Iglesia y Sociedad

El saqueo

29 Jul , 2014  

La aprobación de la legislación secundaria de la reforma energética es todo menos una buena noticia para el país. No sorprende la dinámica del despojo, propia del voraz sistema capitalista que propone privatizar los beneficios y ganancias mientras socializa los pasivos y las deudas. Sorprende la impudicia, la ausencia de argumentos, la glorificación de la voluntad depredadora, la absoluta impunidad que se le garantiza a los despojadores… ¡Hasta Salinas de Gortari tenía más pudor cuando gobernaba abiertamente!

Se quejan de que se les llame traidores a la patria. Quizá pretendan que, además de callarnos ante su latrocinio, les hagamos un monumento por su entrega y dedicación a la nobilísima tarea de favorecer la entrega de las riquezas del país a los voraces comerciantes transnacionales. O, acaso, les demos el premio al mérito ecológico por haber aprobado con desfachatez la tecnología de la fractura hidráulica para la extracción de gas natural sin reparar en las consecuencias negativas para el ecosistema. El cinismo llevado a límites inauditos.

Ahí van los antiguos, otrora encarnizados enemigos políticos, tomados de la mano en la celebración del despojo, ante la atónita mirada de los inermes ciudadanos que les dieron el voto. Se jactan de haber echado abajo, en veinte largas horas de discusión y votación, la soberanía nacional y de haber dejado listo el camino para el progreso de los negocios de los capitales que, hoy se confirma, son los que realmente mandan en nuestra fallida democracia. Una sopa con sabor autóctono que sigue la misma receta de otras democracias que son solamente caretas justificatorias de los poderes fácticos. Dentro de poco tiempo la ley máxima no será la Constitución, sino el Tratado de Libre Comercio o cualquiera que sea el nombre que lleve la próxima legislación comercial de los capitales sin más patria que el lucro.

A menos de 20 años del FOBAPROA y sus funestas consecuencias, pretenden ahora endilgarnos la deuda pública de PEMEX a los contribuyentes. Como si no hubiera experiencia previa, proclaman que la malversación de los recursos de las pensiones y seguridad social que cotizaron mes a mes los empleados de PEMEX y que ellos se gastaron en inexplicable despilfarro, sea pagada ahora por las y los ciudadanos de este país. Dice el presidente del PAN: “esto tendría que hacerse con reforma energética o sin ella”. Dice el priísta secretario de economía: “sería una muy buena noticia para las finanzas nacionales”. Y no hay nadie que pueda meterlos a la cárcel por concebir y alentar ese latrocinio.

Tan empedrado de aviesas intenciones estará el camino de las reformas que tienen lugar ante nuestra impotencia, que hasta los obispos mexicanos, en su reciente visita al Vaticano, llevaron una lista de preocupaciones por el rumbo de las reformas y las consecuencias previsibles para los más pobres de este país. Y no es que el Episcopado mexicano se caracterice por su diligencia profética…

Ave soy de mal agüero: los despojadores juegan con fuego. Que no se quejen después.


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