Iglesia y Sociedad

Pregón pascual 2018

3 Abr , 2018  

Les comparto algunos textos para pensar la resurrección…

 ¡Alégrense por fin los coros de los ángeles, exulten las jerarquías del cielo!

El ser humano, por esencia, es un ser en camino hacia sí mismo: un ser que trata de realizarse a todos los niveles, en el cuerpo, en el alma, en el espíritu, en la vida biológica, espiritual y en su cultura. Pero, en este anhelo, se ve continuamente obstaculizado por la frustración, por el sufrimiento, por el desamor y por la falta de unión consigo mismo y con los demás. El principio-esperanza que anida en él le hace constantemente elaborar utopías como la «República» de Platón, la «Ciudad del Sol» de Campanella, la «Ciudad de la Eterna Paz» de Kant, el «Paraíso del Proletariado» de Marx, el «Estado Absoluto» de Hegel, la situación de amorización absoluta de Teilhard de Chardin, o incluso, si se quiere, ese lugar donde no hay lágrimas, ni hambre, ni sed con que sueñan nuestros indios Tupiguaranís y Apapocuva-guaranís, el mundo de la tierra sin males, el universo del Buen Vivir.

Todos, como San Pablo, suspiramos: «¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?» (Rom 7,24). Y todos, con el autor del Apocalipsis, suspiramos por esa situación en la que «no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado» (Apoc 21,4). La Resurrección de Jesús pretende ser la realización en nuestro mundo de esta utopía. Porque la resurrección significa la escatologización de la realidad humana, la introducción del ser humano, cuerpo-alma, en el Reino de Dios, la total realización de las posibilidades que Dios puso dentro de la existencia humana. De este modo fueron aniquilados todos los elementos alienantes que atenazaban la vida, tales como la muerte, el dolor, el odio y el pecado. Para el cristiano, a partir de la Resurrección de Jesús, ya no hay utopía (en griego: que no existe en ningún lugar), sino únicamente topía (que existe en algún lugar). La esperanza humana se realizó en Jesús resucitado y ya se está realizando en cada persona humana. A la pregunta “¿Qué va a ser del ser humano?”, la fe cristiana responde con desbordante alegría: La resurrección como transfiguración total de la realidad humana espiritual-corporal.

Leonardo Boff

¡Que las trompetas anuncien la salvación!

Creer en el Resucitado es resistirnos a aceptar que nuestra vida es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándonos en Jesús resucitado por Dios intuimos, deseamos y creemos que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el anhelo de vida, de justicia y de paz que se encierra en el corazón de la humanidad y en la creación entera.

Creer en el Resucitado es rebelarnos con todas nuestras fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños que solo han conocido en esta vida miseria, humillación y sufrimiento queden olvidados para siempre. Creer en el Resucitado es confiar en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podremos ver a los que vienen en pateras llegar a su verdadera patria.

Creer en el Resucitado es acercarnos con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, discapacitados físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión, cansadas de vivir y de luchar. Un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: «Entra para siempre en el gozo de tu Señor».

Creer en el Resucitado es no resignarnos a que Dios sea para siempre un «Dios oculto» del que no podamos conocer su mirada, su ternura y sus abrazos. Lo encontraremos encarnado para siempre gloriosamente en Jesús.

Creer en el Resucitado es confiar en que nuestros esfuerzos por un mundo más humano y dichoso no se perderán en el vacío. Un día feliz, los últimos serán los primeros y las prostitutas nos precederán en el reino. Creer en el Resucitado es saber que todo lo que aquí ha quedado a medias, lo que no ha podido ser, lo que hemos estropeado con nuestra torpeza o nuestro pecado, todo alcanzará en Dios su plenitud. Nada se perderá de lo que hemos vivido con amor o a lo que hemos renunciado por amor.

Creer en el Resucitado es esperar que las horas alegres y las experiencias amargas, las «huellas» que hemos dejado en las personas y en las cosas, lo que hemos construido o hemos disfrutado generosamente, quedará transfigurado. Ya no conoceremos la amistad que termina, la fiesta que se acaba ni la despedida que entristece. Dios será todo en todos. Creer en el Resucitado es creer que un día escucharemos estas increíbles palabras que el libro del Apocalipsis pone en boca de Dios: «Yo soy el origen y el final de todo. Al que tenga sed yo le daré gratis del manantial del agua de la vida. Ya no habrá muerte ni habrá llanto, no habrá gritos ni fatigas, porque todo eso habrá pasado».

José Antonio Pagola

¡El Señor resucitó, Aleluya!

La cruz no puede separarse de la resurrección. La cruz muestra el final de la lógica, es locura y escándalo: el mal es más fuerte que Dios, no hay esperanza. Jesús resucitado es la lógica de Dios: la fuerza del Espíritu es mayor que el mal, aunque puede parecer sometida y vencida. Por eso, la cruz es una evidencia de los sentidos, como el mal. Pero la resurrección, la fuerza del Espíritu, es objeto de fe. Vemos al crucificado y creemos en Él, aunque no veamos más que un crucificado.

De la misma manera, vemos el mal en nuestra vida, en la enfermedad, en el odio, en el hambre, en la envidia, en tantas cosas. Y seguimos creyendo en el ser humano hijo de Dios, capaz del Espíritu. A veces incluso «vemos» el espíritu, cuando vemos seres humanos viviendo más allá de la envidia y el consumo y la emulación salvaje y la comodidad y la explotación… vemos esa falta de lógica, los vemos vivir de manera que mucho pensarán que están locos, y reconocemos al espíritu. Pero hace falta que nuestros ojos estén previamente abiertos: los ojos de tierra no ven ahí más que locura, necedad.

Por eso todos los que son honrados, veraces, austeros, cooperadores, los que perdonan, los que no piensan mal, los que trabajan por la justicia, los que no viven para disfrutar, los que trabajan por la paz… están locos. Y son crucificados; desde luego por los ricos, los poderosos, los que saben vivir, los que triunfan; pero también por los sacerdotes, por los doctores, por la gente religiosa. Pero ellos son los que viven como resucitados, como vivía Jesús aun antes de morir, llenos del Espíritu, del mismo Espíritu de Jesús. Así, la vieja teología que «entiende» la cruz como sacrificio ofrecido por Cristo a Dios (a Dios Amo y Juez) «para que perdone» los pecados, pagando con su sangre el precio de nuestras ofensas, se queda ridícula y coja, ante todo porque es comprensible y sobre todo porque separa la cruz de la resurrección. Y paga un terrible precio: Dios es solamente justo y cobra precio (¡y qué precio!) por perdonar. Pero no es así, todo es mucho mejor: Dios es el Creador, el que sigue creando, el que sigue dando vida. Pecado es muerte, apartarse de la luz, un juicio equivocado, dejarse poseer por la oscuridad, ceder a la apariencia pasajera. Jesús es luz de Dios, espíritu en el mundo. Su vida, como toda vida humana, es lucha entre la luz y las tinieblas. Las tinieblas parecen poderosas, pero la fuerza del Espíritu es mayor. Jesús es grano sembrado, no monumento aparatoso. Jesús es vida vegetal contra la que no pueden invierno ni sequía, no lógica aparente creada por pequeños cerebros presuntuosos.

José Enrique Galarreta

¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

Las palabras desalentadas de los de Emáus «Nosotros esperábamos… pero…» reflejan una situación de pérdida de esperanza que quizá es también la nuestra en un tiempo en el que hablamos de ausencia de Dios, de exceso de dolor, de tumbas vacías de esperanza. También nosotros podemos sentirnos como si siguiéramos aún en el anochecer del viernes, volviendo con ánimo abatido de enterrar en el sepulcro proyectos, ilusiones y promesas. También nosotros podemos reaccionar: «llorando y hacer duelo» (Mc 16,10) «cerrando las puertas por miedo…» (Jn 20,19), La piedra es demasiado grande para nuestras fuerzas, el orden internacional demasiado injusto, la violencia demasiado arraigada, la presencia creyente irrelevante, la Iglesia demasiado temerosa… Por eso la tentación puede ser «prolongar el sábado», refugiarnos en una espiritualidad evadida, permanecer en una parálisis inerte. O tomar caminos de vuelta a Emaús que alejan de los sepulcros y de los crucificados y tratan de escapar no sólo de su dolor sino también de su memoria.

Pero hay en la mañana del «primer día de la semana» un camino alternativo: el de quienes, entonces y ahora, echan a andar «todavía a oscuras» y se acercan a los lugares de muerte para intentar arrebatarle a la muerte algo de su victoria. Como intentaban borrar algo de su rastro aquellas mujeres a fuerza de perfumes. Saben que no pueden mover la piedra pero eso no les detiene. Son conscientes de la fragilidad y la desproporción de lo que llevan entre las manos, pero esa lucidez no apaga el incendio de su compasión ni hace su amor menos obstinado.

Quizá no viven todo eso desde la plenitud de la fe, ni le ponen el nombre de esperanza a sus pasos vacilantes en la noche. Pero hacen ese camino abiertos al asombro, apoyados en el recuerdo de palabras que prometen vida, dispuestos a dejarse sorprender por una presencia oscuramente presentida. Los evangelios de Pascua «están de su parte». Se lo dicen, nos lo dicen a todos, esas mujeres que irrumpen de nuevo en nuestros cenáculos anunciando: «¡Hemos visto al Señor!». De ellas recibimos la buena noticia: el Viviente sale siempre al encuentro de los que le buscan, los inunda con su alegría, los envía a consolar a su pueblo, los invita a una nueva relación de hermanos y de hijos.

Él va siempre delante de nosotros, palabra de mujeres.

Dolores Aleixandre

Iglesia y Sociedad

¡NO AL FRACKING!

23 Mar , 2018  

El pasado 21 de marzo, siete presbíteros y un diácono permanente, todos ellos del presbiterio de la arquidiócesis de Monterrey, hicieron pública su opinión respecto a la apertura de las licitaciones por parte del gobierno mexicano, para que empresas puedan extraer gas y petróleo mediante la técnica conocida como “fracking”.

El planeta vive una situación de emergencia. Sólo no se da cuenta quien no quiere hacerlo (Trump, por ejemplo). No tenemos otro planeta de repuesto y no parece que haya, en los que gobiernan bajo este imperio del dinero, disposición para revertir los efectos de la huella ecológica que los seres humanos estamos dejando en el planeta. Como chivos en cristalería, destrozamos todo a nuestro paso. En su carta Laudato Si’, sobre el cuidado de la Casa Común, el Papa Francisco hace un certero diagnóstico y ofrece algunas vías de salida. Su palabra parece haber caído en el vacío (incluso en las fronteras de la misma iglesia católica).

Quizá uno de los elementos más despiadados de destrucción ecológica sea el Fracking. Por eso me da gusto que un grupo del presbiterio de Monterrey, región que ha experimentado en carne propia lo que significa el actual modelo de ‘desarrollo’ depredador, se haya unido para manifestarse en contra del Fracking. A esta alegría se suma el hecho de que varios de ellos sean mis amigos personales. Por eso, y porque quisiera de esta manera unir mi firma a las suyas, comparto con ustedes en esta columna su comunicado público.

 

EN NUEVO LEÓN Y EN MÉXICO DECIMOS: NO AL FRACKING, NO A LA EXPLOTACIÓN VIOLENTA DE RECURSOS NATURALES

Monterrey, N.L., 21 de Marzo de 2018

Frente al anuncio de la apertura por parte de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) de las licitaciones para la exploración y extracción no convencional de gas y petróleo, técnicamente conocida como “fracking” o fractura hidráulica, los abajo firmantes, presbíteros de la Iglesia Católica de Monterrey, exigimos el alto de la entrega de territorios para este propósito.

El fracking representa la última y más violenta forma de explotación de recursos naturales. Veamos por qué…

Este método explota petróleo y gas natural atrapados en los poros de formaciones rocosas poco permeables denominadas lutitas situadas en el subsuelo. Suelen encontrase a profundidades de entre mil y cinco mil metros. Debido a esto, la extracción de los hidrocarburos requiere la utilización de la fracturación hidráulica o fracking, consistente en la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo. Luego se realizan una serie de perforaciones horizontales en la lutita, que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones. A través de estos pozos horizontales se fractura la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión que fuerza el flujo y salida de los hidrocarburos de los poros.

La fracturación de un solo pozo en toda su vida útil requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua. Si consideramos que en la zona de Burgos-Picachos, que abarca parte de Nuevo León y Tamaulipas, se tiene programada la explotación de 10 mil pozos, y multiplicamos tal cantidad por 25,000,000 de litros que se consumen por pozo, obtenemos un consumo en cuatro años de 250 mil millones de litros; 62,500 millones de litros por año, equivalentes a un consumo humano doméstico para la Zona Metropolitana de Monterrey (ZMM) de 2,300 litros por segundo, suficientes para cubrir una demanda adicional anual mayor a un millón de personas.

Dice el papa Francisco: “En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos.” (Encíclica Laudato si’ n. 30).

El impacto socioambiental del fracking es de efecto múltiple:

  1. Disminuye la disponibilidad del agua.
  2. Contamina las fuentes de agua por las sustancias utilizadas, las cuales son de gran toxicidad como el metanol, benceno, tolueno, etilbenceno y xileno. Además, el agua de desecho conocida como agua de retorno no sólo contiene los químicos y la arena que originalmente se introdujeron, sino también metales pesados, hidrocarburos e incluso materiales radioactivos, como el radón, que se encuentran en el subsuelo, causando una gran devastación a escala internacional.
  3. Impactos sobre la salud: Al menos 25% de las sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar cáncer y mutaciones, 37% afectar al sistema endocrino, 40% provocar alergias y 50% dañar el sistema nervioso.
  4. Desplazamiento de comunidades rurales de los lugares donde se establece esta técnica.
  5. Emisión de gases que contribuyen al calentamiento global.
  6. Sismos antropogénicos, los cuales ya se han producido en nuestro Estado, afectando algunas colonias de la ZMM, así como las estructuras hidráulicas de las presas del Cuchillo y la Boca.
  7. Explotación incompatible con otras actividades económicas.

En Nuevo León, al desastre ecológico que significa la contaminación de la ZMM, la más contaminada del País, no se debe agregar esta injusticia socioambiental, por las licitaciones para la fractura hidráulica en 21 municipios, integrantes de la citada zona de Burgos- Picachos.

Consideramos que la explotación de hidrocarburos mediante esta técnica NO es una opción para producir energía de manera sostenible; sigamos el ejemplo de países como Francia, Bulgaria, Alemania, Reino Unido, República Sudafricana, República Checa, España, Suiza, Austria, Irlanda del Norte, Italia, República de Irlanda, así como algunos estados en Estados Unidos, en donde se ha prohibido definitivamente esa práctica.

Por todo lo anterior declaramos:

Detengamos el desastre socioambiental. No al uso del fracking ni en Nuevo León ni en México, porque su uso desvía recursos que deberían dirigirse a las energías renovables.

 

Presbíteros Firmantes: Luis Eduardo Villareal Ríos, Cosme Carlos Ríos, Elías López Bautista, Guillermo Flores García, José Manuel Guerrero Loyola, Alejandro Beltrán Garza, Rodolfo Antonio García Martínez; y el Diác. Permanente Francisco Martínez Monsiváis (y este colado de la península maya: Raúl Lugo Rodríguez)

Iglesia y Sociedad

La relevancia de James George Frazer

13 Mar , 2018  

Les comparto en esta entrega las palabras pronunciadas en la Mesa Panel «Cinco obras clásicas de 1918: Contextos, Contenidos y Actualidad», dirigida por los Dres. Esteban Krotz y Rodrigo Llanes, que tuvo lugar en el marco de la FILEY 2018 el pasado 10 de marzo de 2018. Se trata de un comentario breve a la persona y la obra de Sir James George Frazer.

Sobre el autor: Nacido en Escocia el 1 de enero de 1854 y muerto en Cambridge el 7 de mayo de 1941, Frazer ofreció una relevante contribución al estudio de los orígenes de las creencias sostenidas por las religiones. A partir del estudio comparativo, Frazer relacionó los distintos mitos y rituales de las variadas culturas antiguas con algunos de los mitos y rituales sobrevivientes en algunas culturas de su época y llegó a la conclusión, polémica para su época (y aún para la nuestra), de que la magia, la ciencia y la religión no parecen tener caminos tan distintos para llegar a sus conclusiones, como solemos imaginar.

Frazer cristalizó sus búsquedas enciclopedistas en el libro La Rama Dorada, doce volúmenes con estudios comparativos en religión. Desde un pequeño problema, como explicar la norma que regulaba la sucesión del sacerdocio de la diosa Diana en Aricia, Italia, la obra se multiplicó y ramificó, abarcando los mitos y dioses agrícolas, los mitos de la vegetación, las víctimas propiciatorias, la magia, los alucinógenos, los ritos de fertilidad y el temor a los muertos en el nacimiento de las religiones. Una obra digna de asombro, pero difícil de leer, como podrán imaginarse. La rama dorada intenta definir los elementos comunes de las creencias religiosas, que van desde los antiguos sistemas de creencias a las religiones relativamente modernas como el cristianismo.

Sobre la obra: De esta obra mayúscula se desprende el volumen que nos convoca: El Folklore del Antiguo Testamento. Estudios comparativos de religión. Fue escrito entre 1917 y 1918, pero vio su primera traducción al español hasta 1981. Como puede verse desde el índice de la obra, el propósito es acercarse a algunos de los relatos más significativos del pentateuco y realizar estudios comparativos con mitos y experiencias espirituales de otras latitudes.

La marca de Caín, un ejemplo: Bastará, para hacernos una idea de la vastedad de su tarea, fijarnos en uno de los capítulos: la marca de Caín. No hay duda de que es un relato que ha dejado profundas huellas en nuestra cultura occidental: lo encontramos como título de la una novela de Saramago, de un disco de Miguel Bosé o como tópico en la canción de Silvio titulada Judith, que afirma “No puedo dejar de decir que esta triste canción a tu lado oscurece…, pues es tarde quizás para mí y Caín me ha marcado sobre la frente…”.

Pues bien, a partir del relato bíblico, Frazer hace un viaje por muchas tradiciones religiosas alternas para explicar el sentido de la marca de Caín. Comienza acercándose al trato que se ofrece a los homicidas en diversas culturas, en el afán de encontrar similitudes con el relato bíblico. Se pregunta si la marca de Caín tiene sentido defensivo para el homicida. Repasa la tradición ática, que no permitía que el homicida expulsado tocara tierra a su regreso. Pasa después a considerar la tradición de Tobu, una isla de Nueva Guinea: “cuando el jefe Gaganumore mató a su hermano, no se le permitió volver a su poblado y tuvo que construirse uno para él solo”. Recorre así las costumbres de los Akikuyu, del África central británica, los moros marroquíes, la mitología griega, varias tribus del alto Senegal, los bagesu de África Oriental, los kavirondo nilóticos, también africanos, los boloki, del Alto Congo, los indios Omaha de América del Norte, los yabim de Nueva Guinea, los bantú, de la cuenca baja del Congo, las tribus masai, nandi y wagono, los indios Thompson de la Columbia británica, los esquimales tinneh, los indios Chinook de Oregon, los arunta de Australia central, las tribus de las islas Fidgi, y los herero, de la África suroccidental.

El estilo: A su vastedad de fuentes hay que añadir una característica no siempre presente en los estudios antropológicos: su arte narrativo. Frazer no es solamente de lectura agradable, sino que tiene la particularidad de engancharte en su misma búsqueda, de manera que cuando lo lees te sientes como compañero suyo de viaje. Además, hay que reconocer su fino sentido del humor, que tratándose de una materia religiosa y, por tanto, delicada, aligera la lectura. Les propondré un ejemplo: cuando trata el caso de la marca de Caín, al terminar el largo recorrido por todas las culturas revisadas en su concepción del homicidio y los rituales a él asociados, Frazer tiene una conclusión jocosa.

Nunca podremos saber cuál fue en concreto la señal con que Dios marcó al primer asesino para protegerlo; lo más que podemos hacer es aventurar alguna hipótesis al respecto. Si se nos permite juzgar a partir de prácticas similares comunes a muchos salvajes de nuestros días, puede que Dios hubiese adornado a Caín con pintura roja, negra o blanca, o quizás con una combinación armónica de esos tres colores. Por ejemplo, pudo haberle pintado todo el cuerpo de rojo, como los naturales de las islas Fidji; o de blanco, como los ngoni; o de negro, como los arunta; o la mitad del cuerpo roja y la otra mitad blanca, como los masai y los nandi. O si prefirió concentrar sus esfuerzos artísticos en la expresión del rostro de Caín, pudo haberle pintado un círculo rojo alrededor del ojo derecho y un circulo negro alrededor del izquierdo, como hacen los wagogo; o pudo embellecerle el rostro desde la nariz a la barbilla y desde la boca a las orejas, con un toque delicado de bermellón, como lo hacen los indios tinneh. O pudo cubrirle la cabeza con barro, a la manera de los pima, o todo el cuerpo con estiércol de vaca, igual que los kavirondo. O también pudo tatuarlo desde la nariz hasta las orejas, igual que los esquimales, o entre las cejas, como los thonga, para que le brotasen granos y darle así la apariencia de un búfalo encolerizado. Adornado de ese modo, el señor Smith —porque Caín y Smith significan lo mismo (herrero)— pudo haberse paseado por la desierta extensión de la tierra sin miedo a ser reconocido y molestado por el espíritu de su víctima.

Pero si ya la comparación de Caín y Smith provoca hilaridad, esperen el final del párrafo:

Esta explicación de la marca de Caín ofrece la ventaja de eliminar del relato bíblico un absurdo manifiesto. Porque, según la interpretación al uso, Dios puso la marca sobre Caín a fin de protegerlo frente al asalto de otros hombres, con lo cual parece como si Dios hubiese olvidado que no existía nadie que pudiese dar muerte al asesino, ya que entonces solo habitaban la tierra él y sus padres. De aquí que al suponer que el enemigo temido por el primer homicida era un espíritu y no un ser vivo, evitamos la irreverencia que supondría imputar a Dios un grave lapsus de memoria, difícilmente atribuible a un ser omnisciente. Por consiguiente comprobamos de nuevo que el método comparativo viene a ser un advocatus Dei eficaz.

Actualidad de la obra: Quiero terminar diciendo una palabra sobre la relevancia de James Frazer para los estudios bíblicos. Frazer fue quien enriqueció el nacimiento de las ciencias bíblicas con el aporte antropológico. Me explico. Durante muchos siglos la Biblia se leyó como un texto de verdades religiosas, sin que se sintiera la necesidad de cuestionar si los textos tenían pretensiones históricas, didácticas o simplemente eran guardianes de leyendas antiguas.

El avance de las ciencias, particularmente de las ciencias del lenguaje, fue complicando más la lectura de la Biblia. Uno de esos avances está representado por Wellhausen (1844-1918), a quien se debe la primera propuesta sencilla y unitaria de cuáles son las fuentes que están detrás del Pentateuco, así como su datación cronológica. Aunque no es el primero que la plantea, sí es quien la consagró. Un resumen de la hipótesis, que peca de simplista, sería que los seis primeros libros de la Biblia habrían sido compuestos a partir de cuatro documentos previos, denominados Yahvista, Elohista, Deuteronomista y Sacerdotal (Priesterkodex) y mencionados ordinariamente por las siglas J, E, D y P.

Este avance fue el inicio de un estudio serio, desde el punto de vista literario y de las fuentes, que inauguró, por así decirlo, la lectura crítica moderna de la Biblia. A este filón de estudios literarios vino a sumarse la aportación de Frazer desde la antropología cultural. Frazer tuvo la osadía, no sólo de asumir algunos de los avances literarios de la época (cita con profusión la hipótesis documentaria de Wellhausen), sino de atreverse a comparar los relatos bíblicos antiguos con las costumbres que se mantenían vigentes en muchas culturas en el tiempo en que Frazer escribía. Esto, aunque puede tener el riesgo del anacronismo, revela en Frazer una convicción que fue muy polémica, pero que va terminando por reconocerse: que es propio de la humanidad el establecimiento de relatos etiológicos y que en ellos se condensa la trasmisión de ideas y valores que una cultura (o una religión) tiene interés de transmitir a las siguientes generaciones.

Contra el fundamentalismo: El abandono de la lectura antigua de la Escritura, espiritual y didáctica, para –en confrontación estéril con los avances de la ciencia– insistir en sus aspectos literalistas, ha dado origen a una enfermedad que conocemos como fundamentalismo, que revela la incapacidad de distinguir en los libros bíblicos los diferentes géneros literarios y que se aferra a una lectura que desconecta el texto de su origen: el ambiente en el que fue escrito, las circunstancias histórica y culturales de origen, la evolución de las ideas y las intenciones de los redactores finales.

No pensemos que el fundamentalismo es solamente problema de alguna religión en particular, como podría pensarse del islam radical, sino que es una amenaza para todas las religiones, incluyendo las más modernas, que no dejan de tener su oscuro rincón de fundamentalismo contra el cual habrá que dar una batalla ilustrada y plena de argumentaciones convincentes. La Biblia no está condena a ser leída siempre desde una perspectiva irracional. Sólo por ese legado, vale la pena que la obra de Frazer, aun después de cien años, no caiga en el olvido.

Cita bibliográfica:

FRAZER, sir James George, El Folklore en el Antiguo Testamento, (Fondo de Cultura Económica, México, 1981). Trad. de Gerardo Novás. 648 pp.; 22 x 15 cm (Colec. ANTROPOLOGÍA)

Iglesia y Sociedad

A los 90 años, mi homenaje

16 Feb , 2018  

Durante largos años de crudo invierno mi fe pudo mantenerse incólume. No fue tarea fácil. En pie de testimonio, tres anclas de la jerarquía mantuvieron firme mi fidelidad a la iglesia de Jesucristo. Una de esas anclas, desde la selva chiapaneca, iluminó mi comprensión de la encarnación, misterio central de nuestra fe. Él me enseñó a descubrir la hondura del adagio de Tertuliano, “La carne es el corazón de la salvación”, y a transformarlo en algo más complejamente salvífico: “La carne –y la cultura– son el corazón de la salvación”. Y me convirtió a los pueblos originarios. Y me hizo indio. Nos ha dejado ya: Jtatik Samuel descansa ya en los brazos del Misterio mayor.

Mi otra ancla, camina todavía por los polvorientos desiertos de Coahuila y de México entero gritando a voz en cuello, en medio del ominoso silencio circundante, para encontrar a las personas desaparecidas, reclamar por la reconstrucción de la patria, dignificar a los diferentes, aspirar a una iglesia donde todos y todas quepamos. Dios lo guarde muchos años.

Pero quizás el ancla, la más hondamente clavada en las pocas certezas de mi fe personal, se halla en un pueblo pequeño del Mato Grosso, San Félix de Araguaia, en Brasil, y cumple hoy 90 años de vida y de rebelde fidelidad al evangelio. No es demasiado decir que sigo siendo católico gracias a él. En los momentos malos pienso en su esfuerzo incansable, en la entrega de su vida y su cordial cercanía con los campesinos amazónicos, en su pobreza sin subterfugios… y me lleno de nuevo los pulmones de esperanza.

Hay gente que arde sin apagarse. Dom Pedro Casaldáliga, el obispo poeta, es uno de ellos. Hoy quiero agradecerle que siga viviendo, que siga rezando, que siga escribiendo. Le agradezco que, a estas alturas de su vida, siga mirando la realidad compleja con ojos de evangelio, que siga tomando los toros por los cuernos, que siga teniendo una palabra libre, que siga siendo pobre. Cada año nos regala luces en la Agenda Latinoamericana, esa entrañable compañera de nuestros días. Y este año, sin miedo, a pesar del vocerío simplificador y de las veladas amenazas, ha decidido retarnos con el tema de la igualdad de género. ¡Ay, cómo hacen falta pastores de esta talla!

Hoy quiero recordarlo (y mandarle desde aquí, aunque nunca lo sepa, mi devota admiración y mi abrazo cariñoso) compartiendo con ustedes tres poemas suyos. El primero, desde la rabia; el segundo, una transparente confesión de parte; el tercero, un atisbo a su desafiante y enternecedora fe. Que los disfruten.

 

MALDITA SEA LA CRUZ

Maldita sea la cruz / que cargamos sin amor / como una fatal herencia.

Maldita sea la cruz / que echamos sobre los hombros / de los hermanos pequeños.

Maldita sea la cruz / que no quebramos a golpes / de libertad solidaria, / desnudos para la entrega, / rebeldes contra la muerte.

Maldita sea la cruz / que exhiben los opresores / en las paredes del banco, / detrás del trono impasible, / en el blasón de las armas, / sobre el escote de lujo, / ante los ojos del miedo.

Maldita sea la cruz / que el poder hinca en el Pueblo, / en nombre de Dios quizás. / Maldita sea la cruz / que la iglesia justifica / –quizás en nombre de Cristo– / cuando debiera abrasarla / en llamas de profecía.

¡Maldita sea la cruz / que no pueda ser La Cruz!

 

YO, PECADOR Y OBISPO, ME CONFIESO

Yo, pecador y obispo, me confieso / de haber llegado a Roma con un bordón agreste; / de sorprender al Viento entre las columnatas / y de ensayar la quena a las barbas del órgano; / de haber llegado a Asís, / cercado de amapolas.

Yo, pecador y obispo, me confieso / de soñar con la iglesia / vestida solamente de Evangelio y sandalias, / de creer en la Iglesia, / a pesar de la Iglesia, algunas veces; / de creer en el Reino, en todo caso / –caminando en Iglesia– .

Yo, pecador y obispo me confieso / de haber visto a Jesús de Nazaret / anunciando también la Buena Nueva / a los pobres de América Latina; / de decirle a María: “¡Comadre nuestra, salve!”; / de celebrar la sangre de los que han sido fieles; / de andar de romerías…

Yo, pecador y obispo, me confieso / de amar a Nicaragua, la niña de la honda.

Yo, pecador y obispo, me confieso / de abrir cada mañana la ventana del Tiempo; / de hablar como un hermano a otro hermano; / de no perder el sueño, ni el canto, ni la risa; / de cultivar la flor de la Esperanza / entre las llagas del Resucitado.

 

DIOS ES DIOS

Yo hago versos y creo en Dios. / Mis versos / andan llenos de Dios, como pulmones / llenos del aire vivo. / Carlos Drummond de Andrade / hace –hacía– versos, / mejores que los míos / y no creía en Dios. / (Dios no es simplemente la Belleza).

El Ché entregó su vida por el Pueblo / y no veía a Dios en la montaña. / Yo no sé si podría convivir con los Pobres / si no topara a Dios en sus harapos; / si no estuviera Dios, como una brasa, / quemando mi egoísmo lentamente. / (Dios no es simplemente la Justicia).

Muchos humanos izan sus banderas / y cantan a la Vida / dejando a Dios de un lado. / Yo sólo sé cantar dando Su Nombre. / (Dios no es simplemente la Alegría).

Quizá yo no sería capaz de estos caminos / si no estuviera Dios, como una aurora, / rompiéndome la niebla y el cansancio, / Y hay sabios que caminan imperturbablemente / contra el viso de Dios / haciendo Historia, / desvelando misterios y preguntas. / (Dios no es simplemente la Verdad).

Belleza sin ocaso, / Verdad sin argumentos, / Justicia sin retorno, / Amor inesperado, / ¡Dios es Dios simplemente!

Iglesia y Sociedad

Las elecciones y las compañías transnacionales

6 Feb , 2018  

Estamos a las puertas de un nuevo proceso electoral, en el que deberán elegirse los cargos de presidente de la república, gobernador, senadores, diputados locales y federales y alcaldes. Para Yucatán se trata de la renovación de prácticamente todas las cabezas de la función pública. Y, sin embargo, no deja uno de tener la impresión de que se juega bastante poco en las elecciones.

Me explico. El margen de decisiones del poder político está cada vez más acotado. El proceso de acumulación de los capitales no pasa ya por la identidad de los Estados nacionales, sino que se desarrolla a través de las llamadas compañías multinacionales, capitales sin país ni rostro, cuyo único fin es la maximización de ganancias.

La lógica de la operación de las multinacionales y de su impune actuación en los países es la siguiente: consiguen poder económico, político, cultural y jurídico. Erika González, investigadora del Observatorio de Multinacionales en América, de la organización Paz con Dignidad, lo explica de manera muy clara en un vídeo que el amable lector y lectora podrán encontrar en la liga que coloco al final de este artículo. Tomo alguna de sus ideas.

Poder económico: A nivel de ingresos, las 10 principales compañías multinacionales tienen el mismo ingreso que más de 130 países juntos, de los considerados de menor ingreso de PIB. Este simple hecho evidencia una asimetría radical de la relación entre las compañías y los países. Cuando una compañía decide entrar a un país e invertir en él su poder económico y, por tanto, de presión puede ser enorme.

Poder político: Su capacidad económica coloca a las transnacionales en posición de tener una enorme influencia en la conducción política de cualquier país. Y no hablo aquí solamente de los llamados países del Tercer Mundo o países subdesarrollados. Hay evidencias del poder con el que las transnacionales han operado para hacer aprobar en el parlamente europeo proyectos de ley diseñados y confeccionados por ellas mismas y que, tras una superficial revisión, quedan aprobadas como leyes. Un fenómeno que muestra con mayor claridad aún el poder político de las transnacionales es el de la puerta giratoria. Erika González lo explica así: “Veamos el sector energético… En la Unión Europea, ministros y presidentes han pasado a formar parte de los consejos de administración de las empresas generadoras de energía y ocurre lo mismo de vuelta: de las empresas llegan funcionarios para incrustarse en puestos políticos de influencia… esta puerta giratoria termina en la diplomacia económica: el gobierno establece sus relaciones internacionales en base a los intereses de las grandes corporaciones multinacionales… la diplomacia no es ya para blindar la defensa de los derechos humanos en el trato entre países, sino para blindar los intereses de las corporaciones”.

Poder cultural: Las multinacionales crean imaginarios en los que la población y los medios terminan por considerarlos agentes indispensables para el ‘desarrollo’: sin la actividad de las empresas transnacionales no existiría desarrollo y sin éste no hay progreso posible.

Poder jurídico: Las empresas transnacionales no pueden legislar, pero sus intereses quedan blindados a través de los tratados comerciales y/o acuerdos de inversión bilateral que crean una normativa internacional muy severa. Las empresas pueden emplazar a juicio a un Estado nacional, pero no viceversa. Son herramientas que solo sirven a las multinacionales, de manera que ningún Estado puede demandar a una empresa ante un Tribunal de Arbitraje Internacional. Lo mismo puede decirse de los planes de reformas estructurales, impuestos a los países por las multinacionales a través de los bancos a su servicio, como en Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se trata de una auténtica “Lex Mercatoria”, que protege los intereses de las compañías por encima de los derechos de las poblaciones de los Estados nacionales.

No resulta extraño, pues, que el derecho internacional de los derechos humanos sea normativamente tan endeble y, en cambio, las leyes comerciales sean exigidas siempre de manera perentoria. Como es de imaginar, son los intereses de las empresas los que están garantizados en esta legislación comercial, no sus obligaciones, que no pueden ser exigidas por ningún gobierno en virtud de los tratados firmados. A lo más que llegan es a la mentada responsabilidad social de las empresas, que es voluntaria y, por tanto, no exigible. Se trata de maximizar beneficios: obtener el mayor nivel de lucro en el menor tiempo posible, aunque esto ocurra en base a la precarización de la fuerza de trabajo y al a extenuación de los ecosistemas. No es que la actividad de las empresas tenga como consecuencia la violación de los derechos humanos y la depredación del medio ambiente, sino que el origen mismo de los beneficios que reciben las empresas se enraízan en este tipo de impactos.

El video que les sugiero al final de estas líneas contiene no solamente este diagnóstico general que les he resumido en pocos renglones, sino ofrece algunas propuestas de modificación de la situación. Eso le quedará de tarea a quien le interese. Yo he traído esto a colación en relación con el proceso electoral que se avecina. Me despierta dos reflexiones que comparto ahora con ustedes:

  1. Si se juega bastante poco en las elecciones, dado que los políticos mandan bastante poco, ¿es esto un elemento que pueda desanimar la participación en el proceso electoral? Puede ser. De hecho, hay cada vez más personas que consideran los procesos electorales como simples espectáculos y el porcentaje de abstencionistas y anuladores no deja de crecer. Yo pienso, sin embargo, que el problema no está en asistir o no a las elecciones sino la conciencia de cómo inscribimos el proceso electoral dentro de la batalla mayor, la necesaria, en contra de este sistema de acumulación que ha terminado por convertir el mundo (y todas sus relaciones, incluyendo la educación, la cultura, la religión, el arte…) en un gigantesco mercado donde todo se compra y se vende. La pregunta que me hago es si hay alguna opción política en la próxima elección que permita una avance en esta dirección.
  2. La fragilidad de las relaciones entre las empresas multinacionales y los Estados nacionales nos obliga a poner en cuestión al mismo Estado nacional. Entre nosotros, una de las disputas más agrias, históricamente hablando, ha sido el de la relación entre el Estado nacional y los pueblos originarios. La reconstitución de un Estado nacional que se ponga al servicio de los derechos de las personas y de la restauración ecológica sólo será posible si viene precedido de una transformación de sus relaciones con los pueblos indígenas, para subsanar hacia dentro la asimetría de base, esa asimetría que el mismo Estado experimenta hacia afuera en su relación con las multinacionales.

En mi perspectiva, no son las elecciones o los partidos políticos el enemigo, sino el sistema capitalista de acumulación. Si dentro del proceso electoral hay alguna opción política que represente un paso, así sea mínimo, en la dirección del combate a este sistema de muerte, será decisión de las y los votantes.

 

Colofón: Me dicen, al consultar el artículo antes de su publicación, que el enemigo no es el capitalismo, sino el capitalismo patriarcal. Y es cierto. A ello (y al argüende de la “ideología de género”) dedicaré una próxima colaboración.

 

Link:

https://vimeo.com/193851169?ref=em-share

 

Iglesia y Sociedad

La lucha de Homún

18 Ene , 2018  

En el último trimestre del año pasado Homún se convirtió en noticia. Población maya conocida por sus bellos cenotes, Homún está situada en la confluencia de dos áreas naturales protegidas: la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes y el Parque Estatal Lagunas de Yalahau.

El Anillo de Cenotes fue decretado como área natural protegida por el Gobierno del Estado de Yucatán, según el decreto 117, publicado en el Diario Oficial del Estado el 28 de octubre de 2013. La reserva tiene la capacidad de disponer agua limpia para una zona metropolitana cuatro veces del tamaño actual y Homún, uno de los 53 municipios que la conforman, está ubicado en la zona de “recarga” de dicha reserva, por lo que han quedado prohibidas expresamente actividades que no sean compatibles con el cuidado del medio ambiente o que tengan un impacto negativo en los ecosistemas.

Por otra parte, el área natural protegida denominada “Parque Estatal Lagunas de Yalahau” está ubicada en los municipios de Homún, Huhí, Tekit y Sotuta; el área fue constituida por el gobierno estatal mediante el decreto número 202, publicado en el Diario Oficial del Estado de Yucatán el 8 de junio de 1999, y circunscribe un total de 4 lagunas y 203 cenotes.

Por eso fue grande la sorpresa de los pobladores de Homún cuando, el 13 de octubre de 2016 el presidente municipal otorgó el permiso de uso de suelo para la construcción de naves y tratamientos de aguas residuales de una Mega Granja Porcícola que ocuparía un área de ciento diecisiete hectáreas (117 has.) para contar con aproximadamente 45,000 cerdos. El funcionamiento de esta granja pondría en grave riesgo la conservación del manto freático y, además, el sostenimiento de un gran número de familias, dado que cerca de la mitad de la población de Homún se dedica al ecoturismo centrado en los cenotes y las lagunas como principal actividad económica.

Comenzó entonces una batalla que ha tenido muchos espacios en la prensa local y nacional. No voy a abundar, por ello, en pormenores. Solamente quiero introducir el más reciente pronunciamiento al respecto, que les comparto en este mismo espacio, con algunas anotaciones que me parecen importantes:

  1. La batalla de Homún ha hecho que los pobladores se organicen en la defensa de sus derechos como personas y como pueblo maya. Han constituido un comité denominado Kana’an Ts’onot (guardianes de los cenotes) y llevan simultáneamente varios procesos legales para impedir el establecimiento de la Granja en su territorio. Esto, independientemente del resultado final de su lucha, es ya un logro en sí mismo y puede servir de inspiración a otras comunidades mayas que resisten la imposición de proyectos de “desarrollo” que arrojan pingües ganancias a las empresas involucradas y dejan a su paso la devastación para los pueblos y territorios indígenas.
  2. El comité Kana’an Ts’onot organizó una consulta basada en los estándares internacionales de consulta a pueblos indígenas marcados por el convenio 169 de la OIT. La consulta constó de una fase de planeación, una fase informativa en dos fechas (29 de Septiembre y 4 de Octubre) y una fase deliberativa (8 de octubre). El resultado de la consulta fue de 732 votos en contra de la instalación de la granja, 52 a favor y cinco en contra, contando la deliberación con la presencia de un notario público (fedatario autorizado), de personal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y, como testigos de honor, los concejales Yucatecos del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena, la comisaria de Chocholá, apicultores de los Chenes e integrantes de la Unión de Pobladores de Chablekal, pueblos, estos últimos, que llevan adelante batallas a favor de la autodeterminación en sus propias poblaciones. El gobierno no ha dicho ni pío sobre la consulta y sus resultados, aunque le han sido formalmente presentados por los pobladores de Homún.
  3. La cantidad de procesos abiertos y aún sin resolución, revelan la incapacidad de las instituciones de gobierno para enfrentar la batalla del pueblo de Homún por su autonomía: el presidente municipal que otorga permiso de suelo, la SEDUMA que acepta una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) a modo y con serias irregularidades, los juzgados distritales que, con el pretexto de que la granja ‘crea empleos’ niegan el derecho de Homún a decidir sobre su territorio, etc. En un espectáculo que raya en la obscenidad, los órganos del Estado (y algunos medios de comunicación social) se han puesto al servicio de la empresa y no del pueblo.
  4. Aunque sea muy importante la lucha por el respeto al derecho a un medio ambiente sano, y resalte la preocupación por la contaminación de los cenotes, creo que la aportación más importante de Homún está referida al derecho a la autonomía y autodeterminación del pueblo maya, una papa caliente para los tres órdenes de gobierno (ejecutivo, legislativo y judicial), porque implica un reconocimiento en los hechos de un pueblo maya vivo y con derechos, mucho más allá de la visión arqueológica y folklórica que se maneja tan a menudo.

Así que les comparto ahora, sin más preámbulos, el más reciente capítulo de esta larga batalla de Homún.

Homún reitera ante Justicia Federal sus derechos

            

Pobladores solicitan a la Justicia Federal hacer efectivo su derecho al agua,

a un medioambiente sano y a decidir como pueblo maya

 

Integrantes del comité Kana’an Ts’onot, conformado por pobladoras y pobladores de Homún que se oponen a la instalación de una granja porcícola en dicho municipio, se reunieron hoy, 17 de enero de 2018, con el Juez Segundo de Distrito en el estado para reiterarle una serie de preocupaciones en torno al juicio de amparo 1389/2017-IV-A

Dicho juicio fue presentado el día 9 de noviembre del 2017 en contra de la manifestación de impacto ambiental (MIA) otorgada por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Gobierno del estado de Yucatán (SEDUMA) a favor de la empresa “Producción Alimentaria Porcícola Sociedad de Producción Rural de Responsabilidad Limitada de Capital Variable” para el establecimiento de una granja de 45 mil cerdos.

El argumento principal del amparo fue la violación al derecho al agua y a contar con un medio ambiente sano,  contenidos en el artículo 4 constitucional.

Entre las principales irregularidades señaladas por los pobladores de Homún en la demanda de amparo destacan

  1. La MIA se autorizó sin que existiera un permiso de Uso de Suelo Vigente.
  2. El decreto 117 de 28 de octubre de 2013 que crea la Reserva Geohidrológica Anillo de Cenotes establece en su artículo 6 que SEDUMA es la encargada de elaborar el  Plan de Manejo de la Reserva Anillo de los Cenotes. A pesar de que dicho plan aún no existe, dicha institución autorizó la MIA
  3. En la Mia se reconoce la vulnerabilidad del acuífero, sin embargo, no se realizaron los estudios hidrológicos y del suelo que la misma GUIA de SEDUMA para la elaboración de la Manifestación de Impacto Ambiental establece como necesarios.
  4. No se considera el análisis de la emisión de olores por la operación de la granja ni cómo afectaría esto a los pueblos que se encuentran en la zona, vulnerando la norma mexicana NMX-AA-83-1982 sobre análisis de agua y determinación de olor, en la cual se clasifica como los olores más perceptibles y de mayor intensidad aquellos provenientes de heces fecales, estiércol y otros, siendo este el caso de la granja.
  5. La MIA fue firmada por una cirujano dentista, es decir, por una persona carente de competencias y conocimientos en materia ambiental.
  6. La MIA carece de rigor técnico, muchas de sus afirmaciones y fundamentos fueron plagiados de otros textos y autores, con lo cual se demuestra que no hubo un estudio riguroso ni aplicable al caso específico.
  7. La MIA se autorizó sin que se hubiera contemplado la participación de los habitantes de Homún ni mucho menos consultado a la comunidad.
  8. Todas estas irregularidades implican una violación al principio precautorio reconocido en diversos tratados internacionales que establece la obligación para las autoridades de no implementar ninguna tecnología o proyecto que no haya demostrado científicamente la no afectación al medioambiente o la salud de las personas.

 

Las mencionadas irregularidades, además de ser manifiestas, fueron documentadas a través del estudio Importancia de la reserva Geohidrológica del anillo de cenotes para el estado de Yucatán. Papel del municipio de Homún en la conservación de la reserva y su vulnerabilidad ante las actividades agropecuarias a gran escala”, elaborado por el Dr. Virgilio René Góngora Echeverría, Doctor en Ingeniería Opción Ambiental por la Universidad Autónoma de Yucatán y que fue integrado como prueba al juicio de amparo.

A pesar de la evidencia de las irregularidades y de la existencia de un riesgo inminente, pues la contaminación del agua por la construcción y puesta en marcha de la granja afectaría no sólo a la comunidad de Homún sino a otras regiones de la entidad, dado que la Reserva Geohidrológica del anillo de los cenotes es fuente de abastecimiento del líquido vital para amplias regiones del estado, el Juez Segundo de Distrito se negó a otorgar la suspensión definitiva argumentando que la granja “generaría empleos” a pesar de que esta afirmación no se encuentra sustentada en ningún documento y que existe un bien mayor que es la protección de acceso al agua y al medioambiente sano. Dicha determinación, además de ser parcial,  se dio violentando los estándares internacionales que obligan al Juez a aplicar medidas precautorias cuando existe un riesgo potencial  para el medioambiente o el agua.

Homún es un pueblo maya de tradiciones ancestrales y mantiene una estrecha relación cultural y simbólica con los cenotes. Además, la actividad económica que han logrado realizar en torno a ellos, ligada al turismo, es una importante fuente de ingresos para la comunidad.

Ante la próxima resolución del amparo presentado contra la MIA, una representación de los integrantes del comité Kana’an Ts’onot, se entrevistó con el Juez Segundo de Distrito para reiterarle las violaciones derivadas de la MIA, los riesgos que para la región implicaría el establecimiento de la granja porcícola, así como para solicitarle que haga efectivos los derechos humanos que, como pueblo indígena y como habitantes de la reserva geohidrológica tienen y que se encuentran protegidos por diversos instrumentos legales estatales, nacionales e internacionales.

Cabe recordar que en octubre de 2017, la comunidad de Homún realizó un proceso de auto consulta indígena, en donde por mayoría se determinó que no era viable la instalación de la granja en el territorio de la comunidad, proceso del cual hasta la fecha no se tiene respuesta por parte del gobierno del estado de Yucatán, a pesar de+ que los resultados de esa consulta fueron entregados tanto al gobernador del estado, Rolando Zapata Bello, como a diversas autoridades estatales y federales.

Además de lo anterior, la comunidad ha comparecido en otros juicios como el 91/2017 ante el Tribunal de Justicia Administrativa del estado, y el 936/2017 ante el Juzgado Primero de Distrito, en donde todas las determinaciones han resultado favorables a la empresa porcícola, lo que demuestra que los órganos judiciales tanto estatales como federales parecieran privilegiar los intereses mercantiles en detrimento del derecho que el pueblo maya de Homún tiene a decidir sobre su territorio en ejercicio de su derecho de autonomía y autodeterminación.

En virtud de lo anterior, el Poder Judicial Federal y específicamente el Juzgado Segundo de Distrito, tiene, en el presente caso una gran responsabilidad para hacer efectivos derechos humanos del pueblo de Homún y poner un freno a la política estatal que privilegia el establecimiento de megaproyectos en lugar de construir con los pueblos alternativas que sean compatibles con sus prácticas culturales y su visión del desarrollo.

(Comunicsado conjunto de Kana’an Ts’onot y el equipo Indignación AC)

Iglesia y Sociedad

Cuento de Navidad

2 Ene , 2018  

“Si me agarra la navidad ya me fregué”, le dice María Isabel a su esposo. Concluye así una larga y animada conversación sobre el bebé que viene en camino. A la vieja usanza, ninguno de los dos, padre y madre, han querido saber de antemano el sexo del nené que viene. Criticada por sus mismos familiares, Maribel ha defendido una y otra vez la opinión de que a los críos hay que quererlos incondicionalmente y que eso incluye esperarlos en el desafío de no saber quién ni cómo nacerá.

Y cuando le argumentan que el amor incondicional no tiene nada que ver con si uno averigua antes el sexo del bebé, entonces María Isabel, furiosa anticapitalista, ve abierta la oportunidad para preguntar cuál sería entonces el objetivo de saberlo y, apenas se le responde que es para poder comprarle al bebé las cosas que necesita, acertando ya a su sexo, entonces María Isabel se suelta con la perorata en contra del consumismo y de la división patriarcal de los sexos y así y así hasta que la conversación termina siempre, de manera indefectible, en la alusión a las comunidades zapatistas y la ejemplar construcción de su autonomía, “única buena noticia que sigue dando esperanza a este atribulado país”, sostiene Maribel.

“Y qué tiene que ver lo que estábamos conversando, el nacimiento del bebé, con las comunidades zapatistas”, esperada contestación de los oyentes, cansados del encendido discurso de la embarazada, anticapitalista y antipatriarcal (que no es lo mismo, pero es igual, había señalado Maribel, también fanática de Silvio), permite a Tony, así le llaman a José Antonio, el afortunado marido, entrar al quite y cerrar la animada charla evocando al poeta mexicano, que el mes próximo cumplirá su cuarto año de fallecido, diciendo: Todo tiene que ver con todo. La lapidaria frase le permite a Tony cambiar a otro tema.

María Isabel y José Antonio llevan ya varios años de casados. Todavía en edad de concebir, ambos decidieron traer el mundo a su cuarto hijo. Maribel prefiere que sea niña. Ya tienen tres: mujer la mayor y dos varones que le siguen, el último de los cuales, de apenas nueve años, ha sido ya nominado ‘miembro supernumerario del CNI Yucatán’, por la manera tan linda que tiene de hacer ondear con garbo la bandera maya en los mítines a los que sus padres lo llevan.

Tony y Maribel conciben la familia, sí, como espacio de amor incondicional, pero también como centro de agitación de las conciencias. El grito zapatista de 1994 los sorprendió siendo todavía recién casados, y en él descubrieron una razón más para seguir juntos. Se inscribieron en el FZLN mientras duró y se hicieron adherentes y propagandistas de la Sexta Declaración, cuando los zapatistas decidieron darle la vuelta a la historia mexicana anunciando la construcción unilateral de su autodeterminación a pesar, o justamente debido a, las traiciones del gobierno mexicano. Han seguido así, tras el nacimiento de todos sus críos, pendientes de las comunidades zapatistas y sus avances, participando en cuanta iniciativa en su favor surge desde la sociedad civil y siendo de los primeros en inscribirse en la Escuelita Zapatista de la que regresaron, con sus tres hijos, hinchados de esperanza.

No podían faltar, pues, a la llegada de Marichuy a tierras mayas. Maribel hubiera querido participar más y mejor en la preparación de la llegada de la vocera del CIG, pero “esta panza apenas si me deja moverme”, decía continuamente, disculpándose.

Lo que menos se imaginó es que la niña (sí, fue una niña) viniera a nacer en circunstancias tan especiales. Cuando se acercó el tiempo de la llegada de Marichuy, Maribel se empeñó en asistir a todos los encuentros que la vocera tendría con los distintos pueblos mayas. El doctor le advirtió que el parto podría ya suceder en cualquier momento y que no era recomendable que ella viajara en tal estado. Tony quiso persuadirla y logró que Maribel abandonara la idea de acompañar a la vocera en todo su recorrido, negociando con Maribel un solo lugar entre los tres programados. Cuando Tony le comentó que el médico opinaba que solamente podrían ir a la reunión de Chablekal, que era el lugar de encuentro más cercano a Mérida y que debían evitar viajar a Valladolid o a Maní, Maribel quiso insistir diciendo que “a Valladolid lo acepto, pero a la Escuela de Maní seguro que voy, porque allá promueven la labor de las parteras mayas, así que puedo avisar para que tengan a una lista, por si las moscas”, sin saber que el refrán ‘el hombre propone y Dios dispone’ no deja de contener cierta verdad, aunque su expresión fuera machista.

Maribel no llegó a Maní. Todavía no terminaba Emiliano de cantar sus canciones sobre el estrado colocado en la plaza de Chablekal, cuando ella sintió que un líquido le corría por las piernas: “Ya se rompió la fuente”, le dijo con angustia Adela, que estaba sentada a su lado. No había tiempo que perder. Tony le echó un grito a su amigo Beto y en menos de lo que canta un gallo ya habían cargado a Maribel para subirla al coche.

En el camino hacia el automóvil se cruzaron con la comitiva que, en sentido contrario, acompañaba a Marichuy camino al estrado. La vocera se dio cuenta de lo que pasaba y se ofreció a ayudarla. En el templete, un rapero maya fue avisado de que debería alargar su participación con algunas canciones extra, porque Marichuy se demoraría todavía unos minutos. En lugar de dirigirse al coche, Tony y Beto se enfilaron hacia el Uay Já. Ahí la vocera pidió agua caliente y se dispuso a recibir a la niña. Cuando Maribel terminó la labor de parto y recibió a su hija entre los brazos, murmuró: “más zapatista no podías ser”. Bastó un intercambio de miradas con Tony para que éste último anunciara que la niña se llamaría María Jesús, “que es el nombre que la esperanza llevará en México este 2018”, remató.

Poca gente se dio cuenta que Marichuy llevaba el vestido todavía húmedo, mientras daba su discurso. Tampoco se fijaron en que la voz le tembló cuando habló del mundo de justicia y dignidad que estamos obligados a dejar a nuestros hijos e hijas. Los que presenciaron el acontecimiento, en cambio, se dieron por adelantado, cuatro días antes, el abrazo de navidad.

Iglesia y Sociedad

El Ejército ¿en las calles o en el cuartel?

8 Dic , 2017  

Desde el noticiero de una cadena televisiva de reciente funcionamiento, un presentador de noticias ampliamente conocido pontificó hace unos días afirmando que las personas y organizaciones que se oponen a la Ley de Seguridad Interior, que ha pasado de la Cámara de Diputados a su discusión en la Cámara de Senadores, eran solamente gritones, gente que se opone a todo, y que él percibía que la nueva ley solamente regulaba (y hasta disminuía) el papel del Ejército en las tareas de seguridad pública

Es bastante común que los encargados de leer las noticias en las emisiones informativas de radio y televisión se conviertan por arte de magia en analistas políticos. Hubo un tiempo en que hasta hacían programas de televisión en los que discutían los temas del momento, aunque tuvieran muy pocos espectadores. Eso no es de por sí malo y es, probablemente, inevitable. Pero que un presentador de noticias, en posesión de un micrófono privilegiado, llame a los grupos civiles ignorantes (ni siquiera han leído la ley, afirmó), es otra cosa.

Así que me he chutado todas las propuestas de ley que fueron presentadas. He revisado además la plataforma “Seguridad sin guerra”, que reúne los pronunciamientos y adhesiones en contra de esta ley que provienen de personas y organizaciones cuya seriedad avalo (algunas de ellas las conozco muy de cerca) y para quienes la acusación de gritones e ignorantes me parece una ofensa. Haría bien el comunicador en leer también algunos otros documentos que están disponibles en la red, como las 14 razones por las cuales la ONU se ha manifestado públicamente en contra de esta propuesta de Ley, a menos que ya las haya leído y la ONU haya quedado incluida entre aquellos que califica de ‘gritones’.

Yo pienso que no existe la ignorancia argumentada por el comunicador de marras. Las amenazas a la Ley de Seguridad Interior expuestas por las organizaciones civiles encuentran cabal sustento en los artículos de la Ley que deberá discutir el Senado en muy poco tiempo. Basta que el paciente lector y/o lectora de esta columna visite el portal electrónico www.seguridadsinguerra.org para que pueda constatarlo. Les pondré un ejemplo: Una de las denuncias de las organizaciones civiles es que la Ley “Fomenta la intervención militar en áreas de inteligencia civil”, lo cual es fácilmente comprobable en el artículo 28 de la propuesta del PRI que fuera aprobada por la Cámara de Diputados: “Las Fuerzas Federales y las Fuerzas Armadas desarrollarán actividades de inteligencia en materia de Seguridad Interior en los ámbitos de sus respectivas competencias, considerando los aspectos estratégico y operacional, la cual tendrá como propósito brindar apoyo en la toma de decisiones en materia de Seguridad Interior”.

Otro ejemplo es la denuncia que sostiene que “Las definiciones imprecisas permiten que todo quepa en la figura de seguridad interior”, lo cual se sustenta en el artículo 7, que dice: “Son amenazas a la Seguridad Interior, siempre que superen las capacidades efectivas de las autoridades competentes, las siguientes:

I. Actos violentos tendientes a quebrantar la continuidad de las instituciones, el desarrollo nacional, la integridad de la federación, el estado de derecho y la gobernabilidad democrática en todo el territorio nacional o en alguna de sus partes integrantes;

II. Presencia de fenómenos de origen natural o antropogénico, tales como una emergencia ambiental, biológica, nuclear, química, sanitaria o cualquier otra que ponga en peligro a la sociedad, sus bienes y a la infraestructura de carácter estratégico en áreas geográficas del país, y

III. Cualquier otro acto o hecho que ponga en peligro la estabilidad, seguridad o paz públicas en el territorio nacional o en áreas geográficas específicas del país. » (Las negritas son mías, para que el lector/a vea que hasta sus peores pesadillas pueden tener acomodo en esta última ‘definición’).

Seguir con más ejemplos haría esta entrega tediosa e insufrible. Las personas interesadas en el detalle pueden remitirse al portal de seguridadsinguerra.org que he mencionado más arriba.

Lo fundamental de la discusión, sin embargo, sigue siendo si se regulariza o no el papel de las Fuerzas Armadas en tareas de lo que comúnmente llamamos ‘combate a la delincuencia organizada’. Un consenso casi unánime, al menos en el discurso, es que la actuación de las Fuerzas Armadas debería ceñirse exclusivamente a lo que le manda el texto constitucional. De ahí debería derivarse, en buena lógica, que su participación en trabajos de seguridad pública ha de ser supletoria y el objetivo final debería ser que el ejército regresara a sus cuarteles en un plazo determinado de tiempo, y la ciudadanía pudiera ver resguardada su seguridad a partir de la actuación de cuerpos policíacos bien entrenados, una fiscalía eficaz y apegada a las leyes y un andamiaje judicial que garantizara la justicia expedita y evitara la impunidad.

Puede ser que, con razón, a muchos ciudadanos y ciudadanas tal expectativa les parezca utópica. Pero si la tarea de las leyes no es propiciar un lugar (topos) al proyecto ideal de país que queremos (u-topía), entonces no sirven de gran cosa.

Me adhiero, por esto, al posicionamiento de seguridadsinguerra.org, que en sus puntos medulares contiene lo siguiente:

(La Ley de Seguridad Interior) parte del hecho de que actualmente no existen las capacidades policiales para hacer frente a la grave situación de inseguridad por la que atraviesa el país. Sin embargo, e independientemente de que varias de las iniciativas presentadas contenían peligrosas ambigüedades y otorgaban atribuciones que deben corresponder exclusivamente a instituciones civiles, normalizar la intervención de las Fuerzas Armadas en labores policiales contribuiría a perpetuar la situación que se busca subsanar. Si hoy los gobiernos federal y estatales no han cumplido con su obligación legal de construir corporaciones de policía eficaces, menos aún lo harán si cuentan con el recurso legal para encubrir dicho vacío institucional con requerimientos de intervención militar.

 

Debemos, en cambio, centrar la atención política y legislativa en el fortalecimiento de nuestras instituciones de seguridad pública. Sólo así podremos resolver de fondo, y a largo plazo, la crisis de violencia, inseguridad y violaciones graves a derechos humanos en el país. Es por ello que, en lugar de legislar para perpetuar y arraigar el despliegue operativo de las Fuerzas Armadas, proponemos:

  1. Respeto irrestricto al marco jurídico constitucional e internacional. La aprobación de una “Ley de Seguridad Interior” o de un capítulo de Seguridad Interior en la Ley de Seguridad Nacional, atentaría contra la Constitución y contravendría los tratados internacionales que México ha ratificado.
  2. Adopción de medidas excepcionales sólo a partir de los mecanismos ya previstos. La vía adecuada para despliegues extraordinarios del Ejército es el artículo 29 constitucional. Actualmente no contamos con una ley reglamentaria de este artículo, y no se cuenta con una iniciativa que contemple verdaderos contrapesos y mecanismos de vigilancia. Los proyectos en discusión no son acordes con las normas internacionales en la materia.
  3. Es fundamental un plan de fortalecimiento de las policías en todos los niveles de gobierno, cuyas normas y entrenamientos expresamente integren los principios de legalidad, proporcionalidad y absoluta necesidad. Además, es indispensable legislar sobre el uso de la fuerza.
  4. Reformar a las policías, sin embargo, no será suficiente. Es necesario reformar también las procuradurías, fortalecer al Poder Judicial y atender la crisis penitenciaria.
  5. Se deben cumplir las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y definir un plan de retiro paulatino de las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad.

Seguir dependiendo de las Fuerzas Armadas no va a fortalecer nuestras instituciones de seguridad pública; coadyuvará al desgaste de dos de las instituciones más importantes del país: el Ejército y la Marina; perpetuará la grave crisis institucional por la que atravesamos, y sólo contribuirá a que la Federación y los estados sigan incumpliendo con lo estipulado en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el SIDEPOL y los acuerdos del Consejo Nacional.

 

Coincido con las personas y organizaciones que se han cohesionado en torno a este pronunciamiento, en que la actual propuesta de ley que discutirá el senado permitirá a las autoridades federales, estatales y municipales, continuar evadiendo sus responsabilidades constitucionales en materia de seguridad pública. Y eso, pienso yo, no va a ayudar nadita para enfrentar la crisis de inseguridad y violencia por la que atraviesa el país.

 

Colofón: El miércoles 20 y jueves 21 de diciembre se hará presente en tierras yucatecas el Consejo Indígena de Gobierno, a través de su vocera Marichuy, para escuchar las demandas del pueblo maya peninsular y buscar caminos de mayor organización entre los pueblos originarios de nuestra patria. Les invito a estar pendientes…

Iglesia y Sociedad

U Yits Ka’an y el Códice Madrid

23 Nov , 2017  

La abeja melipona (Melipona beecheii), especie nativa sin aguijón, constituye una de las riquezas ancestrales del territorio maya. Criadas y cuidadas en las comunidades mayas desde antes de la invasión española, la abeja melipona produce una miel cuyas virtudes nutricionales y medicinales son ampliamente conocidas.

Como cultivo ancestral, la cría y manejo de la abeja melipona se ha transmitido de generación en generación, aunque la especie ha sufrido los embates de la modernidad y su existencia ha sido puesta en riesgo, dado que el sistema económico actual, que privilegia el lucro por encima de la utilidad de los productos, ha terminado por menospreciar este tipo de miel que no se produce en cantidades industriales, y la contaminación por el uso de agrotóxicos, favorecido por el actual sistema de producción industrializado de alimentos, ha diezmado en muchos casos a las poblaciones de este noble insecto, útil no solamente por el valor nutricional de su miel para el consumo humano, sino como agente polinizador de capital importancia.

En la Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an hemos apostado por la promoción del rescate de este tipo de abeja, no solamente porque su miel puede ayudar a mejorar la nutrición de las familias mayas y beneficiarlas económicamente con la comercialización de sus excedentes, sino porque su cría y manejo está inscrita en la memoria colectiva y es un signo de identidad que pensamos que debe fomentarse. Ya Fray Diego de Landa, en su Relación de las Cosas de Yucatán, hace alusión al cultivo de la abeja melipona y a las festividades y rituales con que los mayas celebraban su manejo y cosecha.

La antigüedad del cultivo de la abeja melipona está testimoniada también en el Códice Tro-cortesiano, mejor conocido como Códice Madrid, que contiene 52 páginas con inscripciones de jeroglíficos mayas por ambos lados, que relatan eventos como eclipses y sacrificios de animales. Las últimas diez páginas de este códice están dedicadas a la exposición de la cría y manejo de la abeja melipona.

El año pasado, 2016, tomó forma en U Yits Ka’an el proyecto de estudiar estas últimas páginas. Siendo promotores de la meliponicultura, queríamos establecer un diálogo de saberes con la más antigua tradición de manejo de abejas melipona con el que contamos, el Códice Madrid. Así que se conformó un grupo de cinco jóvenes epigrafistas mayas (Daniela Esther Cano Chan, Gregorio Hau Caamal, Iván de Jesús Jiménez Balam, José Alfredo Hau Caamal y Roseli Gabriela Jiménez Balam) que, bajo la coordinación del director de la Escuela, Atilano Ceballos Loeza, y del arqueólogo del INAH, responsable de la zona arqueológica de Uxmal, José Huchim Herrera, se dieron a la tarea de realizar el reconocimiento de la escritura y la iconografía de las páginas del Códice Madrid que se refieren a la meliponicultura.

Como parte del trabajo, y para complementar este tejido de saberes, fueron convocados a algunas reuniones ocho experimentados meliponicultotes: (+) Pedro Pam Chulim (Santa Elena), Mario Nahuat Dzib (Mama), María Torres Tzab (Maní), Emilio Torres Pacheco (Maní), Luis Quintal Medina (Maní), Alfredo Serralta Interián (Dzan), Rudy Pérez Canché (Mama) y Minelia Xiu Canché (Mama). El propósito era que los jóvenes epigrafistas tuvieran nuevas luces, a partir de la experiencia de los meliponicultores mayas de hoy, para la relectura que estaban realizando de las páginas del códice.

El resultado es una interesantísima publicación titulada “U Yúuchben Ts’íibil Bix U Meyajta’al Xuunan Kaab / Manual Ancestral del Manejo de la Abeja Melipona”. Se trata de la primera parte de este loable trabajo de investigación (abarca de la página 103a hasta la 106a) y contiene, después de la descripción de la metodología utilizada, las enseñanzas derivadas del estudio y el calendario de reuniones en que fue realizado, breves notas iluminadoras acerca de los elementos del Códice que fueron descifrados: calendario, escritura e iconografía. En la segunda mitad se encuentra el estudio propiamente dicho, con las imágenes de las páginas del códice y su interpretación.

La publicación fue presentada públicamente en la Escuela U Yits Ka’an en el marco de la Fiesta de Xuunan Kaab, que tuvo lugar en Maní el pasado 28 de octubre de 2017, celebración que reunió a más de un centenar de campesinas y campesinos mayas que crían y manejan la abeja melipona, conservando así la vitalidad de la especie. Posteriormente, el texto fue de nuevo presentado en el marco de la celebración de tercera edición de la Jornada de Agroecología, que tuvo lugar en el Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UADY unos días después, el 30 de octubre.

El esfuerzo es tanto más notable en cuanto que la publicación ha sido realizada con recursos propios de la Escuela U Yits Ka’an. La promoción de este importante diálogo de saberes que abarca la sabiduría ancestral inscrita en los códices, los conocimientos y habilidades de los jóvenes epigrafistas de hoy y la experiencia de cría y manejo de la abeja melipona por parte de los meliponicultores mayas que intervinieron en las conversaciones, es uno de los activos más relevantes y novedosos de la tarea educativa y de acompañamiento a la producción que realiza la Escuela de Maní.

Ojalá este esfuerzo pueda tener continuidad y el trabajo de investigación pueda extenderse al resto de las páginas del Códice dedicadas a las abejas meliponas. Este primer folleto está a la venta en las instalaciones de U Yits Ka’an.

Termino compartiendo como colofón de esta columna la declaración titulada “¡La Fiesta de Xuunan Kab, La Fiesta de la Vida!”, firmada y dada a conocer por los participantes de la Fiesta de Xuunan Kab a la que hicimos referencia líneas arriba.

 

¡LA FIESTA DE XUUNAN KAAB, LA FIESTA DE LA VIDA!

 

Maní Yucatán a 28 de Octubre de 2017

 

“Para el buen funcionamiento de los ecosistemas

son necesarios los hongos, las algas, los gusanos,

los insectos… que juegan un rol crítico fundamental

para estabilizar el equilibrio de un lugar…

Muchos insectos desaparecen a causa de los agrotóxicos…”

 

Laudato Si’ N° 34, Papa Francisco

 

Reunidos en la Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an, de Maní, Yucatán, hombres y mujeres mayas que trabajamos en la cría y manejo de las abejas meliponas en el estado de Yucatán, hemos celebrado la Fiesta de Xuunan Kaab, retomando una antigua tradición narrada en la Relación de las Cosas de Yucatán, de Fray Diego de Landa.

 

Trabajar con las abejas Xuunan Kaab o Koolel Kaab es una actividad que los pueblos mayas hemos heredado de nuestros abuelos y abuelas. Criar y manejar estas abejitas les permitió a ellos: 1. Conocer y respetar la vital relación entre la flora nativa y estas abejitas. 2. Favorecer la polinización para la producción de alimentos sanos y nutritivos. 3. El uso y consumo de esta miel fortaleció la salud familiar y comunitaria. 4. El respeto y la veneración a los “dueños” (Yuumo’ob) de las abejas les llevó a respetar todo su entorno.

 

Las comunidades mayas de hoy queremos que esta herencia de nuestros abuelos y abuelas no se pierda. Por eso nos hemos reunido en esta Fiesta de Xuunan Kaab, en la que hemos agradecido el don de las abejas meliponas y hemos rogado para que haya una buena floración en los montes de la península, y el éxito de una abundante cosecha.

 

Queremos en esta declaración nosotros, como productores y productoras indígenas mayas, llamar a todas las personas que habitan en la península de Yucatán a que nos convirtamos en guardianes de las abejas meliponas, que cuidemos su entorno sembrando plantas y enredaderas nativas para que ellas puedan tener su alimento; nos comprometemos a evitar el uso de insecticidas que puedan dañarlas y matarlas, invitamos fraternalmente a sembrar plantas melíferas que son su alimento, y sobre todo, ¡que no eliminemos a estas abejitas silvestres si las encontramos en paredes y árboles cerca de nuestra casa!

 

La quema intencionada de los montes, el cambio de uso de suelos, la imparable mancha urbana, la ignorancia de autoridades y varios sectores de la población, junto a quienes lucran con esta herencia cultural, entre otros muchos factores, ponen en permanente amenaza a estos maravillosos insectos. Los productos que nos regalan estas abejas no pueden ser vistos únicamente como una mercancía, explotándolas irracionalmente. Estas abejitas, y otras tantas que no tienen agujón, son muy importantes para la conservación del equilibrio de la naturaleza y para la agricultura en nuestra península; la vida de ellas está siendo cada vez más amenazada. ¡Si perdemos nuestras abejas nativas, perdemos nuestra salud y la salud de nuestra Hermana Madre Tierra!

 

El bienestar que nos regala la meliponicultura se ha mantenido en el tiempo como un cordón umbilical con el cual nuestra cultura maya se endulza; es parte de nuestro modo de vivir: ver el mundo en equilibrio, manteniendo nuestro espíritu inquebrantable ante las adversidades.

Los abajo firmantes exigimos a los tres niveles de gobierno hacer su mayor esfuerzo para conservar el entorno vital de estas abejas, además exigimos que la miel de la abeja melipona sea reconocida como miel, ya que no es así actualmente, de manera que la regulación del precio de su comercio sea justa en el nivel nacional e internacional y se apoye directamente a los y las campesinas mayas en esta actividad, todavía arraigada en nuestra cultura maya. Hacemos un llamado a las autoridades para que apoyen directamente a los pequeños productores y productoras mayas. Que se prohíba y castigue el uso y repartición de pesticidas y agrotóxicos que están acabando con las abejas, así como detener la siembra de transgénicos en nuestra región.

 

Celebrar a nuestras abejitas es reconocer su invaluable aporte para nuestra existencia, pero también es una responsabilidad para demandar un ambiente digno para ellas. Exigimos una vida sana no solo para las personas sino para nuestras abejitas sin agujón. ¡Defendiendo a estas abejitas, defendemos la Vida!

Iglesia y Sociedad

Perspectivas para el ecumenismo hoy

31 Oct , 2017  

Palabras pronunciadas en la Mesa Redonda en torno al libro «Martín Lutero, una perspectiva ecuménica», de Walter Kasper, en ocasión del quinto centenario de la Reforma de Lutero

Centro Cultural Loyola, octubre de 2017

 

Mi reflexión gira en torno a los capítulos 6 y 7 del libro de Walter Kasper. Es también fruto de un fecundo intercambio con el teólogo nicaragüense José Argüello, quien recién ha publicado un interesante artículo en la revista Xilotl[1], reconocido órgano de difusión de las iglesias evangélicas en Nicaragua, sobre lo que él llama el “ecumenismo de la solidaridad con los crucificados”.

 

En su libro, Kasper caracteriza el diálogo ecuménico como un asunto que no es meramente “intelectual, (sino) se trata de un intercambio de dones. Condiciones previas para él son reconocer tanto la verdad del otro como las propias debilidades, decir la propia verdad de modo no hiriente ni polémico, sino en el amor (cf. Ef 4,15) y sustraer las controversias al veneno de la discusión, convirtiéndolas en un regalo…”[2]

 

Así que quiero referirme hoy a un principio común y dos oportunidades que esta efeméride que celebra los 500 años de la Reforma Luterana nos brinda a ambos bandos, católicos y evangélicos, que peregrinamos en este subcontinente latinoamericano. El principio común lo tomo de un importante matiz de la teología de Martín Lutero, la primera oportunidad procede de la recepción del Vaticano II en América Latina y, finalmente, una segunda oportunidad nos la presenta el momento de grave emergencia por el que pasa nuestra civilización.

 

Un punto de partida común: La teología de la Cruz

Es por demás conocida la centralidad que ocupa el misterio de la cruz en la aproximación teológica de Martín Lutero. En el artículo al que he hecho referencia antes, José Argüello recuerda que en 1518, cuando Lutero había ya presentado sus famosas 95 tesis sobre las indulgencias, su superior en la orden de los frailes recoletos agustinos, Johann von Staupitz, convocó en Heidelberg a un capítulo de su orden para discutir las ideas de Lutero. Los monjes agustinos esperaban abordar ese tema para discutirlo con Lutero, pero él los sorprendió presentando como base para la discusión un documento totalmente distinto, titulado “Paradojas”, con 28 tesis de teología y 12 de filosofía, en el que planteaba que a Dios solamente se accede ‘a través de la locura de la cruz’. Lutero contrapone así la teología de la cruz a la teología de la gloria, aludiendo a la contradicción frontal a la que nos enfrenta el misterio de la Encarnación, que contradice todas nuestras expectativas en torno a lo divino, centradas en el poder y la gloria[3].

 

Lutero afirma que el verdadero teólogo habla siempre de Dios como de un Dios oculto y crucificado. “El diablo –afirma mordazmente Lutero– bien puede disfrazarse bajo la imagen de la Majestad, pero bajo la imagen de la Cruz no puede disfrazarse”[4]. La Teología de la Cruz no parte de la especulación, sino de la nada y del sinsentido del sufrimiento; parte del escándalo supremo de la crucifixión de Dios. Allí es donde encuentra al verdadero Dios: “Es en Cristo crucificado donde está la verdadera teología y el conocimiento verdadero de Dios” (Tesis 20); “El teólogo de la Gloria prefiere las obras a los sufrimientos, la gloria a la Cruz; el poder a la flaqueza, la sabiduría a la necedad, y siempre lo malo a lo bueno” (Tesis 21). Para Lutero, Dios, por encima de todas las cosas, se hace visible en el sufrimiento y la debilidad del Crucificado. Creo que es éste un campo de fecunda interacción ecuménica, particularmente para las iglesias católicas y evangélicas de este continente, que se desdobla en dos oportunidades a las que voy a referirme.

 

Primera oportunidad: la recepción del Vaticano II en América Latina

El Concilio Vaticano II, con su propuesta de ‘aggiornamento’ ha provocado grandes cambios en la iglesia católica. En las iglesias de América Latina la recepción del Concilio Vaticano cristalizó en la reunión de obispos tenida en Medellín en 1968, hace ya casi cincuenta años, y se concretó en un despertar teológico que originó una reflexión desde y a favor de los más pobres de nuestro continente.

 

La teología y la pastoral de la liberación surgieron como fruto de un encuentro nuevo con los crucificados de nuestro tiempo. Nuestro continente, calificado como la reserva del cristianismo en la era post moderna, es, al mismo tiempo, la representación más clara de la crueldad de un sistema socio económico que mantiene en la opresión a una buena parte de quienes en este continente habitamos y cuyas raíces se manifiestan como profundamente antievangélicas. Creo que es este descubrimiento de los pobres de nuestro tiempo como ‘locus theologicus’, manifestación de la presencia de Dios, un fecundo campo de ecumenismo social.

 

Para decirlo con palabras de Argüello: “Si prolongamos ese pensamiento fundamental de Lutero hacia el presente, bien podríamos encontrar un punto de confluencia y unificación ecuménica entre nosotros en un Ecumenismo de la Cruz: el de las grandes causas actuales de la humanidad. En la medida en que juntos nos comprometamos por aquellos que sufren marginación e injusticia, ya sean mujeres, indígenas, afroamericanos, refugiados, emigrantes, enfermos, prisioneros, niños maltratados y abusados, poblaciones que pasan hambre y carecen del acceso a la educación o los servicios médicos imprescindibles, en esa misma medida, te lo aseguro, dejaremos de vernos como extraños que viven en islotes confesionales enemistados y comenzaremos a descubrirnos como lo que verdaderamente somos: hermanos de una misma familia en el seguimiento de Jesús”.

 

Esta nueva visión teológica, hay que decirlo, no ha encontrado siempre las puertas abiertas, ni en la iglesia católica en su conjunto, ni en las iglesias reformadas. Un recuerdo especialmente amargo fue contemplar la exclusión de algunos hermanos pastores de una iglesia evangélica con quienes tuvimos mucho contacto en los años 90’s, por la única razón de que, entusiastas por la teología de la liberación, se reunían con nosotros, presbíteros católicos, para estudiar juntos y programar trabajos en común. En el caso de la iglesia católica, no es sino hasta hace unos pocos años, con el advenimiento de Francisco,  que puede de nuevo hablarse sin temor de la teología de la liberación sin ser políticamente incorrecto, después de cerca de 30 años de persecuciones abiertas y solapadas.

 

Y no digo esto solamente como una queja, sino como el reconocimiento de que la teología que entiende el seguimiento de Jesús como solidaridad con los crucificados de nuestro tiempo, en torno a la cual, en algún momento, nos hermanamos algunos presbíteros católicos y evangélicos, nos unió también en la experiencia de la exclusión, haciendo realidad lo que el padre de la teología de la liberación, Gustavo Gutiérrez, expresaba de esta forma: “Es inevitable, al presente, beber el trago amargo de ser objeto de suspicacia, si se quiere, en solidaridad con los desposeídos, dar testimonio de Dios en América Latina. La sospecha a propósito de algo tan profundo en cada uno como es la honestidad personal y sobre todo la fe en el Señor, es dura de aceptar y atenta contra aquello que la moral tradicional llamaba el “honor”, derecho elemental de toda persona… La sospecha al interior de la propia comunidad cristiana es hoy un elemento de la cruz del cristiano que busca dar testimonio del Dios de los pobres. Pero es también, por eso mismo, un factor de purificación de su compromiso”[5].

 

Segunda oportunidad: un macro ecumenismo planetario

Vivimos un tiempo de una especial emergencia planetaria. Hoy, como nunca antes, experimenta este planeta, nuestra Casa Común, amenazas ciertas de destrucción: el calentamiento global, la desertificación, la contaminación de tierras y aguas, el proyecto neoliberal extractivo, la enorme cantidad de bombas nucleares en el vientre de la tierra, etc. El pasado 2 de septiembre de 2017 se cumplió una de las peores profecías de los científicos de nuestra época: se llegó al día del sobre pasamiento, el ‘overwhelmig day’ tan temido, en el que nuestro planeta se ha hecho incapaz de responder con sus bienes y servicios, a una especie humana que se ha constituido en el Satán del medio ambiente, en lugar de responder a su original vocación de guardián y cuidador de la Creación. Enfrentamos uno de los límites mayores del sistema capitalista, que se va constituyendo cada vez más en un sistema suicida, pues en su afán de lucro no se detiene ni siquiera ante la depredación de nuestro medio ambiente y la posible desaparición de la especie humana.

 

Cabe aquí recordar aquella famosa frase atribuida a Lutero y formulado expresamente en un horizonte escatológico, aunque ahora tenga tanta resonancia ecológica: “Si yo supiera que mañana iba a hundirse el mundo, plantaría hoy todavía un arbolito de manzano”. Esta frase, tan llena de evangélica esperanza, coloca a católicos y evangélicos ante la posibilidad de un nuevo tipo de colaboración macro ecuménica. Como bien señala Argüello: “En Europa, durante los años del Fascismo, más contribuyó al ecumenismo el sufrimiento compartido por ortodoxos, católicos y evangélicos en los campos de concentración, que muchos libros y reflexiones eruditas. En América Latina también nos unieron en el pasado las luchas de liberación. Y en el mundo globalizado de hoy, además de las causas antedichas, contribuiría a unirnos ecuménicamente el empeño compartido por proteger nuestro planeta de la destrucción”.

 

No es un dato superfluo que, en este camino de conversión ecológica, el Papa Francisco haya dirigido su revolucionaria encíclica Laudato Sii sobre el Cuidado de la Casa Común, no a la iglesia católica, ni siquiera al conjunto de las iglesias cristianas, sino a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, como haciendo conciencia de que este problema gravísimo que enfrentamos nos corresponde a todos por encima de cualquier filiación o credo religioso. Y es también asombroso mirar las respuestas favorables de muchas personas y organizaciones que no comparten la fe cristiana y que han recibido con mucha mejor aceptación la carta del Papa que nuestras propias iglesias cristianas.

 

Tenemos, pues, en este campo un espacio abierto para un nuevo tipo de ecumenismo en el que podemos confluir católicos y evangélicos. Con estas tres aportaciones termino mi participación en este momento del diálogo. Permítaseme solamente cerrar con unas palabras de José Argüello con las que coincido plenamente: (no hay que olvidar) “lo que verdaderamente somos: hermanos de una misma familia en el seguimiento de Jesús. No conozco sinceramente ninguna familia en la que todos piensen y sientan igual, pues la fraternidad incluye las diferencias. El asunto está en que pongamos en el centro de nuestras inquietudes aquello que nos une: la fe en Dios, el seguimiento de Jesús crucificado, la acción vivificadora y renovadora del Espíritu Santo”.

NOTAS

[1] La nota bibliográfica es: José ARGÜELLO, “Hacia un ecumenismo de la solidaridad con los crucificados. Carta abierta a un teólogo y pastor evangélico”. Revista XILOTL No. 40 (editada por CIEETS/FEET y UENIC-MLK Jr. en Managua, Nicaragua) que tiene por tema general: “Reforma protestante: herencia y pertinencia para la iglesia”. El artículo puede consultarse en mi blog personal, donde lo he reproducido con autorización del autor: www.raulugo.indignacion.org.mx.

[2] Walter KASPER, Martín Lutero. Una perspectiva ecuménica (Sal Terrae, Maliaño, España 2016)

[3] José ARGÜELLO, “Hacia un ecumenismo de la solidaridad con los crucificados”, nota 1

[4] Citado por Argüello: Heinrich Schlier, Wandlungen des Lutherbildes 1966, 184.

[5] Gustavo GUTIÉRREZ, Hablar de Dios desde el sufrimiento inocente. Reflexión sobre el libro de Job (Perú 1986)