiendo esto que pasa frente a nuestras propias narices, hasta cuando nos uniremos y alzaremos las voces por nuestros hermanos que viven en los pueblos, alejados y olvidados. HASTA CUANDO TENDREMOS EL VALOR
Votar es una obligación de todos los mexicanos, es muy necesario que lo hagamos, se que ninguno de los partidos es bueno y que todos buscan intereses particulares, pero creo que no es para no votar, ya que de todos modos uno va a ganar. En resumen: si iré a votar porque es un deber de estadpo que todo buen católico debe cumplir